miércoles, 21 de mayo de 2025

 

Índice de documentos presentados sobre el 

Dr. Manuel Altamirano

(Con enlaces a los documentos)

1778

  • 17 de diciembre de 1781. Bautismo de hermana Maria Josefa Guadalupe Nepomucena Altamirano

1783

1785

1787

  • 10 de septiembre de 1787. Bautismo de hermana María Ignacia Francisca Regina Altamirano.

1789

  • 6 de abril de 1789. Bautismo de hermano Francisco de Paula José Mariano Joaquín Altamirano.

1794

  • 4 de mayo de 1794. Bautismo de hermana María de Jesús Luisa Felipa Altamirano.

1797

1800

1813

1814

1815

1820

1822

1824

1825

1826

1827

1828

1829

1832

1833

  • Matrimonio 3. 15 de abril de 1833. Matrimonio del Dr. Manuel Altamirano con María Josefa Soltero Aguirre.
  • Junio de 1833. El Dr. Manuel Altamirano, presenta una memoria a la Junta de Sanidad sobre el empleo del huaco para curar el cólera, el cual será publicado el 16 de julio de 1834 en el periódico El Telégrafo.

1834

1835

1836

1839

1840

1842

1843

1844

1845

1846

1848

1850

1851

1853

1855

1861

1862

ENTRADA EN CONSTRUCCIÓN...

Enero a diciembre de 1826. Actividad de Manuel Altamirano como diputado del Primer Congreso Constitucional de México durante 1826.

Durante 1826, el médico Manuel Altamirano continuó su labor como diputado por Querétaro para el Primer Congreso Constitucional (1825-1826). Su participación legislativa fue documentada en los periódicos Águila Mexicana y El Sol (1825-1826).


Sesiones clave

  • 3 de enero de 1826 (El Sol, 6 de enero de 1826): Manuel Altamirano prestó juramento, probablemente tras una ausencia o en cumplimiento del reglamento, junto con Camarillo y Dondé. Su presencia en esta sesión, que abordó temas como la regulación de ventas de fincas a extranjeros, la prohibición de reelecciones de legisladores, y el crédito público, indica su continuidad en el trabajo legislativo. Aunque no se registra una intervención directa, su participación en la aprobación de nombramientos para comisiones y la discusión de iniciativas refleja su compromiso con los procedimientos legislativos.
  • 12 de enero de 1826 (El Sol, 16 de enero de 1826): Manuel Altamirano votó en contra de la proposición de Lombardo, suscrita por otros diputados, para suprimir la Secretaría de Justicia y Negocios Eclesiásticos, argumentando que sus funciones podían integrarse a la Secretaría de Relaciones. La proposición, defendida por Lombardo con base en la economía y precedentes de 1824, fue admitida a discusión por 30 votos contra 25, pero Altamirano, junto con diputados como Llave, Vega, Covarrubias, Peña, Espejo, Fernández, Robles, y Villegas, se opuso, probablemente por considerar esencial la secretaría para la administración de justicia y los asuntos eclesiásticos. El discurso de Villegas, en contra de la proposición, argumentó que la supresión era un error económico y político, ya que el ahorro sería mínimo (el sueldo del secretario era bajo) y privaría al gobierno de un ministro clave para la justicia y las relaciones con la Iglesia. Lombardo replicó que la proposición buscaba eficiencia, no personalismos, y que la Constitución permitía reorganizar las secretarías. La oposición de Altamirano sugiere una postura conservadora en este tema, valorando la estructura existente del gobierno federal y la necesidad de un ministerio dedicado a la justicia, coherente con su defensa de principios republicanos y legales en otros debates (por ejemplo, su discurso del 7 de septiembre de 1825 sobre libertad de imprenta).
  • 18 de enero de 1826 (El Sol, 21 de enero de 1826): Manuel Altamirano intervino en un debate sobre una solicitud de Carlos María de Bustamante, quien reclamaba el pago de dietas adeudadas. Altamirano afirmó que Bustamante le había dicho que la deuda ya estaba satisfecha, lo que llevó a que la Cámara mandara devolver la solicitud. Esta intervención, aunque breve, destaca su atención a los detalles administrativos y su disposición a aclarar malentendidos, un rasgo coherente con su experiencia como taquígrafo, donde la precisión era esencial. La sesión también abordó temas como aranceles aduaneros, quejas contra el gobernador del Distrito Federal, y dictámenes de comisiones, en los que Altamirano participó como miembro activo de la Cámara. Su involucramiento en estas discusiones refuerza su rol como un legislador versátil, capaz de abordar cuestiones económicas, administrativas y judiciales.
  • 28 de enero de 1826 (El Sol, 31 de enero de 1826): Manuel Altamirano presentó un voto particular sobre un dictamen de la comisión de industria, que proponía eximir de derechos por diez años al papel elaborado en la fábrica de San Ángel y declarar libre el comercio de trapo en estados, territorios y el Distrito Federal. Altamirano propuso eliminar la palabra "estados" de la primera proposición y redactar la segunda en el mismo sentido, probablemente para limitar el alcance de la exención y proteger intereses económicos locales o federales. No se detalla, su intervención. La sesión también aprobó el dictamen sobre la entrega de rentas del Distrito Federal a la federación a partir del 1 del mes siguiente a la publicación de la ley, con 31 votos a favor contra 11. Este debate, conectado con la sesión del 1 de diciembre, subraya su compromiso con la consolidación administrativa del Distrito Federal.

