lunes, 16 de noviembre de 2020

Disertación acerca de los hongos. 1839.

1839. El Dr. Manuel Altamirano escribe su Disertación acerca de los hongos, en la que responde a dos preguntas: ¿Cómo se podrán distinguir los hongos inocentes de los perniciosos? Y ¿de qué modo se podrán remediar sus mortíferos efectos? Para esclarecer estos problemas, él describe la naturaleza y estructura exterior de los hongos, así como su análisis químico, y toca de paso sus caracteres botánicos. Altamirano entrega su disertación al doctor Leopoldo Río de la Loza, y esté la presenta a la Academia de Medicina de México en la sesión del 17 de febrero de 1840. El presidente de la academia, Dr. Manuel Carpio, dispone que los doctores Vargas y Río de la Loza examinen el escrito, y en la siguiente sesión, del 2 de marzo de 1840, luego del informe de la comisión, la academia resuelve que el escrito de Altamirano se publique bajo el rubro de remitido y con el nombre de su autor. Por ello la disertación es publicada en el número 10, del tomo 4, del Periódico de la Academia de Medicina de México, curiosamente fechado en agosto 1 de 1839. (Entonces conocido como Periódico de la Academia de Medicina de Mégico)


REMITIDO. 


Disertación acerca de los Hongos. 


Fungus anceps cibus,— PLINIO, lib. XXII cap. 23. 

El hongo es un alimento peligroso.

 

    Necia es ciertamente la gloria que se adquiere por medio de trabajos inútiles. Con este muy sabido apotegma, engastado en las preciosas fábulas del famoso liberto de Augusto (aplicado siniestramente), censuraban con malignidad a la botánica los mordaces antagonistas del muy célebre Carlos Lineo, los envidiosos detractores de su esplendor e inmortal gloria. Semejantes en cierto modo a la descolada raposa de que habla otro mas antiguo fabulista, afeaban y vituperaban aquello de que carecían, y según la costumbre de los necios, blasfemaban de lo que absolutamente no entendían. 

    El restaurador de la ciencia de los vegetales, el nunca bien alabado Sueco, para vindicarla de tan vilipendiosa y degradante nota, pronunció ante un lucido concurso de sabios una oración latina inaugural, en la que se propuso dar solución a este sencillísimo programa: Cui bono? ¿Para qué sirve la botánica? 

    El sapientísimo padre de esta bella ciencia, con toda la abundancia de su doctrina, con la sublimidad de sus conocimientos y con toda la energía de su agigantado ingenio, desempeñó dignamente el objeto de la proposición que se había propuesto responder, probando con las mas sólidas razones y fundados argumentos las íntimas relaciones que existen entre la botánica, los usos económicos, las artes, y la ciencia que repara la salud del hombre. 

    Yo, esforzándome a imitar al sabio legislador de la ciencia, y para añadir una sola gota al océano de su profunda sabiduría, me propongo dar una ligera prueba de la utilidad de la botánica: y valiéndome de sus aforismos, voy a resolver, si puedo, las siguientes cuestiones prácticas: 

1a. ¿Cómo se podrán distinguir los hongos inocentes de los perniciosos? 

2a. ¿De qué modo se podrán remediar sus mortíferos efectos?

    Para esclarecer estos importantes problemas me parece oportuno manifestar su naturaleza y estructura exterior, anunciar su análisis química, y tocar de paso sus caracteres botánicos. 

NATURALEZA Y ESTRUCTURA EXTERIOR. 

    La naturaleza efímera de estos seres orgánicos participa hasta cierto punto de la animal y vegetal. Su estructura es igualmente distinta de unos y otros: es, por decirlo así, una tercera entidad: y parece que nuestros antiguos mexicanos, con su denominación nanacatl que indica una cosa de carne, dieron una idea mas filosófica que la que escitan los nombres de las naciones mas cultas. 

    Estos cuerpos orgánicos son como el anillo que ata a los animales con los vegetales; pues según la bella teoría del elocuente naturalista francés Conde de Buffon (1), la naturaleza creada no es otra cosa que una continuada cadena de eslabones que mutuamente se tocan. 

(1) En el primer discurso de su inmortal obra. 

    Los hongos son plantas terrestres, o parásitas, muy amigas de la humedad, y en cierta manera enemigas de la luz fuerte. Se presentan en todas las temperaturas termométricas, y se alejan de los otros vegetales por su naturaleza y consistencia, que jamás es herbácea: se separan de ellos por sus formas, y principalmente por la carencia de hojas, de flores, de cúpula, de cáliz, de urna o de órganos que se les pueda justamente comparar. Hay hongos de todos tamaños: muchos son pequeñísimos, y casi microscópicos: la talla de los mas grandes no excede de un pie de altura; pero hay algunos que tienen una superficie de muchos pies de extensión. Sus formas no varían menos: los hay filamentosos, membranosos; unos son semejantes a la espuma, otros a tuberosidades, a parasoles, etc. Presentan todos los colores, excepto el verde puro, y todas las consistencias, porque los hay gelatinosos, esponjosos, pulposos, algodonosos, carnosos, coriáceos, corchosos, leñosos y compactos. 

    En los hongos se distinguen dos partes principales: 

    1a. La porción fungosa que forma la masa del vegetal, que es a veces membranosa o polvosa, sirviendo de base a piececillos fructíferos o a semínulas sentadas; o que se presentan bajo la apariencia de un cuerpo semejante a la piel, nombrado indiferentemente conceptáculo, receptáculo, cápsula, peridio sporangium. En otros hongos mas complicados la masa fungosa forma un tallo, estípite, hastil o pie que fija al vegetal sobre el suelo: un sombrerillo, chapitel o birrete, pileus que es portado por el hastil, y por lo común extendido en parasol y cargado en su faz interior de órganos fructíferos: un velo, velum cortina, que en los primeros momentos también contenía al hongo entero.

    2a. La porción placentaria que contiene, o sobre la cual están inmediatamente fijados los corpúsculos microscópicos, que se tienen con mucha verisimilitud por los órganos reproductores, y han recibido diversos nombres, según las funciones que se les atribuyen, como son los de spores, sporulas, sporidias (1), cápsulas, esférulas,  granos, semínulas, gongylas, vesículas y renuevos

(1) Sporos graece semen genitale

    Los hongos dependen de la tierra y de los cuerpos sobre quienes vegetan, por medio de unas fibrillas que no son verdaderas raíces: todos ellos exhalan un olor particular, y por lo común sustancialmente es el mismo: este es mohoso, jabonoso, azufrado, resinoso, etc., según sus especies. Su sabor es muy variable: este puede ser insípido, cáustico, acre, ácido, urente, de pimienta, estíptico, etc. 

ANALISIS QUIMICA.

Pasando a tratar de su análisis química, esta demuestra que los hongos son compuestos de una sustancia propia que se ha llamado fungína, de albúmina, de adipocira, de osmazoma, de una especie de azúcar, etc. La fungina es compuesta de oxígeno, hidrógeno, carbono y ázoe (2). Esta es mas o menos suave, insípida y poco elástica, comparándola con el glúten: se divide muy bien entre los dientes: se le puede emplear como alimento. Esta se extrae infundiendo los hongos en agua o en alcohol, en los ácidos y en una infusión alcalina débil. Estos menstruos disuelven a los diversos principios que constituyen a los hongos, y dejan libre la fungina, que es insoluble en ellos. 

(2) Esto no está de acuerdo con lo que se asienta en el discurso botánico inserto en el Diario de 8 de julio de 1838. 

CARACTERES BOTANICOS. 

    El esclarecido Sueco en su admirable sistema sexual distribuyó a los vegetales en veinte y cuatro clases y en la última de los eriptógamos, coloca a los helechos, musgos, algas y hongos. Esta clase es toda sospechosa.(1) 

    Voy a ocuparme de esta última numerosa familia, de quien desde los tiempos antiguos de Plinio ya se conocían muchos géneros(2): y de la que cuentan setenta y siete los botánicos modernos, que es como hemos dicho, muy distinta de las otras por sus formas exteriores y por sus principios constitutivos. 

    El famoso restaurador de la ciencia estableció en su ingenioso sistema artificial unos cuantos géneros de hongos, y los dividió en dos secciones: 1a. hongos con sombrerillo: 2a. hongos sin sombrerillo. 

    En la primera atendió por lo general a la textura del sombrerillo; en la segunda consideró su figura. En los pocos géneros que fundó hay multitud de especies, ya comestibles, como el agárico cantarillo, el agárico delicioso, el agárico de S. George y el violáceo(3), y a otros muy venenosos, como el agárico muscario, el agárico de estiércol, etc., etc. 

(1) Cryptogamía vegetabilia saepius suspecta continet. Linneo, Aforismo 354. Traducida por Palau y Verdera dice así: Los vegetales, cuyas flores y semillas son pequeñas e imperceptibles a la vista, componen una clase con el nombre de Cryptogamia, y sus efectos comúnmente son sospechosos. En esta clase entran los helechos que regularmente tienen el olor ofensivo; las algas, que pocas o ningunas son comestibles, teniendo muchas la virtud purgante; y los hongos, cuya comida siempre es temible. 

(2) Plinio lib. XXII cap. 23, Fungorum lentior natura et numerosa genera 

(3) Cryptogamia vegetabilia. 

    El muy sabio botánico español Cavanilles, siguiendo la doctrina de Koelreuterio, distribuyó a los hongos en cuatro tribus: 1a. hongos con semillas interiores: 2a. con semillas exteriores: 3a. con semillas en la parte su superior: 4a. con semillas en la parte inferior. 

    Persoon, cuya científica distribución adopta un diccionario médico, los divide en dos órdenes (análogos a los de la clase didinamia de Linneo): subdivididos estos en otras secciones. 

    Primer orden: hongos gimnocarpos (oculto fruto), o con semínulas situadas en su parte exterior. Sección 1a. gimnocarpos naematothecas (membranas capsulas) o bisos: hongos filamentosos. Sección 2a. gimnocarpos hymenothecas (membranas capsulas), hongos con superficie fructífera, que no se descompone en materia pulposa: los que quedan divididos en helvelloides, massetes, gimnodermates, hinoides, boletoides, agaricoides. Sección 3a. gimnocarpos lithothecas (solubles capsulas), hongos cuya membrana seminífera degenera en pulpa. 

    Orden segundo: hongos angiocarpos, o con semínulas interiores. Sección 1a. angiocarpos dermatocarpos (cutis fruto), hongos parásitos y sin peridio (1). Sección 2a. angiocarpos epiphitos: hongos con peridio membranoso lleno de polvo entremezclado de filamentos. Sección 4a. angiocarpos sarcocarpos: hongos con peridio membranoso, o carnoso, no polvoso, ni filamentoso en lo interior. 

(1) Como acabamos de decir, peridio es el receptáculo de las semínulas. 

    Dejando a un lado este aparato científico de los mas ilustres sabios, consultemos también a los empíricos y vulgares: pues la botánica, auxiliadora de la medicina, está dispuesta a seguir el ejemplo de esta ciencia y a adoptar el prudente consejo del oráculo de la isla de Coo, a saber: No te avergüences de interrogar aun a los vulgares(2). Estos, entre quienes deben ser numerados los que dirigen el arte de cocina, nos suministran varias señales sacadas de la práctica o de lo que han oído decir a otros para distinguir los hongos comestibles de ios que no lo son.... Pero antes de aquellos oigamos lo que nos dice sobre este artículo el erudito Diccionario de Bomare (palabra Chapignon). Se puede hacer una división general, dice su sabio autor, y muy importante, la de hongos venenosos y la de hongos comestibles. El confundirlos debe producir fatales consecuencias. La experiencia en todos los países del mundo hecha respecto de los hongos de mejor calidad, nos prueba bastante que su alimento es bastante peligroso, pues aun los que se comen con seguridad, a su buen gusto se vuelven fácilmente dañosos, o por haberlos recogido muy tarde, o por la naturaleza del lugar en que crecen, o por el jugo con que se nutren, o por la cercanía de los que estaban ya podridos, o por la vecindad de los que casualmente estaban envenenados.

(2) Ne te pigeat etiam a plebeis sciscitari. 

    Pero unos mismos hongos no son igualmente funestos en todos los países, y esto mismo se puede asegurar de la venenosa cicuta. Los rusos, según Mr. Haller, comen hongos que creemos ser los mas peligrosos, como son aquellos de que nos valemos para matar moscas. No obstante, estos pueblos han reconocido en ellos una calidad embriagante, sin haber dejado por eso de hacer uso de ellos. Por lo tanto, se les debe comer con mucha moderación, aun aquellos que tienen todas las condiciones que se buscan de salubridad aparente, porque su naturaleza esponjosa los hace de difícil digestión. 

    Hay hongos de que se hace uso en los guisados, tal es: el fungus campestris esculentus vulgatissimus (Agaricus campestris?): tal es el lasseras de los franceses, el amarillo o el anaranjado (acaso es el Agaricus deliciosus): el cantarillo (Agaricus cantarellus), etc. Los que dirigen el arte de cocina, los doctores de la ciencia de la gula, como se explica Montaigne, creen haber llegado a distinguir sin equivocación los hongos buenos de los malos: y aseguran que los buenos son aquellos que toman su incremento en el espacio de una noche; ya sea naturalmente, o ya por medio del arte en capas concéntricas. Dicen que deben ser de un tamaño sobre poco mas o menos como el de una castaña, carnosos, bien nutridos, color (color) blanco por arriba, rojizos por debajo, de una consistencia bastante firme y medulosa por dentro, de un olor (odor) y de un gusto (sapor) agradables (sapidae et suaveolentes honae sunt). 

    Al contrario, los malos y perniciosos son aquellos que habiendo permanecido mucho tiempo sobre la tierra, se han vuelto azules o negruzcos (niger ingratum indicat), o rojos y cuyo pie se ha ahuecado. Pero estas señales no satisfacen fácilmente a los físicos; ellos exigen notas características que indiquen el gran número de especies y variedades de hongos, los buenos, los perniciosos y los dañosos: conocimiento que es bastante importante y que es el punto cardinal de esta disertación. 

    Vamos pues a hablar de los mousserons de los franceses (muskroon de los ingleses) hongos comestibles de los españoles. De los morilles (Fungus pumicosus). De los truffes o criadillas de tierra (Licoperdon tubera): de la pierre de champignon (piedra de hongo), de la vessie de loup, vejiga de lobo (Licoperdon bovista), y de la oreille de Judas, de la oreja de Judas (Peziza auricula). 

    Mousseron o mouceron (fungus vernus esculentus) pileolo rotundiori (agarici species)

    Esta es una especie de hongo que crece en la primavera en los bosques en medio del moho, debajo de los árboles, aun entre las espinas en los prados, (pratensibus natura est optima fungis, nos cantó Horacio). El vuelve a nacer cada año en el mismo lugar de donde se había sacado. Se les distingue en sus pequeños hastiles, cilíndricos, rizados y arrugados en su base, muy cortos, y sostienen pequeñas cabezas del tamaño de un guisante o alberjón; pero que se vuelven mas corpulentos si no se les arranca: están provistos por debajo de muchos sulcos que se extienden del centro a la circunferencia. Toda la sustancia de estos hongos, tanto en lo interior como en lo exterior, es blanca, carnosa, esponjosa, agradable al gusto (sapidae et suaveolentes bonae sunt), y de buen olor (observato...  odore): por esto se les sirve en las mejores mesas en las salas. Los cocineros se ejercitan en presentarlos en guisados bajo muchos aspectos. . . . 

    Morille (seta en castellano) vulgarmente murgas

    Morille en francés (boletus favus, seu fungus cavernosus, aut porosus). Es una especie de hongo que lleva granos. Este hongo es del grueso de una nuez, algunas veces mayor. Su sustancia es carnosa, toda penetrada de agujeros. de suerte, que se parece muy bien a un panal de abejas. Su color es de un blanco rojizo, o bermejo, o negruzco. Es cóncavo por dentro, blanco y como salpicado de un polvo fino. El piececillo que sostiene a la morille es todo blanco, hueco y provisto en su parto inferior de raíces menudas y filamentosas. Algunos distinguen cuatro especies de morilles por su tamaño, figura y color. 

    Las recientes y secas preparadas de diferentes modos, se tienen por deliciosas: se las sirve en diversos guisos. ¿Quién no ha oído hablar a los glotones de las morilles rellenas, fritas a la italiana, con jamón, rebanadas de pan con morilles, y de tortas de estas? Se han reputado a las morilles por afrodisiacas. Nerón llamaba a este género de alimento el manjar de los dioses, cibus Deorum, porque Claudio, de quien fue sucesor, envenenado con las morilles, fue colocado en el número de los dioses. Pero estas, según Suetonio, estaban preparadas con veneno, boleti medicati.(1) 

(1) Esta es otra de las nulidades de los hongos, porque se pueden valer de ellos para dar un tósigo, escudándose el criminal con que se podría atribuir el funesto resultado a la maligna naturaleza de los hongos, y por consiguiente podria quedar impune su negra alevosía. 

    Truffes, criadillas de tierra: (Lycoperdon tuber)

    Las criadillas de tierra se numeran justamente entre la clase de los hongos, y se colocan entre los que llevan granos. La criadilla tiene la forma de una masa carnosa, informe, casi redonda, escabrosa, jaspeada o llena de venas: todo esto demuestra una organización particular. Se encuentran grises y negras. Cuando comienzan a crecer, no son mas gruesas que un alberjón. Se dice que se han visto algunas, aunque raras veces, que pesaban una libra. La criadilla nace y crece en la tierra y no aparece en lo exterior. Como los cerdos son muy amigos de ellas, cuando las hallan hozando la tierra, anuncian su dicha por medio de gritos de alegría. Esta indiscreción le sirve al pastor, quien a los chillidos los retira y corre a palos, y reserva este hallazgo para las mesas en donde se encuentran paladares mas delicados. También se reconocen los parajes en que están bajo de tierra, cuando mirando horizontalmente sobre la superficie de la tierra encima de un terreno ligero y lleno de grietas, se ven revolotear enjambres de pequeñas moscas producidas por los gusanillos que salen de las criadillas, depositados en estas por dichas moscas en estado de huevos. En setiembre y octubre se hace la cosecha de las criadillas. Comúnmente, no se encuentra yerba en el paraje en que hay esta especie de hongos. Los países calientes, los lugares secos y arenosos, son los parajes en que se encuentran. Hay de ellas muchas especies, o por mejor decir, variedades, y las mas excelentes son de un mediano grueso, bien nutridas, duras, que tienen un olor y un sabor particular muy agradable para muchas personas. La Saboya produce una especie de criadilla, que pesan algunas hasta dos libras, y que tiene exactamente el gusto de ajo. Estas especies son agradables para las personas que se lisonjean con esta clase de sabor(1)

(1) No hablo de la raíz del hongo, llamada también impropiamente piedra de hongo (fungifer lapis), por no hallarse entre nosotros los mexicanos; y su propagación por este medio prueba con evidencia que estos seres orgánicos provienen de semilla, y que no son excrecencias, como falsamente opinaban los antiguos filósofos. 

    La vesse begin de loup (Lycoperdon bovista). 

    La vejiga de lobo, aunque venenosa, es buen astringente para curar las llagas y restañar la sangre. 

    La oreja de Judas (Agaricus auriculae, forma vel melius: peziza aurícula), crece sobre el saúco, y es un resolutivo de los tumores, y se usa en las inflamaciones de la garganta, y algunos médicos se valen de ella para curar las anginas.

    Oigamos ahora lo que nos dice el Plinio español, que escribió la historia de nuestras plantas según las ideas reinantes en su atrasado siglo; hablo del Dr. Francisco Hernández, quien, (en su tom. II pág. 357) traducido al castellano, dice así: 

    Del nanacatl o del género de los hongos. 

    Tantos y tan varios géneros de hongos se hallan entre los novohispanos o mexicanos, que seria perder el tiempo y cosa fastidiosa describirlos de uno en uno, o presentarlos en diseño. Por lo que, hablando superficialmente de muy pocos en lo particular, referiremos, según se presente la ocasión, todo lo que pareciere pertenecer a la ilustración, o para entretejer la historia de este nuevo mundo. Hay pues unos hongos, de los que nacen en esta región bastante venenosos y que causan la muerte, llamados citlalnacame (estrella-hongo an Agaricus equestris linn?). Hay otros, que tomados no infieren la muerte, pero que inducen la locura, y esta permanece por algún tiempo, acompañada de una especie de risa sardónica o afectada, y a estos suelen llamar tehuinti (Boletus bovinus): son leonados, acres, y de un verde no muy ingrato. Hay otros también, que sin risa alguna presentan a la vista varios objetos, como son guerras e imágenes de demonios. Hay otros en fin, que son los mas atroces y horrendos, no menos apetecidos por los mas principales de estas gentes para sus fiestas y convites, buscados a gran precio y con el mas cuidadoso empeño; cuya clase es de un color hosco y provisto de cierta acrimonia. 