  • 21 de febrero de 1826 (El Sol, 25 de febrero de 1826): Manuel Altamirano votó en contra de la aprobación del artículo 1 del dictamen sobre crédito público, que establecía que los créditos debían ser "legítima y legalmente comprobados". Este artículo, debatido intensamente, buscaba regular la validación de deudas contraídas por los gobiernos virreinales y patriotas. La postura de Altamirano, alineada con diputados como Paz, Reinoso, Cañedo, Franco, y Lombardo, refleja su preocupación por posibles fraudes o por la rigidez de las pruebas requeridas, especialmente para los créditos de los primeros patriotas, quienes operaban en condiciones extraordinarias sin documentación formal. El debate, liderado por González Angulo (a favor) y Franco, Lombardo, Reinoso, e Ibarra (en contra), giró en torno a la legitimidad de los créditos y la posibilidad de que la nación se gravara con deudas mal justificadas. Reinoso, en particular, argumentó que los medios comunes de derecho (escrituras, testigos) eran insuficientes para comprobar deudas patriotas, mientras que González Angulo defendió la necesidad de pruebas rigurosas para evitar fraudes. La votación final aprobó el artículo por 31 contra 13, con Altamirano en la minoría, lo que sugiere una postura cautelosa, posiblemente influida por su experiencia administrativa y su interés en proteger los recursos nacionales, coherente con su voto particular sobre la fábrica de San Ángel (28 de enero de 1826).
  • 23 al 25 de febrero de 1826 (El Sol, 1 de marzo de 1826; El Sol, 2 de marzo de 1826 El Sol, 3 de marzo de 1826): Manuel Altamirano no asistió a las sesiones del 23, 24 y 25 de febrero debido a «indisposición», junto con otros diputados como Lebrija, Monjardín, y Robles. No se explica a que se debía esa «indisposición», pero estas ausencias, registradas en El Sol, no impidieron su participación en sesiones posteriores. 
  • 1 de marzo de 1826 (El Sol, 7 de marzo de 1826): Aunque no se menciona una intervención directa de Manuel Altamirano, su presencia en la sesión del 1 de marzo, tras superar su indisposición, se señala en las votaciones. La sesión incluyó la aprobación de nombramientos para comisiones (como la de instrucción pública, con Espejo y Lombardo) y proposiciones sobre la reducción de regimientos de caballería (Franco Coronel) y beneficios para patriotas (Cañedo). 
  • 4 de marzo de 1826 (Águila Mexicana, 1 de abril de 1826 y Águila Mexicana, 2 de abril de 1826): Manuel Altamirano estuvo presente, ya que no se le menciona entre los ausentes. La sesión abordó temas como decretos de Chiapas sobre dietas y papel sellado, proposiciones de Covarrubias sobre créditos de emigrados, y una propuesta de Mora sobre la reorganización del estado mayor e ingenieros. Aunque no se registra una intervención directa, su participación en las votaciones y su interés en temas administrativos y científicos (como la propuesta de Mora, que incluía academias de geografía y astronomía) son coherentes con su formación botánica y su apoyo previo a iniciativas económicas y educativas.
  • 6 de marzo de 1826 (El Sol, 13 de marzo de 1826; Águila Mexicana, 2 de abril de 1826): Manuel Altamirano votó a favor de que se procediera a votar el artículo 2 del dictamen sobre crédito público, que establecía que "los créditos contraídos por los gobiernos de los virreyes hasta 17 de septiembre de 1810 disfrutarán el rédito con que fueron pactados". Sin embargo, en la votación final, desaprobó el artículo, alineándose con diputados como Cañedo, Franco, Peña, y Covarrubias. Su cambio de postura sugiere una reflexión crítica sobre los términos del artículo, posiblemente por considerar que los réditos pactados podían ser onerosos para la nación o por dudas sobre la legitimidad de ciertas deudas virreinales. El debate, dividido en dos partes por la comisión, reflejó tensiones sobre cómo financiar las deudas históricas sin comprometer las finanzas federales. La aprobación ajustada (25 contra 24) indica la polarización en la Cámara, con Altamirano en una posición que priorizaba la prudencia fiscal, coherente con su oposición previa al artículo 1 (21 de febrero) y su voto particular sobre exenciones económicas (28 de enero).
  • 19 de abril de 1826 (El Sol, 4 de mayo de 1826): Manuel Altamirano votó a favor de una adición al reglamento de la Suprema Corte de Justicia, presentada por Blanco, González Angulo, Heras, Lombardo, y Santa Cruz, que permitía a los procuradores actuales continuar en sus cargos hasta que fueran reemplazados gradualmente. Esta adición, aprobada por 32 contra 16, buscaba indemnizar a los procuradores del estado de México, cuyos cargos habían sido afectados por la transición al sistema federal. Altamirano, junto con Cañedo, Ortega, y Villegas, apoyó la medida, probablemente por considerar que respetaba los derechos adquiridos y minimizaba el costo de indemnización para la nación. El debate, con intervenciones de Blanco y Reinoso, giró en torno a la legitimidad de los contratos previos y la compatibilidad con el sistema judicial federal. Reinoso argumentó que los procuradores eran empleados del estado de México, no de la federación, y que indemnizarlos era responsabilidad estatal. La postura de Manuel Altamirano refleja su compromiso con la justicia y la estabilidad administrativa, alineado con su apoyo previo a la integración del tribunal de guerra y marina (16 de diciembre de 1825).
  • 20 de abril de 1826 (El Sol, 6 de mayo de 1826): Manuel Altamirano, junto con los diputados Aznar, Ortega, y Dondé, presentó una adición al artículo sobre la extinción de títulos nobiliarios, proponiendo que el gobierno ordenara la destrucción de escudos de armas y otros símbolos coloniales en edificios, coches, y muebles de uso público. El dictamen de la comisión, sin embargo, concluyó que no había lugar para considerar esta adición (artículo 1), pero aprobó una versión propia (artículo 2) con un lenguaje similar, por 39 contra 1. Altamirano votó a favor de ambos artículos, mostrando su apoyo a la eliminación de vestigios coloniales como parte de la construcción de una identidad republicana. Esta iniciativa, aunque no prosperó en su forma original, refleja el interés de Altamirano en consolidar el simbolismo republicano, coherente con su defensa de principios liberales en debates como el de la libertad de imprenta (7 de septiembre de 1825). Su colaboración con Aznar, Ortega, y Dondé sugiere una red de aliados en la Cámara que compartían su visión.
  • 21 de abril de 1826 (El Sol, 7 de mayo de 1826): Manuel Altamirano votó a favor de habilitar a la segunda y tercera salas de la Suprema Corte de Justicia para conocer en segunda y tercera instancia las causas criminales del Distrito Federal y territorios, mientras se elaboraban leyes de administración de justicia. Esta medida, aprobada por 29 contra 18, buscaba resolver la acumulación de casos penales, algunos con reos detenidos por meses. Altamirano, junto con Cañedo, Ortega, y Villegas, apoyó la propuesta, probablemente por su urgencia práctica y su alineación con su interés en fortalecer la justicia federal, como se vio en el dictamen sobre el tribunal de guerra y marina. El debate enfrentó argumentos constitucionales (los artículos 137 y 138 no atribuían estas facultades a la Corte) con la necesidad inmediata de justicia. La postura de Altamirano refleja su pragmatismo, priorizando soluciones prácticas sobre interpretaciones estrictas, coherente con su apoyo a medidas centralizadoras en el Distrito Federal (1 de diciembre de 1825, 28 de enero de 1826).
  • 24 de abril de 1826 (El Sol, 10 de mayo de 1826): Manuel Altamirano participó en debates sobre la organización de tribunales de circuito, la circulación de la moneda y los auditores militares. Su voto a favor del párrafo 5 del artículo 1 sobre tribunales de circuito, que agrupaba Jalisco y Zacatecas (aprobado por unanimidad de 50 votos), refleja su apoyo a la estructuración del sistema judicial federal. También votó a favor del artículo sustitutivo sobre el 2% de impuesto a la circulación de la moneda (aprobado por 36 contra 13), mostrando su respaldo a medidas fiscales que ajustaban el reparto del contingente entre estados, coherente con su cautela en temas económicos vista en los debates sobre crédito público (21 de febrero y 6 de marzo). En el debate sobre auditores militares, Manuel Altamirano apoyó el artículo 1, que establecía a los jueces de distrito como asesores militares natos (aprobado por 36 contra 2), y la adición de Blanco, que permitía consultar al juez del distrito más cercano en ausencia de otro (aprobada por 37 contra 17). Estas posturas refuerzan su compromiso con una justicia eficiente y centralizada, alineado con su voto a favor de habilitar a la Suprema Corte para causas criminales (21 de abril) y su dictamen sobre el tribunal de guerra y marina (16 de diciembre de 1825). El discurso de Puente, que abogó por despachar asuntos urgentes como la regulación de censos, caminos y edificios nacionales, resuena con los intereses de Altamirano en la estabilidad económica y administrativa. Aunque no se registra una intervención directa, su presencia y votos indican su apoyo a estas prioridades, especialmente en el contexto de los caminos, que se conectan con debates posteriores (3 de mayo).