    Últimamente, hay otros comestibles de naturaleza fría, y que carecen de sabor notable y sin sabor manifiesto, que han acostumbrado llamar Iztacnanacame (Agaricus campestris), de los que algunos son blanquizcos, otros amarillentos, otros son rojizos, algunos son hoscos o pardos, matizados, verdosos y señalados con tanta variedad de colores, que ningún artífice, por diestro que fuese, aunque empleara el mayor esmero, podría imitarlos perfectamente. Ni solo difieren en color y virtud, sino también en tamaño y forma; porque los hay pequeños, grandes y medianos; de la figura del huevo de gallina, arredondados: imitando otros la forma de un escudo amazónico: anchos otros y con diversidad de figuras. ¿Qué tenia pues, que hacer yo en tanta superabundancia de la naturaleza que se complace en variar las formas? Resolví desde luego, que solo se grabasen cuatro, a saber: los comestibles, que son de color blanco, y que de un solo pie salen muchos y nacidos por la mayor parte entre peñascos, y llamados por su color iztacnanacame, u hongos blancos (Agaricus deliciosus); y los amarillos, que se nombran chimalnanacame (Agaricus georgi), que también son inocentes y sirven para las mesas; y por último, aquellos que porque suelen embriagar son conocidos con el nombre de tehuinti (Agaricus bovinus?) y que del color leonado pasan al hosco, excitan una risa inoportuna, y presentan fantasmas o imágenes sin la risa, de los que con ellos están embriagados. 

    El muy experto historiador mexicano, el erudito español Fr. Bernardino Sahagún, en su tomo III (pág. 243) de su obra sacada poco ha del olvido, nos enseñó hace cerca de tres siglos esto que literalmente copio: «Las setas, hongos o nanacatl hacen genus compos agrorum: en los montes son buenos de comer; cuécense para esto, y si están crudos o mal cocidos, provocan a vómito o a cámaras, y matan. Para remediar de esta corrupción que causan las setas, es bueno el ungüento amarillo que se llama axi (1) echado por clistel o lavativa. Hay una de estas setas que se llama tzontecomatl; son grandes y redondas a manera de platos: todas estas son comestibles, pero han de ser muy cocidas. Hay otras que son blancas y redondas; no son recias de cocer; presto se cuecen, y también asan en comales, y son muy sabrosas. Hay otras que son altas de pie y lo tienen delgado; son redondas y llanas, cuecen de presto y son muy buenas; hácense en los páramos cuando comienzan las aguas. Hay otras que son buenas de comer asadas y cocidas». Hasta aquí el docto historiador mexicano. 

(1) Axi: Léase el núm. II pág. 149 del Sr. La Llave. En dicho periódico trimestre también escribe (si mal no me acuerdo) sobre esta misma materia. Añadimos en esta nota, que algunos aconsejan como preservativo de su perniciosa cualidad el cocerlos previamente con cabezas de ajo machacadas, y mejor lavándolos con vinagre; y aun podría tomarse el arbitrio por algún tutiorista de darle a comer a algún perro pequeño o a otro animal una cantidad considerable, v. gr. media onza a un perrito faldero, de los hongos que se van a comer. Con tal anticipación se podrían remediar mas oportunamente los malos resultados. 

    Nuestros vulgares y cocineros dan a su vez señales distintivas de los hongos comestibles, y son estas que voy a indicar: su tamaño, dicen, debe ser de nuestra mayor moneda, que es un peso; de color blanco y un poco pintado de prieto; y añaden que se comen los amarillentos. 

    Son inocentes los blancos y del tiempo de lluvias. 

    Los de los encinos grandes, casi del tamaño de un queso nuestro (1), son muy blancos y sabrosos, y se comen con sal y asados. Los quitlacoches. . . .(2) 

(1) Nuestros quesos redondos, tendrán cerca de cinco pulgadas de diámetro y una de alto. 

(2) Los quitlacoches, hongos parásitos que se dan en lugar del maíz, y destruyen las mazorcas, se denominan así por una remota analogia con la ave llamada en mexicano Cuitlacohe: esta voz entre otras profiere al cantar, y es del género ornitológico: (Turdus un poco parecido en la traza a la especie merula) es de color pardo, o mas oscuro que el de la cascara de nuez. Tal color presenta el cuitlacoche, hongo monstruoso en mi opinión, compuesto de infinidad de honguillos, cuyos pequeños hastiles están apoyados en muchos puntos de los que fueron granos de la mazorca, que creciendo se conglutinan fácilmente entre sí, y dan como una cubierta común irregular o como costra de la mazorca, que si hubiera sido globosa, esta misma figura tendría este conjunto de hongos. Se dice que son sanos y sabrosos: Periculosum est credere ... 

   Pero los que se dan al pie de los arboles viejos no tienen solidez, se desbaratan fácilmente, y no se comen. 

    Tampoco es comestible el que vulgarmente se llama puto, que es sin pie, y cuando se seca se desvanece entre las manos como humo de ocote.

    Los amarillos y de las peñas son venenosos. También lo son los que tienen muchos pies y un solo sombrero. 

    El lugar, pues, en que nacen, también debe ser explorado; y respecto de esta alevosa familia no debe perderse de vista aquel aforismo linneano: observar el color, olor, sabor y lugar en que nacen los vegetales: Observato sapore, odore, colore et loco

    Pasemos ahora a bosquejar, aunque sucintamente, el triste cuadro de los síntomas perniciosos y mortales que los hongos de mala traza, como el agárico de estiércol y aun los de buena, suelen causar en la economía humana. No entraremos en la indefinible cuestión sobre si su principio venenoso es de una naturaleza acre, corrosiva o caustica, o de si producen accidentes análogos a los de la perniciosa cólera asiática, ni tampoco propondremos sostener la hipótesis de que sus efectos son producidos porque disminuyen la fuerza sistática del corazón de un modo semejante a la Digitalis purpurea; tampoco nos empeñaremos en defender con algún sabio que las setas u hongos son a veces nidos de insectos mortíferos. También podríamos entrar en duda de que sus minutísimas semínulas eran las que envenenaban, en virtud de una fuerza expansiva provenida del repentino desarrollo de dichas semínulas: ejerciendo una acción mecánica: acaso podrán apagar la vida por medio de un principio muy volátil que fuese un estímulo muy enérgico; ya de un modo químico, etc., etc. . . . Todo esto podría ser motivo de una larga discusión que interesaría solo a la vana curiosidad del hombre, pero no a su utilidad y provecho. Lo que no admite discusión ni duda es que por un pequeño descuido, error o falta de conocimiento en saberlos distinguir bien, se han sacrificado en diversos tiempos y lugares muchos individuos de la especie humana. 

    Los accidentes que han precedido a su fatal estrago, han sido en general los que voy a indicar: el vómito, la opresión, la tirantez en el estómago y del vientre inferior, la ansiedad, los retortijones en los intestinos, la sed violenta, la cardialgia o dolor en la boca del estómago, la disentería, el desmayo, el estupor, los sudores fríos, el temblor de casi todas las partes del cuerpo, las convulsiones, la gangrena y la muerte. 

    La narración de tan terribles y funestos síntomas, casi de nada serviría si la ciencia reparadora de la salud no tendiese una mano protectora en favor de los que hubiesen caído en la red del error. En efecto, la medicina en tales circunstancias no es una fría espectadora del mal como en otras muchas. Por el contrario, puede proporcionar auxilios muy oportunos en los lances mas aflictivos. La experiencia y la razón de analogía con otros venenos, v. gr., cuando se ha equivocado la raíz del mortífero beleño con la inocente y medicinal chirivia, han dictado el plan curativo que brevemente expongo. Primeramente, si no hay a mano, o no se puede conseguir improvisamente un vomitivo de regular energía, como son veinte granos de ipecacuana o dos granos de emético: en tal caso, el agua tibia con sal marina o de la cocina sustituirá sus veces, pues todo mal exige instantáneamente la remoción de las causas especificas y mórbíficas. Esta es la primera indicación: la segunda, el corregir la excitación levantada preternaturalmente por medio de los ácidos vegetales. Serán por lo mismo muy conducentes una libra de cocimiento ligero de tamarindos con una onza de pulpa de cañafistola y dos ochavas de crémor de tártaro y una onza de jarabe de maná, o de duraznos, o de ruibarbo. Se supone que el paciente es de una constitución robusta y de una edad media (v. gr. hacia los treinta años). Después de esta minorativa, (y aun al mismo tiempo si la sed fuere intensa) tomará el enfermo agua de limón o de naranja agria, o con un poco de vinagre: en una palabra, convienen los antiflogísticos vulgarmente llamados refrigerantes. 

    Exteriormente se le aplicarán en toda la región del vientre alto y bajo, cataplasmas no interrumpidas de harinas emolientes de malvas y de linaza hechas con agua y mejor en leche. El baño tibio será en mi concepto muy propio del caso. La nieve de limón o de rosa, de naranjas o de tamarindos etc. Item las lavativas de leche con diez gotas de láudano líquido repetidas cada tres horas. Los enemas hechos con el ungüento amarillo de axi, como lo indica el padre Sahagún, serán muy conducentes, y tanto mas si ya hubiese indicios de disentería; y aun la extracción de sangre será indispensable si hubiere síntomas pletóricos: esto es en cuerpo robusto y musculoso, buen color, genio fogoso, pulsos llenos etc. 

    Los emolientes en el uso interno, corno el agua de malvas, de raíz de altea, de zaragatona, de linaza, de corazón de membrillo, de cuerno de ciervo, etc., serán muy eficaces para apagar todos los restos de irritación que hayan quedado. Pero si por desgracia él envenenamiento estuviere ya muy avanzado, y principalmente si amenaza ya la gangrena o está iniciada, lo que se conoce en la cesación repentina del dolor, en el aparente alivio acompañado de la postración de fuerzas, y en el desfiguro del rostro; en tan tristes circunstancias convendrá (pues se reputa como la extrema-unción médica), un vejigatorio en la región del vientre: el cocimiento de la yerba del cura con jarabe de quina o de meconio, o cocimiento de cebada y quina con jarabe de goma arábiga, y diez granos de alcanfor para diez tomas, una cada hora; en una palabra, los antigangrenosos. Dieta muy ligera, como horchata, pocillo de atole, de arroz de sagú, etc. 