  • 2 de mayo de 1826 (El Sol, 19 de mayo de 1826): Manuel Altamirano votó en contra de la aprobación del dictamen que mantenía las facultades extraordinarias del poder ejecutivo (aprobado por 42 contra 14). Su oposición, junto a diputados como Cañedo, Peña, Zurita y Escalante, refleja su defensa de la libertad individual y su rechazo a poderes excepcionales que pudieran socavar el sistema republicano. El debate, con intervenciones de Cañedo (a favor) y Valentín (en contra), abordó la necesidad de estas facultades frente a amenazas externas (invasión española) e internas (centralismo, conspiraciones). Valentín argumentó que las facultades comprimían la opinión pública y la libertad de imprenta, mientras Cañedo defendió su utilidad para enfrentar enemigos de la independencia. La postura de Altamirano, alineada con Valentín, es coherente con su apoyo previo a la libertad de imprenta (7 de septiembre de 1825) y su propuesta para eliminar símbolos coloniales (20 de abril), que buscaban consolidar una identidad republicana libre de autoritarismo. Su voto en contra también sugiere una preocupación por los riesgos de abuso de poder, especialmente tras su experiencia en debates sobre justicia y crédito público, donde priorizó la transparencia y la equidad.
  • 3 de mayo de 1826 (El Sol, 21 de mayo de 1826): Manuel Altamirano votó a favor de la adición de Covarrubias al acuerdo sobre la cesación de facultades extraordinarias, que exceptuaba a quienes atacaran la independencia (rechazada por 35 contra 15). Su apoyo, junto a Cañedo, Peña, Zurita y Escalante, indica una postura matizada: aunque se oponía a las facultades extraordinarias en general (2 de mayo), estaba dispuesto a respaldar medidas puntuales contra amenazas claras a la independencia, mostrando un equilibrio entre liberalismo y pragmatismo. El debate sobre caminos, impulsado por Puente, Gómez Anaya y Paz, abordó la reparación de caminos como el de Toluca, gravados con peajes. Puente defendió usar los peajes para reparaciones, argumentando que protegía tanto el interés público como el de los censualistas. Gómez Anaya propuso que los propios censualistas asumieran la reparación, mientras Paz sugirió que los estados que ya invertían peajes en caminos (como México) continuaran haciéndolo, con subastas públicas para optimizar recursos. Altamirano, aunque no intervino directamente, probablemente apoyó la aprobación del dictamen (24 contra 14), dado su interés en la estabilidad económica y administrativa, evidente en sus votos sobre crédito público y justicia.
  • 9 de mayo de 1826 (El Sol, 27 de mayo de 1826): Manuel Altamirano participó en la aprobación de la adición del Senado al acuerdo que facultaba a la segunda y tercera sala de la Suprema Corte de Justicia para conocer en segundas y terceras instancias de causas criminales del distrito y territorios federales (aprobado por 40 contra 4). Su voto, alineado con la mayoría, refuerza su compromiso con un sistema judicial eficiente, coherente con su respaldo previo a los tribunales de circuito (24 de abril) y a la Suprema Corte (19 y 21 de abril). Esta postura refleja su interés en fortalecer las instituciones republicanas, un tema recurrente en su labor legislativa. Además, Manuel Altamirano, junto con Manuel González, presentó una solicitud para ser colocado en la contaduría mayor de hacienda, la cual fue remitida al contador respectivo, según dictamen de la comisión de peticiones. Esta solicitud sugiere que Altamirano buscaba estabilidad económica o un rol administrativo adicional, posiblemente debido a las dificultades financieras enfrentadas tras la pérdida de su esposa en 1825. Aunque no se detalla el resultado, este hecho humaniza su figura, mostrando sus esfuerzos por equilibrar su servicio público con necesidades personales. La sesión también abordó la cesación de las facultades extraordinarias del gobierno (decreto del 23 de diciembre de 1824), aprobada por el Senado y remitida al gobierno. Aunque Altamirano no intervino directamente, su oposición previa a estas facultades (2 de mayo) y su apoyo a la adición de Covarrubias (3 de mayo) sugieren que respaldó esta decisión, alineada con su defensa de la libertad republicana.
  • 13, 22 y 23 de mayo de 1826 (El Sol, 5 de junio de 1826; El Sol, 9 de junio de 1826; El Sol, 10 de junio de 1826): Manuel Altamirano no asistió a la sesión del 13 de mayo, sin que se especificara una razón (junto a Zavala, Gómez Anaya, Mimiaga, Lombardo, González y Velez). En las sesiones del 22 y 23 de mayo, se registra su ausencia con licencia, junto a Bravo, Martínez de los Ríos y Robles. Estas ausencias, especialmente la licencia en las fechas finales del periodo ordinario (cerrado el 23 de mayo), al parecer se relacionaron con el viaje que Altamirano realizó a San Luis Potosí para su matrimonio con María Altagracia Noriega, que ocurrió allí el 3 de junio de ese año, y que sería el segundo matrimonio de Altamirano, luego de enviudar en octubre de 1825. Su licencia formal indica una ausencia justificada, manteniendo su compromiso con el Congreso.
  • 6 de noviembre de 1826 (El Sol, 10 de noviembre de 1826): En esta sesión del periodo extraordinario, Manuel Altamirano participó en debates sobre dietas y viáticos de los diputados. Votó a favor del artículo 3, que establecía que los diputados residentes en el lugar de sesiones, los que obtuvieran empleos del gobierno o no necesitaran regresar a sus estados no percibirían viáticos (aprobado por unanimidad de 43 votos). También apoyó los artículos 4 y 5, que regulaban la pérdida de dietas por ausencias injustificadas y la necesidad de permiso para adelantos de viáticos, respectivamente. Su voto refleja su interés en la transparencia y la disciplina fiscal, coherente con su cautela en debates sobre crédito público (21 de febrero, 6 de marzo) y caminos (3 de mayo). El debate sobre el fallecimiento del canónigo Cortina, iniciado por Cañedo, abordó la desafección de Cortina a la independencia y la falta de cumplimiento de la ley de 19 de julio de 1823 por el cabildo eclesiástico. 
  • 14 y 15 de diciembre de 1826 (El Sol, 19 de diciembre de 1826): En la sesión del 14 de diciembre, Manuel Altamirano propuso que la Cámara cerrara sus sesiones extraordinarias el 23 de diciembre, una moción presentada como de primera lectura y remitida a la comisión de puntos constitucionales. Esta iniciativa, reiterada el 18 de diciembre, indica su interés en concluir el periodo legislativo de manera ordenada, posiblemente para permitir a los diputados atender asuntos personales o estatales antes del nuevo año. Aunque no se detalla su aprobación, la propuesta refleja su sentido práctico y su experiencia como taquígrafo, acostumbrado a organizar y sistematizar procesos. En el debate sobre el presupuesto de hacienda, Altamirano participó en la discusión de partidas como “gastos generales y comunes” (aprobada por 36 contra 11) y “pensiones sobre juros” (reprobada por falta de decreto). Su probable voto a favor de la primera y en contra de la segunda, siguiendo la postura de Paz, Lombardo y Valentín, refuerza su compromiso con la legalidad fiscal, alineado con su oposición previa a gastos no autorizados (21 de febrero, 6 de marzo). La discusión sobre el tribunal supremo de guerra y marina, donde se aprobó el artículo 7 (sobre sumarios) y el artículo 8 (sobre composición del tribunal), conecta con su dictamen previo sobre este tribunal (16 de diciembre de 1825) y su apoyo a reformas judiciales (24 de abril, 9 de mayo).
  • 18 de diciembre de 1826 (El Sol, 21 de diciembre de 1826): La proposición de Altamirano para cerrar las sesiones el 23 de diciembre recibió una segunda lectura y fue remitida nuevamente a la comisión de puntos constitucionales. La moción de Zurita, que propuso transferir la propuesta a otra comisión debido a desacuerdos en la de puntos constitucionales, fue rechazada, sugiriendo que la iniciativa de Altamirano generó debate pero no consenso inmediato. Este esfuerzo subraya su rol activo en la gestión legislativa, incluso en un periodo extraordinario marcado por tensiones administrativas. La denuncia de Osores sobre manuscritos históricos en el archivo, incluyendo obras de Diego Panes, Mariano Veitia y Fernando de Alva Ixtlilxochitl, resuena con el interés de Altamirano en la preservación del conocimiento, evidente en su labor botánica.
  • 20 de diciembre de 1826 (El Sol, 26 de diciembre de 1826): Manuel Altamirano participó en la aprobación de partidas del presupuesto de hacienda, incluyendo la planta de la secretaría de hacienda, comisarias generales, gastos en Californias, y compra de tabacos, entre otros (aprobado por 39 contra 2). Su voto a favor refleja su apoyo a un presupuesto equilibrado, coherente con su cautela fiscal previa. La discusión sobre letras no admitidas en Londres, donde el ministro de hacienda explicó los protestos por no aceptación o no pago, conecta con debates anteriores sobre crédito público (21 de febrero, 6 de marzo), en los que Altamirano mostró preocupación por la estabilidad financiera nacional. La aprobación de los presupuestos de guerra y marina, llevada al Senado por una comisión (Paz, Febles, Osores), y el debate sobre el tribunal supremo de guerra y marina, donde Lombardo y Blanco discutieron recursos de nulidad, refuerzan la relevancia de Altamirano en temas judiciales y fiscales. 


Nota: Resumen generado por I. A. Grok a partir de las actas publicadas.




martes, 20 de mayo de 2025

Febrero a diciembre de 1825. Actividad de Manuel Altamirano como diputado del Primer Congreso Constitucional de México durante 1825.

El médico Manuel Altamirano fue elegido diputado suplente por Querétaro para el Primer Congreso Constitucional (1825-1826) el 3 de octubre de 1824, en la votación en la que José Francisco Olvera y Antonio Cabeza de Vaca fueron elegidos diputados propietarios. Sin embargo, el diputado titular Francisco Olvera falleció el 29 de enero de 1825 (Águila Mexicana, 2 de febrero de 1825), apenas iniciado el periodo de sesiones. Por ello, Altamirano tomó el cargo. Sus credenciales fueron presentadas el 4 de febrero y aprobadas el 7 de febrero, cuando juramentó y tomó asiento en la Cámara (Águila Mexicana, 9 de febrero de 1825). 

Su participación legislativa, documentada en los periódicos Águila Mexicana y El Sol (1825-1826), abarca debates sobre política fiscal, propiedad intelectual, organización militar, justicia, libertad de prensa, introducción de especies animales, contadurías, rogativas públicas, viáticos, facultades extraordinarias, caminos, educación y memoria histórica, reflejando su compromiso con el desarrollo nacional y los ideales republicanos.

Sesiones clave

  • 15 de febrero de 1825 (El Sol, 17 de febrero): Altamirano se opuso al dictamen de las comisiones de hacienda y minería que rechazaba reimponer derechos a los metales, propuesto por el ministro de hacienda. Junto con el diputado Dondé, argumentó en contra, aunque sus razones, descritas como una “figura compuesta” que provocó burla, no fueron tomadas en cuenta. La cámara aprobó el dictamen, con Altamirano y Dondé como únicos votos en contra.  

  • 16 de febrero de 1825 (Águila Mexicana, 18 de febrero): Continuó la discusión sobre los derechos a los metales. Altamirano argumentó que no aprobaba gravar excesivamente el oro y la plata, pero sugirió que no era el momento de rebatir al ministro. Propuso un sistema fiscal equitativo donde minería, agricultura, y comercio contribuyeran recíprocamente, señalando que el apartado generaba más gastos que utilidades. Votó en contra del artículo aprobado, junto con Dondé.

  • 22 de febrero de 1825 (Águila Mexicana, 24 de febrero): Apoyó el dictamen sobre la instalación de la Suprema Corte de Justicia, votando a favor en lo general.

  • 7 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 9 de marzo): Votó a favor del artículo 7 sobre privilegios exclusivos, permitiendo a inventores solicitar ampliaciones al Congreso, reflejando su interés en la innovación.

  • 9 de marzo de 1825 (El Sol, 11 de marzo): Apoyó el artículo 8, que requería a inventores obtener una patente para usar sus industrias como privilegiados, respaldando un marco legal para la propiedad intelectual.

  • 10 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 12 y 13 de marzo): Manuel Altamirano votó a favor de celebrar el reconocimiento de la independencia por Gran Bretaña con ceremonial de fiestas nacionales y de los artículos 12, 13, y 15 sobre privilegios exclusivos. Estos artículos protegían los derechos de inventores, establecían condiciones para perder privilegios, y facultaban al gobierno para emitir un reglamento de patentes.
  • 11 de marzo de 1825 (El Sol, 14 de marzo): Apoyó unánimemente el dictamen sobre la instalación de la Suprema Corte de Justicia, respaldando la fecha propuesta para su juramento.

  • 13 de marzo de 1825 (El Sol, 16 de marzo): Manuel Altamirano votó a favor en lo general del dictamen sobre habilitar puertos para el comercio de cabotaje, propuesto por Covarrubias, aunque la discusión se suspendió.

  • 15 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 17 de marzo; El Sol, 17 de marzo): Participó en el debate sobre la publicación del decreto 128 de 1824, que integraba oficiales veteranos a la milicia activa. Altamirano votó a favor del artículo, aprobado por 26 votos contra 23, pero salvó su voto en la declaración de que no se requería el artículo 60 de la Constitución (dos tercios de votos), junto con Velez, Dondé, Gómez Anaya, Fernández, Arce, González Sansalvador, Villegas, Portugal, Aznar, Santacruz, y Ortega, mostrando su preocupación por el procedimiento legislativo.

  • 16 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 18 de marzo; El Sol, 18 de marzo): Manuel Altamirano votó a favor de los artículos 1 y 2 sobre la introducción de camellos, dromedarios, guanacos, alpacas, vicuñas, y castores, facultando al gobierno para premiar a los introductores con 400 pesos por par de las tres primeras especies y 100 pesos por las otras, y 100 pesos por crías de camellos/dromedarios y 25 pesos por otras especies. También apoyó el dictamen para archivar una ley de Valladolid sobre servicios independentistas, considerando que no contravenía leyes generales.

  • 17 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 19 de marzo): Manuel Altamirano votó a favor del artículo 3, que exigía fianza a los introductores de animales para no sacarlos del país, asegurando el beneficio nacional, junto con Torrescano, Reynoso, Peña, Covarrubias, Franco Coronel, Díaz de Luna, Castilblanqui, Dieguez, Puente, Cañedo, Robles, Bustamante, Aznar, Camarillo, Zaldivar, Riva, Cerraton, Arce, Carpio, González Sansalvador, Mimiaga, Mesa Jiménez, Obando, Gutiérrez, y Velez.

  • 18 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 20 de marzo): Manuel Altamirano votó en contra del artículo 4 sobre la introducción de camellos, llamas, etc., que proponía eximir de derechos la importación de estos animales y otorgarles privilegios de nuevos plantíos, junto con Llave, González Angulo, Valentín, Heras, Febles, Reynoso, Covarrubias, Peña, Dieguez, Portugal, Villegas, Aznar, Quiroga, Enriquez, Camarillo, Foncerrada, Zaldivar, González Sansalvador, Escalante, Mimiaga, Riva, Ocampo, Cerraton, Arce, Serrano, Carpio, Obando, Mesa Jiménez, Gutiérrez, Álvarez, y Martínez de los Ríos. Argumentos en contra señalaron que privilegios exclusivos limitarían la propagación de los animales, mientras que el premio pecuniario era suficiente.

  • 21 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 23 de marzo): Manuel Altamirano votó en contra del artículo 1 del dictamen de la segunda comisión de hacienda, que asignaba 4,000 pesos anuales a los contadores de hacienda y crédito público, junto con Peña, Portugal, Sozaya, Pando, Carpio, Ibarra, y Velez. Argumentó que el sueldo era excesivo comparado con el de los ministros de la Suprema Corte (4,000 pesos) y propuso 3,000 pesos, alineándose con Fernández, quien destacó la mayor responsabilidad de los ministros. Sin embargo, la mayoría aprobó los 4,000 pesos, considerando la necesidad de independencia financiera de los contadores.

  • 22 de marzo de 1825 (El Sol, 24 de marzo): Manuel Altamirano votó a favor de los artículos 2 y 3 del dictamen de la segunda comisión de hacienda. El artículo 2 incluía el sueldo de los contadores y el presupuesto de sus oficinas en el presupuesto mensual de la cámara, aprobado con Altamirano y la mayoría, salvo Peña y Velarde en contra. El artículo 3 establecía que el título de los contadores sería un oficio firmado por el presidente de la cámara y autorizado por dos secretarios, con una adición de Febles para notificar al gobierno, aprobado con Altamirano y la mayoría, salvo Dieguez y Peña en contra.

  • 23 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 26 de marzo): Manuel Altamirano votó a favor del dictamen de la comisión de guerra que proponía que los oficiales amnistiados fueran acreedores a sus sueldos desde el día de su presentación a una autoridad civil o militar, junto con la mayoría unánime. También apoyó la adición de Fernández, “dentro del territorio mexicano,” aprobada con Llave, Heras, Torrescano, Febles, Covarrubias, Tamariz, Paz, Martínez de los Ríos, Castilblanqui, Valentín, Portugal, Puente, Cañedo, Camarillo, Martínez Zurita, Serrano, Escalante, Riva, Gómez Anaya, Arce, Ocampo, Lebrija, Pando, González (d. Justo), Quiroga, Carpio, Gutiérrez, Mimiaga, Mesa Jiménez, Díaz Luna, Lombardo, Dondé, Velez, y el Presidente, salvo Dieguez y Aznar en contra. Además, votó a favor de remitir a la comisión de legislación un expediente sobre abusos en levas militares, propuesto por González Angulo, y de archivar un dictamen sobre guarniciones marítimas.