    Reasumiendo en pocas palabras todo lo que hasta aquí llevo expuesto, debemos deducir las siguientes proposiciones: 

    1a. Los hongos son de una naturaleza sospechosa. 

    2a. Se tienen por mas seguros los blancos y redondos, con especialidad una clase que hay de chiquillos.(1)  (1) Cocinero megicano, tom. I, pag. 163.    

    3a. Las señales de los comestibles están sujetas a equivocación. 

    4a. En caso de envenenamiento se debe promover al instante su expulsión por vomitivos, y usar de los minorativos y ácidos vegetales, de los mucilaginosos y refrescantes.

    5a. La prudencia dicta el abstenerse de ellos para no ser una necia víctima de un indiscreto apetito. Ne temere Abydum: No navegue el mar proceloso que conduce a la ciudad de Abido, decian los antiguos griegos, para aconsejar que no se emprendiese temerariamente alguna cosa. Ne fungos edas: abstente de los hongos, se le debe decir a todo el que quiera evitar un funesto resultado. Según, pues, la experiencia diaria de todos los países, es muy cierto lo que nos dejó escrito el elegantísimo naturalista romano: el hongo es alimento peligroso. Fungus anceps cibus

M. Altamirano. 



















martes, 26 de mayo de 2020

Plantas Mexicanas: Identificaciones del Dr. Manuel Altamirano en la obra de Francisco Hernández de Toledo

En la página web Obras Completas de Francisco Hernández de la U.N.A.M (Texto de la introducción a los comentarios por Javier Valdés e Hilda Flores), de 2015, se menciona que el Dr. Manuel Altamirano identificó, con nombre científico, 90 plantas de la obra del protomédico español Francisco Hernández, titulada Historia Natural de Nueva España (para ver transcripción electrónica de la obra de Hernández de Toledo acceder al enlace 1 y enlace 2 ). Se menciona que las identificaciones de Manuel Altamirano vienen en las obras  «Plantas mexicanas» y «Plantas medicinales», sin fecha de publicación y con anotaciones manuscritas anónimas (Estas últimas podrían ser las traducciones del Dr. Fernando Altamirano de la obra de Hernández).

En la página, se mencionan también las 190 identificaciones realizadas por el nieto del Dr. Manuel Altamirano, el Dr. Fernando Altamirano, y 195 realizadas por otro nieto del Dr. Manuel Altamirano, Manuel Urbina y Altamirano, quien se ocupó de varios grupos como peyotes, amates, zapotes, copales, ayotli y otros.

Se precisa además que algunas de esas identificaciones algunas fueron corregidas en esta versión de la U.N.A,M. de 2015, haciendo la indicación correspondiente. Los errores mencionados tienen anotados [sic] que significa “así visto” seguido por la(s) palabra(s) correcta(s) entre corchetes [ ].

Se enlistan a continuación estos aportes (identificaciones con nombre científico) del Dr. Manuel Altamirano en la obra de Francisco Hernández:

Libro primero

(01) III. Del apitzalpatli yyauhtepecense [I:2]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:205
Considera que es Hehanthus glutinosas.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:5
Indican que según Urbina y Altamirano corres­ponde a Helianthus tburifer.

(02) IV. Del apitzalpatli de Tehoitztla [I:2]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:202
Indica que podría ser una especie de Ricinus o Croton.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:7
La identifican como Ricinus communis L. Co­mentan que en algunos caracteres botánicos coin­cide con los de la obra de Hernández: aspecto de los frutos, erizados de púas y semillas pequeñas que se asemejan a una garrapata (ricinus en latín significa garrapata).

(03) VIII. Del apitzalpatli tzontololotli [I:3 (fig. p. 3)]
En Plantas mexicanas (sf). I:204
No está anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Indica que es Helianthus glutinosus.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). A-B
Dice que es una Compuesta, posiblemente un Trixis.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:9
Consideran que se trata de Perymenium rude Robins e indican que coincide por algunos carac­teres botánicos: tallos delgados, algo vellosos, hojas anchas, ovaladas, aserradas, con tomento blanquecino en el envés, flores medianas dispues­tas en cimas con involucro de color amarillo.

(04) IX. Del alahoacapatli leptófilo o remedio mucilaginoso de hojas delgadas [I:3 (fig. p. 4)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:128
Indica que es una especie de Sium.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A
Batalla, M.A. et al. 1942. I:11
Indican que se trata de Polemonium grandiflorum Benth. ya que coinciden algunos de sus caracteres botánicos: yerbas con raíces típicas, hojas alternas imparipinatífidas y flores anchamente acampanadas dispuestas en cimas. También comentan que algunas especies de Polemonium tienen propiedades diaforéticas, diuréticas y as­tringentes.

(05) X. Del axixpatli ocimoide o medicamento que provoca la orina y tiene hojas de albahaca [I:4]
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Considera que es Polygonum.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:11
Indican que esta planta fue determinada por Altamirano como Polygonum, y que P. hidropiper L. tiene propiedades diuréticas.

(06) XI. Del segundo axixpatli [I:4 (fig. p. 4)]
En Plantas mexicanas (sf). I:303
No está anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:618
Indica que el chichicayotli es Cucumis coloquint [sic: Cucumis colocynthis Linn.].
Batalla, M.A. et al. 1942. I:13
Señalan que es Parosela plumosa (S. Wats) Rose, comentando que creen que se trata de esta plan­ta porque concuerda con la descripción botánica y con los datos que se pueden apreciar en la ilustración.

(07) XV. Del axixpatli texaxahuacense [I:5 (fig. p. 5)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:310
Señala que es Rumex alpinus.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1942. 1:17
Consideran que esta planta es Vitis caribaea D.C., que es una planta voluble, con hojas lobadas que tienen mucha semejanza con las de la vid, por lo que se conoce con el nombre vulgar de parra silvestre; vive en lugares cálidos como Veracruz, Tabasco y Chiapas, pero no cerca de las aguas. También dicen que la savia de la planta se usa como diurético.

(08) XVI. Del axixpatli cóztic o amarillo [I:6]
En Plantas mexicanas (sf). I:304
No está anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es Rumex.
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Comenta que el amamaxtla puede ser algún Rumex (Polygonácea).
Batalla, M.A. et al. 1942. I:17
Indican que creen que se trata de Rumex mexi­cana Meissn, “porque con el nombre de ‘amamaxtla’ se designa a Rumex mexicana que presenta hojas alargadas (¿es por esto que se llama listón de agua?), según Hernández su raíz se parece a la de la planta llamada ruibarbo de los frailes, nombre con que también en la actualidad se co­noce la especie a que nos referimos”.

(09) XXII. Del acocoquílitl o verdura parecida al acocotli [I:7]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:52
Indica que es Sisymbrium.
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:52
Comenta que no concuerda.
En Plantas medicinales (sf). A
Se encuentra anotado que según M. Altamirano es Sissymbrium [sic: Sisymbrium]. También se encuentra una nota que dice: “Laverium-Sium latifolium. R.R.”
Urbina, M. 1903a
No vacila en afirmar que se trata de Arracada atropurpúrea Benth. et Hook.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:23
Corroboran la identificación de Urbina.

(10) XXIII. Del segundo acocoquílitl [I:7]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:53
Sugiere que podría tratarse de Tapia ? [sic].
En esta página, también se encuentra anotado que podría ser Bacopa ? o Sium angustifolium.
En Plantas medicinales (sf). A
Se encuentra anotado que podría tratarse de una Umbelífera y se propone que acaso es la berrera —Sium angustifolium L. (Farmacopea mexicana de 1879).
Urbina, M. 1903a
Indica que esta especie corno la anterior es una Umbelífera y que por su tamaño pequeño, hojas parecidas a las del culantro, flor pequeña y blan­ca y raíz aromática, corresponde a la Arracada trífida Coult. et Rose.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:23
Corroboran la identificación de Urbina.

(11) XXV. Del acocotli o hierba de tallo hueco [I:8 (fig. p. 8)]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:55
Indica que corresponde a las Umbelíferas.
Altamirano, en Plantas mexicanas (sf). I:55
Señala que podría ser Ligusticum risticum.
También se encuentran anotadas en esta página las determinaciones siguientes:
Prionosciadium mexicanum Wats., Cucúrbita, Bidens leucantha, Coreopsis coronata L. (Moc. y Sessé).
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es Cucúrbita o Ligusticum de las Umbelíferas. Más adelante se indica que en efecto parece ser una Umbelífera, posiblemente Pentacripta atropurpurae de Oliva [sic: Pentacrypta atro­purpúrea Lehm.].
Martínez, en Plantas mexicanas (sf). I:55
Considera que es Arracada atropurpúrea.
Martínez, M. 1939
Comenta que probablemente se refiera a Arra­cada atropurpúrea Benth. et Hook, familia de las Umbelíferas.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:25
La identifican como Arracada atropurpúrea Benth. y Hook.
Reko, B.P. 1947a
Dice que este acocotl con que se saca el agua­miel del maguey es una planta distinta al otro aco­cotli y que corresponde a la Lagenaria siceraria.

(12) XXVI. Del acocotli tepecuacuilcense [I:8]
Altamirano F. en Plantas mexicanas (sf). I:60
Considera que podría ser una Umbelífera.
Altamirano, M. Notas inéditas, citado en Plan­tas mexicanas (sf). I:60
Dice que es un Ligusticum.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es un Ligusticum. En esta obra se hace notar que podría considerarse como una Umbelífera.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:26
Comentan que, según Altamirano, podría tra­tarse de una especie de Ligusticum de la familia de las Umbelíferas.