  • 24 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 27 de marzo): Manuel Altamirano votó a favor de dos dictámenes de la comisión de instrucción pública. El primero aprobaba devolver al gobierno la exposición de José María Ortiz, por no ser competencia del Congreso, respaldado unánimemente por Altamirano y otros. El segundo aceptaba la obra Reflecciones médicas sobre las enfermedades espasmódico-hipirianas de Chavert, agradeciendo su contribución, aprobado hasta la palabra “Chavert” por Altamirano y la mayoría, excluyendo la frase “en nombre de la humanidad doliente” por considerarla excesiva.
  • 26 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 28 de marzo): Manuel Altamirano votó a favor del artículo 1 sobre rogativas públicas, que aprobaba el decreto del Senado para realizar rogativas solemnes el primer domingo de enero en que el Congreso renovado abriera sesiones, para implorar el acierto del mismo. El artículo fue aprobado tras un empate inicial (24 votos a favor y 24 en contra), con Altamirano votando a favor junto con Llave, Torrescano, Bracho, Febles, Covarrubias, Díaz Luna, Paz, Martínez de los Ríos, Dieguez, Valentín, Sozaya, Vega, Henriquez, Ocampo, Zurita, Serrano, Riva, Gómez Anaya, Cerraton, Gutiérrez (d. Eusebio), González (d. Justo), Lebrija, Monjardín, Obando, Mesa Jiménez, y Arce, contra Heras, Reynoso, Peña, Tamariz, Portugal, Ortega, Cañedo, Aznar, Gutiérrez (d. Joaquín), Camarillo, Escalante, González Angulo, Carpio, Ibarra, Mimiaga, Pando, Blanco, Lombardo, Álvarez, Dondé, y el Presidente. Altamirano respaldó la medida, que invocaba el artículo 3 de la Constitución para proteger la religión con leyes justas, aunque algunos argumentaron que afectaba la autonomía estatal.

  • 28 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 30 de marzo): Manuel Altamirano votó a favor del artículo 2 sobre rogativas públicas, que establecía que los gobernadores de los estados señalarían el día para la rogativa, y en el distrito y territorios de la federación lo haría el presidente de los Estados Unidos. Fue aprobado por Altamirano junto con Llave, Díaz Luna, Martínez de los Ríos, Castilblanqui, Valentín, Covarrubias, Paz, Robles, Bracho, Dieguez, Heras, Puente, Bustamante, Velarde, Ortega, Foncerrada, Martínez Zurita, Riva, Ocampo, Cerraton, González (d. Eusebio), Monjardín, Lebrija, Carpio, Ibarra, González (d. Justo), Mesa Jiménez, Obando, Blanco, Arce, Sozaya, y otros, contra Torrescano, Reynoso, Peña, Cañedo, Camarillo, Zaldivar, Escalante, Santacruz, Pando, Mimiaga, Lombardo, Velez, Álvarez, y el Presidente. También votó a favor del dictamen de la comisión de legislación sobre la devolución a Chihuahua de un expediente sobre esclavos, para que obrara conforme a las leyes, respaldado unánimemente. Además, apoyó los cinco artículos de adiciones a la ley de privilegios exclusivos, aprobados en votaciones nominales, con la excepción del artículo 2, donde Mesa Jiménez y Obando votaron en contra, y del artículo 3, donde Fernández votó en contra.

  • 29 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 31 de marzo; El Sol, 2 de abril): Manuel Altamirano votó a favor del artículo 5 de las adiciones a la ley de privilegios exclusivos, aprobado por Llave, Torrescano, Febles, Covarrubias, Peña, Tamariz, Díaz Luna, Paz, Castilblanqui, Dieguez, Valentín, Sozaya, Puente, Villegas, Robles, Aznar, Bustamante, Velarde, González (d. Joaquín), Camarillo, Foncerrada, Zaldivar, Martínez Zurita, Serrano, Riva, Mimiaga, Lebrija, Escalante, Cerraton, Arce, Santacruz, Ocampo, Carpio, Monjardín, Pando, Mesa Jiménez, Obando, Ibarra, González (d. Eusebio), Lombardo, Velez, Dondé, y el Presidente, contra Reynoso, Martínez de los Ríos, González (d. Justo), Heras, y Enriquez. También apoyó el dictamen de la comisión de justicia que devolvía a Carlos Carlton Work su solicitud sobre esperas para seguirla en el gobierno, y el dictamen que devolvía a Rafael Rosas su solicitud de esperas para que acudiera al tribunal competente, salvando el voto de Enriquez.

  • 30 de marzo de 1825 (Águila Mexicana, 1 de abril; El Sol, 4 de abril): Manuel Altamirano votó en contra del artículo 1 del dictamen de la comisión de industria sobre adiciones al proyecto de ley para la introducción de camellos, dromedarios, etc., junto con Fernández, Paz, Dieguez, Velarde, Puente, Cañedo, Ortega, Bustamante, Gutiérrez (d. Joaquín), Zaldivar, Gutiérrez (d. Eusebio), Zurita, Riva, Cerraton, Díaz Luna, y Tamariz, contra Reynoso, Febles, Bracho, Peña, Covarrubias, Martínez de los Ríos, Heras, Valentín, Aznar, Camarillo, Foncerrada, Vega, Enriquez, Serrano, Escalante, Ocampo, Gómez Anaya, Arce, Lebrija, Carpio, Santacruz, González (d. Justo), Mimiaga, Mesa Jiménez, Villegas, Obando, Lombardo, Álvarez, y el Presidente. Sin embargo, votó a favor del artículo 4 del mismo dictamen, aprobado por Reynoso, Bracho, Peña, Covarrubias, Tamariz, Paz, Martínez de los Ríos, Velarde, Díaz Luna, Puente, Cañedo, Villegas, Aznar, Gutiérrez (d. Joaquín), Camarillo, Foncerrada, Zaldivar, Enriquez, Serrano, Escalante, Riva, Gómez Anaya, Cerraton, Arce, Carpio, Ibarra, González (d. Joaquín), Obando, Mesa Jiménez, Lombardo, Velez, Álvarez, y el Presidente, contra Dieguez, Valentín, Vega, y Ocampo. También se opuso al dictamen de la comisión de gobernación sobre viáticos para diputados, que proponía pagar a los legisladores que viajaran por mar o tierra según el camino elegido. Altamirano, junto con Heras, Reynoso, Febles, Bracho, Peña, Covarrubias, Franco, Dieguez, Robles, Puente, Cañedo, Bustamante, González (d. Joaquín), Velarde, Camarillo, Foncerrada, Zaldivar, Riva, Escalante, Ocampo, Arce, González (d. Eusebio), Ibarra, Cerraton, Velez, Álvarez, y el Presidente, votó en contra, argumentando que la ley existente (4 pesos por legua) no distinguía entre caminos y que el dictamen podía exponer a los diputados a influencias ministeriales. El dictamen fue devuelto a la comisión para su reformulación.

  • 5 de abril de 1825 (El Sol, 8 de abril): Manuel Altamirano votó en contra del dictamen de la comisión de hacienda que proponía devolver al gobierno el expediente de Doña Inés de Jauregui, viuda de José de Iturrigaray, para que procediera conforme al decreto de la materia. Altamirano se alineó con Heras, Martínez de los Ríos, Portugal, Ortega, Robles, Puente, Velarde, Camarillo, Foncerrada, Zaldivar, Henriquez, Martínez Zurita, Serrano, Ocampo, Monjardín, Lebrija, Santacruz, González (d. Justo), Carpio, Gutiérrez (d. Joaquín), Quiroga, Riva, Gómez Anaya, Velez, y Dondé, contra Llave, Febles, Reynoso, Bracho, Zozaya, Tamariz, Ornes, Díaz Luna, Paz, Castilblanqui, Valentín, Vega, Cañedo, Aznar, Fernández, Escalante, Cerraton, Arce, González (d. Eusebio), Ibarra, Mimiaga, Mesa Jiménez, Obando, Peña, Dieguez, Franco, Villegas, Covarrubias, Lombardo, Álvarez, y el Presidente. Henriquez argumentó que el dictamen debía volver a la comisión por dudas sobre la aplicación de la ley, postura que Altamirano respaldó.
  • 6 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 8 de abril): La sesión abordó el dictamen de la comisión de hacienda sobre el expediente de doña Inés de Jáuregui, viuda de un general, relacionado con deducciones al capital y réditos durante la revolución. Altamirano votó en contra del dictamen, que proponía devolver el expediente al gobierno para que procediera conforme a la ley. Manuel Altamirano se opuso junto a diputados como Heras, Portugal, Enriquez, Carpio, y otros (total: 21), contra un grupo mayoritario que incluía a Cañedo, Reynoso, Peña, Lombardo, Arce, Cerratón, Mesa Jiménez, y otros (total: 29). La moción fue aprobada por la mayoría. La oposición de Altamirano sugiere una postura cautelosa hacia las decisiones fiscales que pudieran afectar a viudas de militares, posiblemente buscando un análisis más profundo en la comisión (como propuso Enriquez) antes de delegar al gobierno. Su voto lo alineó con algunos conservadores (Heras, Carpio) y federalistas (Portugal), pero lo distanció de aliados habituales como Mesa Jiménez, Arce y Cerratón, indicando que en temas hacendarios no siempre seguía un bloque estricto.
  • 7 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 9 de abril): Se discutió un dictamen de la comisión de gobernación sobre la prelación entre gobernadores estatales y comisarios generales en actos públicos. Manuel Altamirano votó a favor del dictamen, que priorizaba a los gobernadores, reforzando la autonomía estatal. Apoyó la moción junto a un amplio grupo que incluía a Cañedo, Portugal, Osores, Cerratón, Arce, Mesa Jiménez, Mimiaga, y otros (total: 54), contra solo dos opositores (Enriquez y Lombardo). Este voto refleja el federalismo de Altamirano, alineándose con Cañedo en un tema que defendía la soberanía estatal frente al centralismo. A pesar de sus diferencias ideológicas (Cañedo era masón y anticlerical), coincidieron en priorizar a los gobernadores sobre los comisarios generales, quienes dependían del gobierno federal. Esto muestra la complejidad de las alianzas en el Congreso, donde intereses estatales podían unir a diputados con posturas religiosas opuestas.
  • 8 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 10 de abril; El Sol, 12 de abril): Se debatió un dictamen de la comisión de hacienda que proponía asignar una pensión de 2,000 pesos anuales al exministro José Domínguez, con la condición de que cesara si obtenía un destino de igual o mayor sueldo. Altamirano se opuso al dictamen, pidiendo más claridad sobre las cantidades recibidas previamente por Domínguez. Manuel Altamirano solicitó que se leyera un decreto de la junta instituyente que, según él, facultaba al gobierno a pagarle a Domínguez entre 18,000 y 20,000 pesos a cuenta de sus sueldos. Esto indica su interés en verificar los antecedentes financieros antes de aprobar la pensión, reflejando una postura fiscalmente responsable. En lo general, Altamirano votó en contra junto a Cañedo, Heras, Paz, Cerratón, Arce, Eusebio Gutiérrez, y otros (total: 10), frente a un grupo mayoritario que incluía a Portugal, Osores, Ibarra, Lombardo, y otros (total: 29). La moción fue aprobada por la mayoría. En el artículo específico, Altamirano volvió a oponerse, esta vez con un grupo más amplio que incluía a Cañedo, Heras, Paz, Enriquez, Mesa Jiménez, Pando, y otros (total: 24), contra Portugal, Osores, Ibarra, Lombardo, y otros (total: 22). El artículo fue rechazado. La oposición de Altamirano refleja su preocupación por la transparencia fiscal, especialmente en un contexto de dificultades económicas para la hacienda pública (como señaló Paz). Aunque coincidió con Cañedo en este voto, sus motivaciones diferían: Cañedo, como masón y liberal, se oponía por principios anticentralistas y económicos, mientras que Altamirano buscaba claridad en los antecedentes. Su intervención activa (pidiendo leer el decreto) contrasta con su perfil reservado, mostrando que, en temas hacendarios, estaba dispuesto a participar para garantizar decisiones informadas. En la misma sesión, Altamirano votó a favor de un dictamen que permitía cobrar desde luego el 3% de derecho de consumo a efectos extranjeros en los territorios de la federación, alineándose con Cañedo, Reynoso, Cerratón, Arce, Mesa Jiménez, y otros (total: 48), contra solo cuatro opositores (Osores, Paz, Carpio, Lombardo). Esto refuerza su apoyo a medidas fiscales que fortalecieran a los estados y territorios, consistente con su federalismo.
  • 9 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 11 de abril; El Sol, 13 de abril): Se discutió un dictamen de la segunda comisión de hacienda que proponía que la asignación de sueldos a los contadores de la contaduría mayor pasara por los trámites de una ley (es decir, requiriera aprobación del Senado). Altamirano votó a favor del dictamen, apoyando la intervención de ambas cámaras. Apoyó la moción junto a Cañedo, Enriquez, Paz, Cerratón, Arce, Mesa Jiménez, Carpio, y otros (total: 41), contra un grupo menor que incluía a Reynoso, Osores, Lombardo, y otros (total: 7). El voto de Altamirano refleja su apoyo a un proceso legislativo más riguroso, asegurando que las decisiones sobre sueldos públicos fueran revisadas por ambas cámaras, lo que podía evitar abusos del gobierno federal. Esto es consistente con su federalismo, ya que limitaba el poder unilateral de la Cámara de Diputados y garantizaba un equilibrio con el Senado, protegiendo la independencia de los contadores frente al Ejecutivo.
  • 11 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 13 de abril): Se discutió el dictamen de la comisión segunda de hacienda sobre la suspensión de la escala de empleados públicos, que el gobierno quería reformar para priorizar mérito y aptitud en la colocación de agentes, contra la postura de algunos diputados que defendían la escala como garantía contra la arbitrariedad. Manuel Altamirano votó en contra del dictamen, alineándose con Dieguez, Enriquez, Escalante, Arce, y Covarrubias (total: 7), frente a una mayoría que incluía a Cañedo, Paz, Portugal, Cerratón, Mesa Jiménez, y otros (total: 47). Su oposición refleja su apoyo a la escala de empleados, coincidiendo con argumentos de diputados como Valentín, quien advirtió que eliminarla abriría la puerta a la arbitrariedad del gobierno, afectando la seguridad de los empleados públicos. Esto refuerza su postura federalista, que priorizaba leyes que limitaran el poder central y protegieran a los ciudadanos frente a decisiones discrecionales.
  • 12 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 15 de abril):  Se discutió un dictamen de la comisión de puntos constitucionales sobre si los derechos civiles y políticos de los diputados y senadores podían ser modificados por las legislaturas estatales. Altamirano propuso suspender la discusión hasta el día siguiente, pero su moción fue rechazada.  Su propuesta indica un enfoque reflexivo, buscando más tiempo para analizar un tema delicado que tocaba la soberanía estatal y los derechos de los legisladores. Aunque no prosperó, muestra su interés en un debate más profundo sobre el equilibrio entre el poder federal y estatal.

  • 15 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 18 de abril): Altamirano votó a favor del artículo 6 del dictamen sobre penas a desertores, que establecía castigos de 4 meses de trabajos en cuartel y 4 años de recargo para desertores en tiempo de paz, con incrementos por reincidencia. Fue aprobado por 41 votos contra 5, con Altamirano apoyando junto a Llave, Reynoso, Covarrubias, Tamariz, Paz, Martínez de los Ríos, Castilblanqui, Valentín, Sozaya, Villegas, Aznar, Camarillo, Zaldivar, Enriquez, Martínez Zurita, Serrano, Escalante, Riva, Ocampo, Gómez Anaya, Cerraton, Arce, González (d. Eusebio), Monjardín, Lebrija, Carpio, Ibarra, González (d. Justo), Mesa Jiménez, Obando, Santacruz, Lombardo, Velez, Dondé y el Presidente, contra Febles, Dieguez, Portugal, Fernández y Pando.

  • 16 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 20 de abril): Manuel Altamirano votó en contra del artículo 7 del mismo dictamen, que permitía a los desertores presentarse dentro de 8 días para recibir penas correccionales en lugar de castigos más severos, pero castigaba la reincidencia con mayor rigor. Altamirano se opuso junto con Febles, Dieguez, Portugal, Fernández y Pando (total: 5), contra la mayoría que incluía a Cañedo, Paz, Cerratón, Arce y otros (total: 39). Argumentó que las penas propuestas eran excesivas y propuso eliminar los azotes, sugiriendo castigos más humanitarios, pero su postura fue minoritaria.