(13) XXVII. Del primer acocotli quauhnahuacense [I:9 (figs. p. 9)]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:58
Comenta que los caracteres botánicos de la es­pecie señalada por Sessé y Mociño no concuerdan del todo con la planta que describe Hernández. Considera que se trata de Dahlia variabilis (Compuesta).
Altamirano, M., en Plantas mexicanas (sf). I:58
Señala que es un Ligusticum.*
Ramírez y Alcocer, en Plantas mexicanas (sf). I:58
Dicen que el acocotli de Hernández es Bidens leucantha Willd. (Compuesta).
En Plantas mexicanas (sf). I:58
Se encuentra indicado que Manuel Urbina, en el Catálogo de plantas mexicanas, incluye el Bidens leucantha Willd. en el Bidens pilosa Linn. Tam­bién está anotado que llama la atención que el autor no haya señalado la Coreopsis coronata como sinónimo de Bidens pilosa.
* Ídem en Plantas medicinales (sf). A
También se encuentra anotado que es una Compuesta que tiene parecido con una Dahlia.
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Indican que es Coreopsis coronata (Compuesta).
En Datos para la materia médica mexicana, 1898. II:134
Comentan que indudablemente Sessé y Moci­ño, en su Flora mexicana, describen el acocotli quauhnahuacensis con el nombre de Bidens pilo­sa, pues todos los caracteres sin excepción le con­vienen perfectamente.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:26
Manifiestan que están de acuerdo con la deter­minación de F. Altamirano.

(14) XXVIII. Del segundo acocotli quauhnahuacense [I:9]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:59
Indica que pertenece a la familia de las Euforbiá­ceas. Posiblemente al género Euphorbia.
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:59
Considera que es Euphorbia* También se en­cuentran anotadas en esta página las siguientes determinaciones: Altamirano: Ligusticum, Dahlia variabilis.
* Ídem en Plantas medicinales (sf). A
Batalla, M.A. et al. 1942. I:27
Identifican esta planta como Euphorbia hypericifolia L., comentando que afirma la determina­ción el hecho de que las plantas pertenecientes a la familia Euphorbiaceae contienen látex, y que además en la descripción dice Hernández que la planta pertenece a los titímalos, siendo el género Titymalus de Gaertner sinónimo del género Euphorbia L.

(15) XXIX. Del acocotli lacustre [I:10]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:57
Asegura que corresponde a las Umbelíferas.
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:57
Indica que podría ser Ligusticum, Sisón Ammi [? sic], Anisum perpusillum [? sic], Plycholis paniculata DC. [? sic].
En Plantas medicinales (sf). A
Se encuentra anotado que podría ser una Umbe­lífera, y que el Ammi es una Umbelífera Anisum perpusillum [? sic], Sisón Ammi L. Plycholis paniculifolia de DC. [? sic].
Batalla, M.A. et al. 1942. I:29
Comentan que, según Altamirano y Urbina, puede tratarse de dos géneros de Umbelíferas, Carum o Anisum.
Reko, B.P. 1947a
Manifiesta que el xalacocotli es Arracada atropurpurea y que Hernández conjetura que es una especie de ligústico (Umbelífera).
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Dicen que Hernández trata con este nombre a la Umbelífera Arracada atropurpúrea (Lehm.) Hemsl. como una especie de ligústico y aclaran que no hay que confundir este acocote con otras plantas de ese nombre, como especies de Bidens, dalias (según se deduce de las descripciones de Hernández) y aun Lagenaria.

(16) XXXI. Del acocoquíltic [I:10]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:54
Considera que podría tratarse de una Umbelí­fera, posiblemente Ligusticum.
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:61
Manifiesta que el acocoxíhuitl que describe Hernández en este capítulo pertenece a las Euforbiáceas.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Se encuentra anotado que podría ser una Um­belífera (Ligusticum).
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Comenta que corresponde a la familia de las Umbelíferas, habiendo sido comparado por Hernández con el Ligusticum.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:30
Indican que, según Altamirano y Urbina, esta planta pertenece a una especie del género Ligusticum.

(17) XXXIII. Del aphatzi siranqua o raíz de comadreja [I:10]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:192
Indica que se trata de Asarum convolvulus (?).
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1942. I:31
Comentan que, de acuerdo con Altamirano, es Asarum sp.

(18) XXXV. Del aphatzi puntzumeti o comadreja olorosa [I:11]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:189
Indica que podría ser Coriandrum o Asarum micboacanum [? sic].
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1942. 1:32
La identifican como Calea integrifolia (D.C.) Hemsl.

(19) XXXVII: Del apancholoa o hierba que brota en las aguas [I:11 (fig. p. 12)]
En Plantas mexicanas (sf). I:177
No está anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Dice que es Polygonum. También en esta obra se encuentra anotado que es una Litracea-Cufea [sic: Lythraceae - Cuphea].
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Indica que es una Cuphea (Lytrariáceas).
Batalla, M.A. et al. 1942. I:33
Identifican esta planta como Cuphea aequipetala Cav.

(20) XXXVIII. Del primer acxoyátic o hierba parecida al abeto [I:12 (fig. p. 12)]
Altamirano, M. Notas inéditas, citado en Plan­tas mexicanas (sf). I:73
Indica que es una Orquídea.
En Plantas mexicanas (sf). I:73
Se encuentra indicado que no corresponde a la determinación de Altamirano, y que según la Farmacopea mexicana es lpomoea capillacea Don. (Convolvuláceas).
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Sugiere que podría ser una Orquídea.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:34
Comentan que la ilustración y los siguientes caracteres botánicos: hojas delgadas, angostas, largas y dispuestas en grupos de 6 a 7, y junto a és­tas, flores de color púrpura permiten indicar que se trata de lpomoea capillacea Don.

(21) XL. Del acxóyatl o abeto [I:13]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:75
Considera que corresponde a Abies religiosa Cham. et Schl. y señala que en la sinonimia (Far­macopea mexicana de 1896) esta especie se refie­re a Pinus religiosa H.B.K.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es Pinus abies.
Batalla, M.A. et al. 1942. 1:38
Indican que se trata de Abies religiosa (H.B.K.) Schlecht y Cham.

(22) XLVI. Del ahoatetzmolin o encino ramoso [I:14]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:86
Considera que el ahoapatláhoac pertenece a las Cupulíferas, posiblemente a una especie del géne­ro Quercus. Señala la misma determinación para el ahoatetzmolin y para el ahoatli.
Altamirano, M. Notas inéditas, citado en Plan­tas mexicanas (sf). I:92
Indica que el ahoatli es Quercus, señalando que en Sinonimia vulgar es Quercus acutifolia Nee.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A.
Dice que el ahoatl pertenece al género Quercus. En este libro, también se indica que el ahoatl corresponde a las Cupulíferas (Quercus acuti­folia Nee.).
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). A.
Dice que el ahoatetzmolin corresponde a las Cupulíferas (Quercus).
Batalla, M.A. et al. 1942. I:44
La identifican como Quercus lanceolata Humb. indicando que es afín a esta especie, Quercus lau­rina Humb. Comentan que la planta designada en este capítulo con el nombre de ahoatl fue determinada por Altamirano como Quercus acu­tifolia Nee., y finalmente señalan que con los nombres de ahoapatláhuac y de huicáhoatl se designa también a especies no determinadas del género Quercus.

(23) LI. Del ahoaxócotl o ciruelo de encino [I:16]
En Plantas mexicanas (sf). I:97
Está anotado que Mociño y Sessé en Plantae N. Hisp. señalan que el ahuatzócotl es Malpighia urens y que Ramírez y Alcocer en su sinonimia señalan que el ahualxócotl es Malpighia urens L. (Malpigiáceas) y que Colmeiro reconoce que el ahualzocotlque es M. urens. Finalmente se indica que según F. Altamirano, herbario y notas, el ahoaxócotl de que se trata en este capítulo tiene concordancias con la M. urens de Mociño, más bien que con el Crataegus.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que corresponde al género Crategus [sic: Crataegus]. En este libro se encuentra también una nota de R.R. que apunta: “véase la Flora mexicana, Sessé”. Malp. [sic: Malpighia] urens y M. glabra.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:50
Señalan que esta planta fue identificada por Mo­ciño y Sessé como Malpighia urens. Pero que en vista de que Malpighia glabra L. es un arbusto de 1-3 m de alto, hojas frecuentemente aovadas, flores rosadas y fruto rojo, de que el cocimiento de la corteza es astringente y en Yucatán lo estiman como remedio contra las fiebres y tomando en cuenta además que es conocida, según Moci­ño y Sessé, con el nombre vulgar de cereza, pien­san que corresponde más bien a dicha especie.

(24) LII. Del segundo ahoaxócotl [I:16]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:98
Considera que corresponde a las Malpigiáceas, posiblemente Malpigia [sic: Malpighia] cotinifolia.
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:98
Señala que es una especie de Crataegus. En esta página también se indica que es Malpighia urens o M. glabra de la Flora mexicana.
En Plantas medicinales (sf). A
Se encuentra anotado que podría ser una Terebintácea, una Malpigiácea o una Bignoniácea, posiblemente Tecoma. Un autor de iniciales R.R. indica que en la Flora mexicana es M. urens y M. glabra.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:50
Indican que esta planta podría ser Byrsonima crassifolia L. que es un arbusto erecto o árbol de 2 a 9 m de alto; hojas oblongo-aovadas o redondeadas, elípticas, frecuentemente de 4 a 15 cm de longitud, cortamente pecioladas, agudas o redondeadas en el ápice, densamente tomentosas, cuando jóvenes cubiertas con pelos rojizos o ama­rillentos, frecuentemente glabras después; flores amarillas o rojizas, fruto en drupa, amarillo, de cerca de 1 cm de diámetro.

(25) LV. Del acapachtli o caña parecida al musgo de encino [I:17]
En Plantas mexicanas (sf). I:15
Se encuentra anotado que se trata de Tillandsia lingulata.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que se trata de Tillandsia lingulata L. (Bromeliáceas).
Batalla, M.A. et al. 1942. 1:52
Indican que por identificación de Altamirano es Caraguata lingulata Lindl. También comen­tan que puede tratarse de una Bromeliácea por presentar flores en espigas o panícula, raíz fibro­sa, y porque algunas plantas de esta familia viven como epífitas.

(26) LVI. Del atonahuizpatli o remedio de la fiebre [I:17]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:260
Indica que es Ophyogloss [sic: Ophioglossum ?].
Batalla, M.A. et al. 1942. 1:53
No aportan ninguna interpretación botánica de la planta descrita en este capítulo.