  • 19 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 21 de abril): Manuel Altamirano pronunció un discurso en defensa de los derechos de los diputados de Querétaro frente a una propuesta del diputado Cañedo, quien pedía que el Congreso revisara las leyes estatales para evitar contradicciones con las leyes generales. En dicha sesión se retomó el debate sobre los derechos civiles y políticos de los diputados frente a una ley de Querétaro que suspendía a los diputados del ejercicio de la abogacía durante su mandato. Altamirano pronunció un discurso, citando a Cicerón (De Officiis, Libro I, capítulos 24-25) para argumentar que los legisladores deben priorizar el bien de la patria sobre intereses personales. Defendió la soberanía de Querétaro, argumentando que la ley era una medida de precaución válida dentro de su jurisdicción interna, y que el Congreso general ya había tomado medidas similares al suspender a empleados federales para evitar conflictos de interés. Cuestionó el dictamen de la comisión por su ambigüedad y sugirió que se reformulara para permitir a las legislaturas estatales regular a los abogados (incluidos los diputados) en sus tribunales, sin afectar su soberanía ni el decoro de las cámaras.  En la votación, Altamirano votó en contra del dictamen, que protegía los derechos de los diputados frente a las legislaturas estatales, junto a Paz, Dieguez, Enriquez, Martínez Zurita, y otros (total: 11), frente a una mayoría que incluía a Cañedo, Portugal, Cerratón, y otros (total: 31). El dictamen fue aprobado. Sin embargo, su discurso y voto reflejan un federalismo firme, defendiendo la autonomía de los estados para regular profesiones como la abogacía, incluso si afectaba a los diputados.

  • 20 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 22 de abril): Se debatió la representación del diputado Bravo por Colima, cuestionada por la falta de datos precisos sobre la población del territorio, necesaria para justificar su voto (según el artículo 14 de la ley electoral). Altamirano votó a favor de discutir el tema, junto a Heras, Torrescano, Paz, Martínez de los Ríos, Cerratón, Arce y otros (total: 35), contra Reynoso, Cañedo, Covarrubias y otros (total: 11). Sin embargo, en la votación final, se abstuvo, junto a Velarde y Ortega, mientras la mayoría aprobó la representación de Bravo (total: 32 a favor). Su voto inicial refleja un enfoque cauteloso, pero su abstención final sugiere dudas sobre los datos presentados, alineándose con críticos como Dieguez, quien argumentó que la guerra había afectado el crecimiento demográfico.

  • 21 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 24 de abril): Se aprobó el acta previa y resolvió que las licencias de Gómez Fuente, Martínez de los Ríos y Mimiaga pasaran a la comisión de justicia. Se discutió establecer dos correos mensuales y artículos que prohíben a diputados ausentarse durante el receso y crean una comisión para otorgar licencias. Ambos artículos fueron aprobados, pero Altamirano y Fernández votaron en contra.

  • 23 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 27 de abril; El Sol, 3 de mayo): Se discutió un dictamen sobre el estanco del tabaco, que buscaba devolver el expediente al gobierno para reforzar su administración bajo un régimen estricto, como en 1809, para combatir el contrabando. Altamirano votó a favor del dictamen, junto a Cañedo, Paz, Cerratón, Ibarra y otros (total: 35), contra Fernández, Paz, Arce y otros (total: 7). Además, junto a Cañedo, Gutiérrez, Villegas, Arce, Ortega y Martínez Zurita, presentó tres proposiciones: 1) fijar el inicio de la independencia en 1810 (grito de Dolores); 2) reemplazar el tratamiento «don» por «ciudadano»; 3) secuestrar los bienes del duque de Terranova (descendiente de Cortés) por ser un "feudo infamante". También se aprobó la abolición de títulos nobiliarios (condes, marqueses, etc.), y Altamirano, junto a Ortega, Aznar y Dondé, propuso añadir la abolición de cruces y distinciones monárquicas, que fue remitida a la comisión de justicia. Su apoyo al estanco del tabaco refleja pragmatismo fiscal, mientras que las proposiciones conjuntas muestran su compromiso con los ideales republicanos y anticoloniales.

  • 30 de abril de 1825 (Águila Mexicana, 3 de mayo): Se retomaron las proposiciones de Altamirano y otros sobre la independencia, el tratamiento de «ciudadano» y los bienes de Terranova. Las proposiciones 1 y 2 (independencia desde 1810 y uso de «ciudadano») fueron admitidas a discusión el 4 de mayo, pero la 3 (bienes de Terranova) fue rechazada, con Covarrubias salvando su voto. La admisión de las primeras dos propuestas indica apoyo a su visión republicana, mientras que el rechazo a la propuesta sobre Terranova sugiere resistencia a medidas confiscatorias.

  • 3 de mayo de 1825 (Águila Mexicana, 6 de mayo): Se discutió un dictamen sobre penas a desertores, retomando artículos debatidos el 16 de abril. Altamirano votó inicialmente en contra del artículo 6, que imponía penas de 4 meses de trabajo en cuartel y recargos para desertores en tiempo de paz, junto a Fernández, Risa, Mesa Jiménez y Mimiaga (total: 5), frente a una mayoría que incluía a Cañedo, Paz, Arce y otros (total: 35). Sin embargo, cambió su voto a favor en la aprobación final, mostrando un enfoque pragmático tras considerar la necesidad de disciplina militar, aunque con reservas.

  • 5 de mayo de 1825 (El Sol, 8 de mayo): Se discutió un dictamen sobre un indulto a desertores que se presentaran dentro de 30 días tras la publicación de la ley, eximiéndolos de penas (aunque no de notas en sus filiaciones). Altamirano votó en contra del indulto, junto a Paz y Arce (total: 3), frente a una mayoría de 24. Su oposición, alineada con el argumento del ministro de guerra de que los indultos fomentaban la indisciplina, indica que priorizó el rigor militar sobre la clemencia, contrastando con su enfoque humanitario previo.

  • 20 de mayo de 1825 (Águila Mexicana, 4 de junio): Se discutió un dictamen sobre la memoria del secretario de hacienda, que proponía organizar provisionalmente una oficina de contaduría con empleados cesantes o de la secretaría de la Cámara. Altamirano propuso una adición para exceptuar a los taquígrafos de ser utilizados en esta oficina, pero no fue tomada en consideración. Su propuesta refleja su interés en proteger a los taquígrafos, posiblemente por su rol esencial en el Congreso o su conexión personal con el oficio.

  • 5 de agosto de 1825 (Águila Mexicana, 8 de agosto; El Sol, 8 de agosto): En esta sesión extraordinaria, se aprobó un dictamen de la gran comisión que asignó nuevos cargos a varios dputados. Altamirano fue nombrado miembro de la comisión de legislación, reemplazando al Sr. Franco, en un grupo que incluía a Lombardo como presidente y a Álvarez como nuevo integrante en lugar de Mimiaga. La sesión también abordó temas administrativos, como la decisión de no tratar solicitudes particulares durante las sesiones extraordinarias, y se recibieron oficios, como uno del diputado Heras, quien pidió ser exonerado por motivos de salud. Altamirano no intervino directamente, pero su nombramiento en la comisión de legislación refleja su creciente rol en debates legislativos clave.
  • 6 de agosto de 1825 (El Sol, 9 de agostoÁguila Mexicana, 9 de agosto): Se informó que Manuel Altamirano, junto con los diputados Bracho, Díaz Luna y Monjardín, había recibido una licencia durante el receso del Congreso, aprobada por la comisión encargada de estos asuntos. La licencia de Bracho fue por seis meses, pero no se especificó la duración de la de Altamirano. Esto indica que, tras su participación activa en las sesiones previas, tomó un breve receso, posiblemente por motivos personales o de salud, aunque regresó para las sesiones de septiembre.

  • 7 de septiembre de 1825 (Águila Mexicana, 10 de septiembreEl Sol, 10 de septiembre): Durante el debate sobre el proyecto de ley de libertad de imprenta, Altamirano intervino en la discusión del artículo 16, que imponía una pena de 4 a 6 años de deportación al autor o editor de un impreso subversivo en primer grado, dejando la duración al arbitrio del juez. Altamirano se opuso al artículo, argumentando que abría la puerta a la impunidad: “Supongamos que yo fuese un enviado de la llamada santa liga. Que en desempeño de mis encargos subvertía por la prensa el orden público. Lo mismo puede hacer cualquier extranjero o peninsular que trate de salir de la república. ¿Qué sucedería en tal caso? Caería en poder de los jurados, quien según el artículo en cuestión sentenciaría al autor del papel subversivo a 4 o 6 años de deportación: esto es, a salir del país (según la explicación que se acaba de dar) en lo que no recibiría ningún castigo. Luego el artículo no es admisible.” Su argumento refleja su preocupación por la seguridad nacional y su visión crítica de las penas que podrían beneficiar a enemigos del país. Tras el debate, la comisión reformó el artículo, fijando la pena en 5 años de deportación, pero fue rechazado (15 a favor, 23 en contra) y devuelto a la comisión. La intervención de Altamirano, junto a las de Blanco, Ocampo y el ministro de justicia, destaca su enfoque humanitario y su énfasis en penas justas y efectivas, evitando arbitrariedades judiciales.