(27) LXXXI. Del atenpatli o remedio palustre [I:23]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:227
Considera que podría ser Echites sp.
Ramírez, J. 1903a
Comenta que, por la descripción que hace Her­nández de esta planta, es casi imposible saber si se trata de Haplophyton cimicidum o de Trachelospermum sp. También menciona que Mociño y Sessé la clasificaron como Echites cimicida y que en la tercera edición de Farmacopea mexicana se refiere erróneamente a la Macrosiphonia hypoleusa.
En Datos para la materia médica mexicana 1907. IV: 102
Los autores suponen que la descripción que da Hernández en este capítulo se refiere a Truchelospermum stans A. Gray, dado que le conviene muy bien la descripción de las hojas, por su forma semejante a las del limón.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:71
Identifican esta planta como Haphophyton cimicidum A. D.C., explicando que coincide desde el punto de vista botánico por los siguientes carac­teres: tallos herbáceos, puberulentos, hojas opues­tas, cortamente pecioladas, ovadas o lanceoladas de 3 a 5 cm de longitud, redondeadas en la base, híspidas, folículos angostos de 6 a 9 cm de largo, semillas con pelos deciduos en cada extremo.

(28) LXXXIII. Del ahate panucino, quauhtzápotl o anona [I:23 (fig. p. 24)]
Altamirano, M. Notas inéditas, citado en Plantas mexicanas (sf). I:79
Señala que es Anona sp.
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:79
Considera que sí concuerda con el género citado por M. Altamirano.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que se podría tratar de una especie de Anona.
Urbina, M. 1903b
Asegura que basándose en figura y descripción de esta planta, se trata de Anona squamosa Linn. (Anonácea), determinación comprobada con la opinión de Colmeiro, quien dice que esta espe­cie es conocida en Cuba, Filipinas y Brasil con los nombres de ates y ahates.
Standley, P.C. 1922. II:284
Indica que este árbol pertenece a A. squamosa.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:73
Considera que es A. squamosa.

(29) XCII. Del atlanchane o hierba que nace en lugares acuosos [I:26 (fig. p. 26)]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:237
Apunta que se trata de Lythrum kennedianum (Reiche), Lythrum alatum Pursh. (Sinonimia vulgar).
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Considera que es una especie de Cuphea.
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Indica que es una Cuphea.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:79
Indican que se trata de Lythrum maritimum H.B.K.

(30) XCVIII. Del achíotl o medicina buena para teñir [I:27 (fig. p. 27)]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:47
Asegura que se trata de una Bixínea (Bixa orellana).
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es Bixa orellana (Bixáceas).
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Señalan que corresponde a Bixa orellana.
Ramírez, J. 1893
Dice que la especie señalada por Mociño y Sessé para esta planta está admitida por los botánicos modernos.
Standley, P.C. 1923. III:836
Considera que esta planta es B. orellana L.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:84
Indican que se trata de Bixa orellana L.

(31) XCIX. Del ahoyacpatli o medicina suave y olorosa [I:28]
Altamirano, M. Inédito, citado en Plantas mexica­nas (sf). I:108
Indica que la planta descrita en el presente capí­tulo podría ser Polypodium sp.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que es un Polypodium.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:86
Corroboran la determinación de Manuel Al­tamirano.

(32) CII. Del ahoacaxóchitl o flor de ahoácatl [I:29]
Altamirano, M. Notas inéditas, citado en Plantas mexicanas (sf). I:84
Considera que es Laurus sp.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que corresponde al género Laurus.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:88
Corroboran la determinación de Manuel Al­tamirano.

(33) CIII. Del ahoacaquáhuitl o árbol parecido al encino y que da fruto [I:29]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:80
Considera que corresponde a las Lauríneas. Indica que es Persea grattisima [sic: gratissima] Gaertn., Persea drymifolia Cham. y Schl.
Altamirano, M. Notas inéditas, citado en Plantas mexicanas (sf). I:80
Señala que es Laurus persea.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que es Laurus persea. En esta obra se señala que en la Farmacopea mexicana corresponde a Persea gratissima Gaertn.
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Identifican esta planta como Laurus persea.
Cervantes, V. 1889
Indica que es Laurus persea.
Ramírez, J. 1893
En sus observaciones indica que la especie men­cionada por Mociño y Sessé para esta planta es sinónimo de Persea grattissima Gaertn.
Standley, P.C. 1922. II:291
Comenta que Hernández describe las hojas de esta planta como fragantes y que por lo tanto se refiere indudablemente al tipo mexicano Persea americana drymitifolia.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:88
Identifican esta planta como Persea americana Mill.

(34) CIV. Del segundo ahoacaquáhuitl o ahoácatl del monte [I:29]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:81
Considera que corresponde a las Lauríneas. Se­ñala que podría ser una especie de Persea.
Altamirano, M. Notas inéditas, citado en Plantas mexicanas (sf). I:81
Señala que se trata de Lauras persea.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que es Lauras persea.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:89
La identifican como Litsea parvifolia (Hemsl.) Mez.

(35) CVI. Del acaxaxan o planta palustre y tierna que al apretarla se deshace entre los dedos [I:29 (fig. p. 30)]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:25
Considera que es una Najadácea (Potamogetón natans). También indica que en las notas inéditas de M. Altamirano identifica al acaxaxan como Potamogetun sp.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que es un Potamogetón. En esta obra tam­bién se indica que se trata de Potamogetón natans L. Najadáceas (Sinonimia vulgar).
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Comenta que el tochnacaztli u oreja de conejo, cuya lámina está en la edición romana (p. 263), es comparado allí con el Potamogetón ? (Najadáceas).
Batalla, M.A. et al. 1942. I:91
Indican que la primera figura que aparece con el nombre de acaxaxan corresponde a Tradescantia sp., la cual es una hierba perenne con raíces fibro­sas, tallos nudosos, hojas básales en roseta, carác­ter que no es posible apreciar en la ilustración; las otras, alternas y envainantes, inflorescencias semejantes a umbelas, de corolas grandes morado-purpúreas.
Consideran que la otra planta ilustrada con este nombre podría identificarse como Commelina de la misma familia, por presentar las flores en gru­pos protegidos por una espata.

(36) CVII. Del acaxóchitl chichíltic o flor escarlata de caña [I:30 (fig. p. 31)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:29
Indica que es Lobelia o Alstroemeria. También se encuentra indicado que en Sinonimia vulgar es Carthamus tinctorius y que según Cervantes la Lobelia laxiflora H.B.K. no corresponde.
En Plantas medicinales (sf). A
Se indica que es Cartamus [sic: Carthamus] tinc­torius L. de las Compuestas. También se encuen­tra anotado que es Escobioia scabrifolia [sic: Escobedia scabrifolia Ruiz & Pav.] (Sinonimia vulgar).
Cervantes, V. 1889
Indica que es Lobelia mexicana.
Altamirano, F. 1893
Comenta que no puede admitirse que se trata de Lobelia.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:93
La identifican como Lobelia fulgens Willd. e in­dican que la otra planta congénere descrita por Hernández en este capítulo, “de flores blancas con rojo”, es Lobelia laxiflora H.B.K.

(37) CVIII. Del acacapaquílitl o verdura que crepita en las aguas [I:31]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:5
Señala que es Aganipea [sic: Aganippea] bellidiflora. En este mismo lugar, también sugiere que podría tratarse de Sium apium.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que podría tratarse de una Compuesta, acaso la Aganipea [sic: Aganippea] bellidiflora.
Urbina, M. 1903a
Dice que los caracteres que menciona Hernán­dez corresponden exactamente con los de Aganippea bellidiflora D.C., cuyo nombre vulgar es “estrella de agua” y es muy abundante en nues­tros lagos.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:97
Corroboran la identificación de Urbina.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Corroboran la identificación de Urbina.

(38) CX. Del acaquílitl o verdura semejante a caña [I:31]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:18
Dice que podría ser la estrella de agua.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es la estrella de agua.
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Comenta que está comparado con un Chrysantbemum, pero no indica su determinación botánica.
Urbina, M. 1903a
Indica que corresponde en sus caracteres a Bidens chrysanthemoides Michx., que es muy abundante en todo el valle de México.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:98
Corroboran la identificación de Urbina.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Comentan que el acacapacquílitl del Badiano parece ser Bidens chrysanthemoides Michx. y que corresponde al acaquílitl de Hernández.

(39) CXIII. Del chimalácatl peruano o grande, que otros suelen llamar flor del sol [I:32 (fig. p. 32)]
En Plantas mexicanas (sf). II:713
No se encuentra anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C
Indica que se trata de Helianthus annus [sic: Helianthus annuus Linn.].
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Dice que pertenece al género Helianthus (Senecionídeas).
NOTA: No se asegura, ya que Paso y Troncoso cita “el chimalácatl o cana de escudo descrita por Hernández (1-62) quien dice que tiene tallo simple y fistuloso”, sin embargo hay 2 en esa página.
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Indican que es Helianthus annuus.
Batalla, M.A. et al. 1942. 1:100 La identifican como Helianthus annuus L., la cual es cultivada frecuentemente en los plantíos de maíz y su nombre vulgar es girasol, chimalatl, maíz de tejas.

(40) CXV. Del acatzanaícxitl o pie de estornino [I:33 (fig. p. 33)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:23
Considera que es un Adianthum* [sic: Adíantum].
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:23
Dice que es un helécho.
* Ídem en Plantas medicinales (sf). A
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Indica que el “acatzanaícxitl” o “pie de tordo” ha sido comparado por los académicos linces con un Equisetum, planta que lleva, como es sabido, ramos verticilados constituidos por entre-nudos articulados, que los indios compararían, muy pro­piamente, con las falanges articuladas de la pata de aquella ave.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:103
Indican que es Pellaea temifolia (Cav.) Ling.

(41) CXVIII. Del acáquitl mécatl o hierba voluble arundínea [I:34]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:20
Considera que podría corresponder a una espe­cie de Ipomoea.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A
Batalla, M.A. et al. 1942. I:106
Señalan que esta planta podría ser Ipomoea hederacea Jacq., la cual es una planta voluble, hojas hederiformes y flores acampanadas o infundibuliformes, corola púrpura y blanca; y que diversas especies de Ipomoea: I. purga, I. aquatica, I. batatoides tienen propiedades purgantes.

(42) CXXVIII. Del primer acacóyotl o caña de zorra [I:27 (fig. p. 36)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:7
Indica que es Canna indica. También se encuen­tra anotado que podría tratarse de Lithospermum communis.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Apunta que es Canna indica L. (Canáceas). En esta página también se encuentra anotado que la C. indica es sinónimo de C. patens Ait. y C. xalapensis Bouché. Por otra parte, al referirse a la figura que corresponde a esta planta, se indica que podría corresponder a una Borragínea, posi­blemente Lithospermum.
En la misma obra existe una nota del autor de iniciales R.R. que señala que el nombre exacto de esta planta es acacayolli, que significa caña de cascabeles. Que tal vez sea la Canna lútea, y que Sessé y Mociño dicen que el Costus arabicus lleva el nombre mexicano de “coyol”.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:111
La identifican como Polyantbes sp.
Reko, B.P. 1947b
Dice que esta planta, claramente, debe ser identificada con la Canna lútea y que su nombre correcto ha de ser acacoyoli (cuenta de caña).

(43) CXXXIII. Del aquiztli o hierba que adorna [I:38]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:209
Apunta que es una especie de Solanum.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
atalla, M.A. et al. 1942. I:117
Indican que esta planta podría ser Paullinia fuscescens H.B.K., que es una planta voluble con hojas trifoliadas y aserradas, folíolos romboides u ovales o lanceolados de 3 a 10 cm de largo, fruto en cápsula, ovado (1 a 1.5 cm de longitud), rojizo, pubescente o glabro.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Dicen que es una especie de Rbus.

(44) CLVI. Del tzonpopoto o cabellos fétidos [I:44]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:257
Señala que es Zea.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:137
Indican que corresponde a Conyza filaginoides Hieran ? Engelm.

Libro segundo

(45) I. Del ahoéhoetl o tambor del agua [I:46 (fig. p. 47)]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:101
Dice que corresponde a las Coniferas (Taxodium mucronatum).
Altamirano, M. Notas inéditas, citado en Plan­tas mexicanas (sf). I:103
Opina que es Taxodium distichum o Cupressus disticha var. mexicana Parlatore. En esta obra tam­bién se indica que, según señalan Ramírez y Alco­cer en su sinonimia, el ahuehuete es Taxodium mucronatum Ten. de las Coniferas.
En Plantas mexicanas (sf). I:103-105
Se comenta que el Dr. José Ramírez, en el índi­ce de nombres vulgares e indígenas que agregó a la Flora mexicana de Mociño y Sessé, dice: ahuehuete o ahuéhuetl, mex. “viejo del agua”, Cupressus disticha.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que es Cupressus vel Taxodium distichum. En esta misma obra se encuentra una nota en la que se señala que es el ahuehuete, sabino, que corresponde a Cupresus [sic: Cupressus] disticha mexicana Parlatore (Coniferas). También en esta obra se indica que en la Farmacopea mexicana de 1896, p. 8, se menciona que el ahuehuete, sabino de México, ciprés de Moctezuma: ahuehuetl (mex.), penlamum (tarasco), es Taxodium mucro­natum Ten. de las Coniferas. Más adelante se comenta que el Dr. Manuel Villada en su informe sobre la flora del estado de Hidalgo, publicado en la obra titulada Memorias de la comisión cien­tífica Pachuca, describe varios árboles llamados sabinos, de lo cual se opina que por los datos nos da a conocer las diversas especies de Cupressus que tienen relación con el ahuehuete por la no­menclatura vulgar y científica, pero que no es po­sible que ésas sean las especies a que se refiere Hernández, sino más bien a los Cupressus, que vivían en los alrededores de México, que llevan el nombre vulgar de cedros. Finalmente se seña­la que Leonardo Oliva en sus lecciones de far­macología identifica al ahuehuete como Taxo­dium distichum Rich.
Villada, M.M. 1865
Indica que es Taxodium distichum.
Cervantes, V. 1889
Considera que es Cupressus disticha.
Noriega, T. 1897
Indica que esta planta es conocida actualmente como ahuehuete y que corresponde a Taxodium mucronatum Parlatore? (Pinaceae).
Ramírez, J. 1900. III:53
Señala que es Taxodium mucronatum Ten. (Coniferas).
Martínez, M. 1939
Dice que se trata de Taxodium mucronatum Ten., familia de las Pináceas.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:145
Comentan que según M. Altamirano es Taxo­dium mucronatum Ten.

(46) IV. Del atatapálcatl o tiesto puesto en las aguas [I:48]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:218
Asegura que es Pistia stratiotes.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Comenta que la lámina que se encuentra en la obra de Nieremberg que representa la planta des­crita por Hernández en este capítulo con el nom­bre de atatapalácatl significando según allí mismo se dice “tiestos colocados sobre el agua”, cuya interpretación, aunque deja adivinar que la pa­labra mexicana adolece de alguna incorrección, se amolda sin embargo a la verdadera situación que guardan las hojas, colocadas sobre la super­ficie del agua, y al porte general de la planta, que es acuática y sumergida en parte. También dice que Hernández compara este vegetal con una Nynphaea, aunque a renglón seguido agrega que carece de flor y de fruto, pero que la lámina viene a contradecir esta última parte de la apreciación del Protomédico. Más adelante indica que esta planta pudiera ser una Hydrocharitácea o una Nymphaeacea, pero que se acerca más a este úl­timo grupo y que el dibujo, bastante correcto, no cabe duda que haya sido hecho por los indios, presentándose como prueba el símbolo del agua que allí se ha puesto.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:152
Dicen que de acuerdo con M. Altamirano es Pistia stratiotes Linn.
Somolinos D’Ardois, G. 1954
Comenta que esta planta acuática ha sido identi­ficada como la Pistia stratiotes de Linneo.

(47) V. Del segundo atatapálcatl [I:48]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:219
Indica que es Pistia sp.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1942. I:153
Sugieren que corresponde a la misma especie estudiada en el capítulo IV.

(48) VII. Del atzcalxóchitl o flor de esplendor rojo [I:49]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:282
Asegura que es una especie de Kalstroemia [sic: Kallstroemia]. También se encuentra una nota es­crita posiblemente por el mismo autor que dice: “Atzcaxóchitl: Zephyranthes carinata o Sprekelia formosissima o Hymenocallis. Flor de Santiago, Amaryllis formosissima.”
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Indica que es Alstroemeria.
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Comenta que pertenece a la familia de las Ama- rylidáceas pues le convienen los caracteres del bul­bo, de la flor y la coloración de ésta, y que el apre­cio que de ella hacían los indios se justifica por el nombre técnico que se le ha dado, que es el de Amaryllis formosissima.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:155
Consideran que los caracteres que describe Hernández corresponden con los que presenta la especie Sprekelia formosissima: hierba con bulbo subterráneo, las túnicas exteriores negruzcas y el interior blanco; hojas cintiformes, flores grandes de color rojo vivo, semillas negras y aplanadas. También comentan que los caracteres citados de la segunda planta mencionada en el mismo capítu­lo parecen corresponder a Hymenocallis rotata porque presenta: bulbo subterráneo, hojas angos­tas y largas, perigonio grande con seis tépalos extendidos, estambres seis, insertos en el perigo­nio, fruto en cápsula, con semillas negras, que también es cultivada.

(49) VIII. Del ayotli o de la naturaleza y géneros de las calabazas indias [I:50 (fig. p. 50)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:221
Anota que el atecómatl es Cucúrbita sp. Más adelante (p. 361), aunque también determina que el ayotli es Cucúrbita sp., anota la especie C. maxima (Sinonimia vulgar).
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que el atlácatl es una Cucúrbita. También se encuentra anotado que es Lagenaria var - B.L. [? sic].
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Indica que es una especie de Cucúrbita.
En Plantas medicinales (sf). T.5
Se encuentra anotado que el tzonayotli es Luffa.
Urbina, M. 1903c
Considera que, por los caracteres descritos por Hernández, el tzilacáyotl o “calabaza que suena” está de acuerdo con Cucúrbita ficifolia Bouché. De la segunda especie, llamada cozticayotli o “calaba­za amarilla”, indica que puede referirse a Cucúr­bita moschata Duch., por tener los caracteres del fruto parecido al melón: de color amarillo cuando está maduro, la pulpa apenas fibrosa y amarilla, la semilla blanco sucio y por último ser comesti­ble. También señala que la tercera calabaza lla­mada tamalayotl o “calabaza grande” pertenece a Cucúrbita maxima Duch., porque el nombre mexicano se refiere al tamaño, que es muy gran­de, de forma redonda y semillas blancas.
Más adelante, explica que la cuarta especie del mismo nombre que la anterior, por variar sólo en la forma, y la otra especie que también lleva el mismo nombre pero que la cáscara y carne son rojas y de regiones cálidas, son variedades de C. maxima. Del quauhayotli dice que pertenece a Cucumis meló L. y que en su opinión este nombre náhuatl significa en este caso “calabaza que se da o trepa sobre los árboles” y no “árbol de calabaza”.
El tzonayotli o calabaza cabelluda considera que puede referirse a Luffa cylindrica Roem., o alguna otra especie del mismo género, por tener la carne semejante a fibras e inadecuada como alimento, las semillas duras y de color variable. Finalmente asegura que el iztactzilacayotli y el iztacayotli, ambos comestibles, son variedades de Cucúrbita pepo L.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:156
Corroboran las identificaciones de Urbina.

(50) XI. Del ayótic o hierba semejante a la tortuga [I:52]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:360
Indica que es una especie de Cucúrbita.
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). 11:667
Dice que el ayótic es Euforbia o Ciperácea.
Urbina, M. 1903c
Comenta que, puesto que Hernández asegura en la descripción que el ayótic es semejante al chichimecapatli, es de interés consultar el dibujo de esta última para averiguar cuál es el ayótic. Indi­ca que, por la situación de las hojas y la manera como está colocado el fruto estipitado, es una Euphorbiácea y por tanto esta planta y el ayótic son del género Eupborbia.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:161
Sugieren que podría ser Eupborbia campestris Cham. y Schlecht.