  • 26 de septiembre de 1825 (Águila Mexicana, 28 de septiembre; El Sol, 28 de septiembre): Manuel Altamirano hizo una moción recordando a la cámara un mandato previo de inscribir los nombres de los héroes de la independencia con letras de oro en el salón de sesiones, mostrando su compromiso con la memoria histórica y los ideales independentistas. Fernández respondió que ya se había acordado hacerlo en el nuevo salón, lo que sirvió de respuesta a Altamirano. En la misma sesión, se debatió una proposición de Dieguez para limitar el acceso a puertos mexicanos a buques de potencias que reconocieran la independencia de México. Altamirano salvó su voto, junto a Peña, Dieguez, Abreu, Martínez Zurita, Cañedo, Blanco, Ovando, Muzquiz, Velez, Villegas, Gutiérrez (D. E.), Ortega y Fernández, contra la decisión de consultar al ministro de relaciones antes de discutir la propuesta. Su postura, alineada con Villegas, sugiere apoyo a la medida como un estímulo para el reconocimiento internacional, reflejando su visión estratégica y nacionalista.

  • 17 de octubre de 1825 (Águila Mexicana, 19 de octubre): Manuel Altamirano solicitó una licencia de 15 días debido a la muerte casi repentina de su esposa y dos de sus hijos, para arreglar los asuntos de su casa. La licencia le fue concedida inmediatamente, reflejando el respeto de la cámara por su situación personal.

  • 31 de octubre de 1825 (Águila Mexicana, 3 de noviembre): En esta sesión, se eligieron nuevos cargos en la Cámara: el Sr. Martínez de los Ríos fue electo presidente con 27 votos, superando al Sr. Robles (19 votos), y el Sr. Riva y Rada fue electo vicepresidente con 31 votos, frente a los 15 del Sr. Villegas. El debate principal giró en torno al dictamen sobre el arreglo del Distrito Federal, retomando discusiones previas sobre su gobierno económico, político y los derechos de sus habitantes. El diputado Lombardo, representante del estado de México, defendió con vehemencia los intereses de su estado, argumentando que el proyecto uniformaba el Distrito a los territorios sin garantizar derechos políticos ni considerar las rentas estatales, lo que podía dañar a México. Altamirano, como diputado suplente por Querétaro, participó activamente en esta sesión, votando a favor del dictamen junto con una mayoría significativa, lo que revela matices en su postura federalista. Altamirano aparece entre los diputados que apoyaron el dictamen en lo general, junto con figuras como Martínez Zurita, LaLlave, Díaz Luna, Reinoso, Covarrubias, Peña, Valentín, Febles, Cadena, Espejo, Fernández, Zozaya, Robles, Bustamante, Villegas, Ortega, Velez, Portugal, Cañedo, Santacruz, Dieguez, Escalante, Serrano, Cerraton, Arce, Mimiaga, Ovando, Ocampo, Gutiérrez (D.J.), Gutiérrez (D.E.), Abreu, Puente, Vega y el vicepresidente Riva y Rada. Este voto contrasta con la oposición de diputados como Paz, Perez de Lebrija, Zaldivar, Gómez Anaya, Muzquiz, Camarillo, Monjardín, Álvarez, Lombardo, Mora y Franco Coronel, quienes defendían los intereses del estado de México y se opusieron al dictamen por considerarlo perjudicial. El apoyo de Manuel Altamirano al dictamen sugiere un enfoque pragmático, priorizando la uniformidad administrativa propuesta por la comisión. Su voto a favor, alineado con diputados como Cañedo y Velez, con quienes colaboró en otras ocasiones (por ejemplo, en las proposiciones republicanas del 23 de abril de 1825), indica una disposición a respaldar medidas que fortalecieran la federación, incluso si implicaban tensiones con estados específicos como México. Sin embargo, su silencio en el debate, a diferencia de Lombardo, sugiere que optó por no intervenir directamente, posiblemente porque el tema no afectaba directamente a Querétaro o porque confió en los argumentos de la mayoría.

  • 1 de diciembre de 1825 (Águila Mexicana, 3 de diciembre de 1825): En la sesión del 1 de diciembre de 1825, Manuel Altamirano votó a favor del artículo 3 del proyecto sobre el Distrito Federal, que establecía que "el Distrito Federal no tendrá representantes en la cámara de senadores". Este artículo, debatido intensamente, generó una votación empatada (24 a 24) y luego fue reprobado por 24 contra 22 votos, con Altamirano entre los que lo apoyaron inicialmente. Su voto a favor, junto con diputados como Martínez Zurita, Peña, Valentín, Cadena, Portugal, Cañedo, y Riva y Rada, refleja su respaldo a la postura de la comisión, que argumentaba que la Constitución no otorgaba senadores al Distrito Federal por no ser un estado, basándose en el artículo 25 (el senado se compone de dos senadores por estado). El discurso del diputado Portugal, detallado en el texto, defendió esta posición contra las objeciones de Lombardo y González D. Justo, quienes argumentaban que el Distrito Federal debía tener senadores por ejercer el Congreso funciones legislativas estatales en su territorio. Portugal replicó que la elección de senadores no era una función legislativa y que, en un sistema representativo, los habitantes del Distrito debían tener diputados, pero no necesariamente senadores. Altamirano, al apoyar esta postura, mostró su apego a la literalidad constitucional, aunque la reprobación final del artículo indica la complejidad del debate y las tensiones entre federalismo y representación.

  • 16 de diciembre de 1825 (El Sol, 23 de enero de 1826): Manuel Altamirano, como miembro de la comisión de legislación junto con los diputados Mimiaga, Pando, y Valentín, firmó un dictamen que insistía en integrar el tribunal supremo de guerra y marina a la alta corte de justicia, en contra de la desaprobación del Senado. El dictamen argumentaba que esta integración era una ley ordinaria, no constitucional, y que los ministros de la corte actuarían como togados, no como miembros del tribunal supremo, para juzgar casos militares. La respuesta de un crítico (B.F.L.) en El Sol cuestionó esta postura, alegando que ampliaba excesivamente la jurisdicción de la corte, violaba el artículo 154 de la Constitución (que preservaba fueros militares), y podía generar abusos judiciales al otorgar poder excesivo a ministros civiles.
  • 28 de diciembre de 1825 (Águila Mexicana, 30 de diciembre de 1825El Sol, 30 de diciembre de 1825): En la segunda junta preparatoria de ese día, Manuel Altamirano participó en la renovación de cargos de la Cámara, un evento clave para su organización interna. Recibió un voto para la presidencia (frente a los 25 de Reinoso, electo presidente, y 12 de Lombardo), y fue postulado para la vicepresidencia, aunque no obtuvo la mayoría (Aznar fue electo con 32 votos frente a los 9 de Villegas). El texto menciona: «Se procedió a la elección de presidente, resultando electo el señor Reynoso, diputado por Jalisco, con 25 votos, habiendo obtenido 12 el señor Lombardo, 2 el señor Díaz Luna y 1 los señores Altamirano, Aznar y Zurita. Para vicepresidente fueron postulados los señores Aznar, Arce, Villegas, Altamirano, Covarrubias, Lombardo, Díaz Luna, Paz y Febles. No habiendo reunido mayoría de votos ninguno de los mencionados, se repitió la votación entre los señores Aznar y Villegas, que obtuvieron mayor número de votos, resultando electo el primero, diputado por Yucatán, con 32 votos, por 9 que obtuvo el señor Villegas». Esta participación, aunque no resultó en su elección, refleja su reconocimiento entre sus pares, ya que ser considerado para cargos de liderazgo indica prestigio y confianza en su capacidad legislativa. El debate sobre la reiteración del juramento, requerido por el artículo 9 del reglamento interno, también marcó la sesión. Altamirano, al jurar junto con los demás diputados, acató la decisión mayoritaria, a pesar de las objeciones de Franco Coronel y Díaz Luna, quienes consideraban innecesario repetir el juramento para diputados ya en funciones. Su aceptación del juramento refuerza su respeto por las normas institucionales, coherente con su perfil como taquígrafo y legislador meticuloso.


Nota: Resumen generado por I. A. Grok a partir de las actas publicadas.