(51) XVI. Del ayotectli o planta semejante a la calabaza [I:54]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:358
Menciona que el ayotectli es Cucumis calocynthis* [sic: colocynthis] y Bryonia variegata Mill. También se encuentra anotado que en la edición romana, p. 182, la descripción de esta planta trae una determinación que corresponde a la Cucúr­bita hemandezii ?
* Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
También en esta obra se encuentra anotado que este chichicayotli es Cucumis caloquint [sic: colocynthis] según M. Altamirano.
Oliva, L. Secc. de Farm. II, p. 147; citado en Ur­bina, M. 1903c
Señala en su obra el ayotectli de Hernández con el nombre de ahuichichi y lo identifica como Bryonia variegata Mill.
Urbina, M. 1903c
Comenta que la especie señalada por Oliva no es de México sino de las Indias orientales y culti­vada en los jardines. Que aunque muy parecida a la Bryonia por tener el fruto manchado, era natu­ral que Oliva la especificase como la variegata de Mill. Finalmente aclara que el ayotectli de Her­nández corresponde a la Cayaponia racemosa Cogn. var. palmatipartita Cogn.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:165
Indican que de acuerdo con Urbina correspon­de a la Bryonia variegata Mill.

(52) XVIII. Del chayotli o planta que da fruto semejante a erizos [I:54]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:572
Indica que es Sicyos edulis.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Urbina, M. 1903c
Menciona que Alfonso Herrera se refiere a esta planta como Secbium edule Sw.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:167
Corroboran la interpretación de Urbina.

(53) XIX. Del ayozótic o calabaza podrida [I:54]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:367
Menciona que es Cucúrbita.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Urbina, M. 1903c
Expone que por el nombre mexicano de ayo­zótic, que indica que tiene mal olor, sus hojas en forma de escudo, blanquizcas e hirsutas, y la flor blanca y mediana, probablemente se refiere a la Cucúrbita foetidissima Kunth, que presenta los mismos caracteres.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:168
Consideran que esta planta podría ser Cucúr­bita foetidissima H.B.K.

(54) XX. Del ayozonátic o planta semejante a la calabaza [I:54]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:366
Apunta que es Cucúrbita sp.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Urbina, M. 1903c
Comenta que los caracteres mencionados por Hernández hacen presumir que sea una Cucurbitácea, sin que pueda señalarse la especie de que se trata.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:169
Consideran que por los caracteres botánicos descritos por Hernández corresponde al género Cucúrbita sp., y mencionan que algunas especies de este género se usan como diuréticas.

(55) XXI. Del ayohuitztli o tortuga espinosa [I:55]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:353
Indica que es Amaranthus ruber.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Urbina, M. 1903c
Comenta que Hernández afirma que es un ble­do con las flores en forma de crestas, purpúreas, hojas rojizas y tallos también rojos y lisos, y que son caracteres que convienen perfectamente con la planta llamada vulgarmente “cresta de gallo” cultivada en los jardines y señalada como la Ce­losía cristata Lin. var. coccínea.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:169
Corroboran la identificación de Urbina.

(56) XXII. Del segundo ayohuitztli [I:55]
En Plantas mexicanas (sf). I:354
Se encuentra anotado que podría ser una espe­cie de Echino [sic: Echinops].
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Anota que podría ser Echinopos [sic: Echinops].
Urbina, M. 1903c
Indica que Ramírez y Alcocer, en la Sin. Pl. Mex., p. 8, señalan el ayohuizte y lo refieren al Solanum comutum Lam.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:170
Dicen que de acuerdo con Urbina se trata de Solanum comutum Lam. y comentan que una es­pecie cercana S. torvum tiene aplicaciones con­tra las enfermedades de la piel.

(57) XXXIX. Del atlepatli o medicina ígnea [I:56]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:244
Señala que es Ranunculus sp.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1942. I:176
Indican que el Ranunculus stoloniferus Hemsl. coincide con los caracteres señalados por Hernán­dez por presentar: raíces fibrosas, hojas creneladas, más o menos cordadas, provistas de largos pedúnculos, tallos delgados verdes y flores amarillas.
Rivera Morales, I. 1943
Considera que por la descripción que hace Her­nández de esta planta efectivamente corresponde a Ranunculus stoloniferus Hemsl.

(58) XLVIII. Del segundo atzóyatl [I:64 (fig. p. 64)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:285
Asegura que es Mirabilis longiflora.
En Plantas medicinales (sf). A-B
Dice que esta planta, según Sessé y Mociño, es Mirabilis longiflora.
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Indican que esta planta es Mirabilis longiflora.
Ramírez, J. 1893
Señala que la especie que mencionan Mociño y Sessé para el atzoyatli de Hernández está admitida por los “botánicos modernos” (M. longiflora L.).
Batalla, M.A. et al. 1942. I:194
La identifican como Mirabilis jalapa.

(59) XLIX. Del tercer atzóyatl [I:64)]
En Plantas mexicanas (sf). I:289
No se indica de qué especie se trata.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Dice que es Convolvulus michoacana.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:196
Consideran que esta planta por presentar flo­res dispuestas en cabezuelas peludas corresponde a la familia de las Compuestas.

(60) L. Del iztacatzóyatl o atzóyatl blanco [I:64 (fig. p. 65)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:286
Apunta que es una especie de Artemisia.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Dice que es Arthemisia [sic: Artemisia] absinthiu.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:197
Indican que algunos de los caracteres que cita Hernández en este capítulo corresponden a los que presenta Senecio salignus DC. —hojas angos­tamente lanceoladas de longitud, blanquecinas en el envés; flores amarillas dispuestas en cimas, paniculadas— y comentan que, según Standley, el cocimiento de las hojas es empleado para com­batir las fiebres intermitentes y el reumatismo.

(61) LV. Del ayecocímatl o hierba parecida al címatl [I:66]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). 1:347
Afirma que es una especie de Phaseolus.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Urbina, M. 1906
Asegura que pertenece al Phaseolus multiflorus Willd.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:200
Corroboran la identificación de Urbina.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Dicen que es probablemente el frijol ayocote o ayecote (Phaseolus coccineus M. et S.).

(62) LVI. Del címatl o cierta raíz comestible [I:66 (fig. p. 66)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:774
Indica que es la Valeriana.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C
Urbina, M. 1906
Dice que por los caracteres que indica en la des­cripción parece ser el Phaseolus coccineus Linn., que tiene por raíz un pequeño tubérculo y que se confirma con el dibujo.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:201
Corroboran la identificación de Urbina.

(63) LX. Del achían o chían del agua [I:67]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:34
Indica que es una Labiada. También se encuen­tra anotado que es Salvia polystachya, Salvia ballotaeflora y S. mocinoi Benth.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que es una Salvia. También se encuentra anotado que puede asegurarse que es una Labiada y aun que es una especie de Salvia, aunque no se sabe cuál.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:205
Indican que se trata de Salvia polystachya Or­tega, que es una planta con tallos cuadrados, hojas orbiculares u ovado-lanceoladas, aserradas, casi glabras, flores azules en racimos espigados.

(64) LXI. Del achían xochitepecense [I:68 (fig. p. 68)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:35
Dice que pertenece a las Umbelíferas.
En Plantas medicinales (sf). A
Se indica que es una Labiada, probablemente una especie de Salvia.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:205
Indican que podría ser una Umbelífera.

(65) LXV. Del chiantzotzolli o planta que se hincha en la humedad [I:69 (fig. p. 69)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:590
Indica que se trata de Salvia mexicana.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Urbina, M. 1887
Indica que aunque Hernández menciona más de 20 nombres de plantas en los que entra la palabra “chían”, al leer las descripciones sólo los carac­teres del chiantzotzolli convienen con Salvia chian L., y que los demás en su mayoría parecen ser especies del género Salvia.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:207
Indican que es Salvia hispánica Linn., la cual es una planta de 1 m de altura, tallos cuadrados, hojas ovaladas, bordes crenados o aserrados, flores en espigas, con las corolas azules (carácter que no corresponde al citado por Hernández), semillas ovales de unos 2 mm de largo. Más adelante indican que con el mismo nombre de chiantzotzolli se encuentra ilustrada otra planta, que es una Hydrophyllacea, posiblemente Nama pringlei.

(66) LXXII. Del chichiántic hoaxtepecense [I:71]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:605
Indica que es una especie de Salvia.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Batalla, M.A. et al. 1942. I:215
Consideran que la Mentha presenta algunos de los caracteres citados por Hernández: hojas aovado-oblongas, flores en espiga y olor a “yer- babuena”, comentando que se usa, según Martí­nez, en casos de flatulencia, cólicos flatulen- tos, náuseas y afecciones espasmódicas de los intestinos.

(67) LXXIII. Del chichianton o chían pequeño [I:71]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). L41
Asegura que es una Labiada (Pistacia mexicana).
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que se trata de una Labiada, Salvia.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que el chian es Salvia hispánica.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:216
Comentan que algunos de los caracteres que cita Hernández corresponden a los que presenta el género Salvia: raíz fibrosa, hojas aovadas pecioladas, flores escarlata con cáliz bilabiado.

(68) LXXV. Del chichiántic ocoitucense [I:72]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:606
Considera que se trata de una especie de Salvia.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Batalla, M.A. et al. 1942. I:217
Indican que podría ser Salvia longispicata Mart., ya que los siguientes caracteres corresponden a los citados por Hernández: planta de 1 a 1.5 m, tallos cuadrados, hojas oblongo-ovadas, aserradas, algo blanquecinas en el envés, flores con cáliz pubescente y corolas azules dispuestas en largas espigas. Se emplea vulgarmente como excitante y sudorífico, propiedades que no corresponden con S. lavanduloides, conocida también como can­tueso y empleada vulgarmente para combatir la caída del pelo.

(69) LXXVII. Del chichiántic cocolánico [I:72]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:604
Considera que es una especie de Verbena.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Batalla, M.A. et al. 1942. 1:219 Consideran que la Verbena litoralis H.B.K. con­cuerda con los siguientes caracteres señalados por Hernández: raíz fibrosa, tallos cuadrados, estria­dos, flores en espiga en la extremidad de las ramas.

(70) LXXXIII. Del chichían tetzcoquense [I:73]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:576
Dice que podría ser una especie de Salvia.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Batalla, M.A. et al. 1942. I:223
Sugieren que podría ser una Labiada.

(71) LXXXIV. Del aquílotl o planta voluble que nace junto a las aguas [I:74 (fig. p. 74)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:207
Apunta que es Philadelphus sp.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Standley, P.C. 1922. II:310
Dice que la especie descrita en este capítulo es Philadelphus mexicanas Schlecht o una de las es­pecies relacionadas.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:223
Indican que la primera planta que describe Her­nández podría ser Philadelphus coulteri S. Wats., ya que es un arbusto de 1 a 3 m, hojas lanceoladas u ovadas de 3 a 5 cm de longitud, acusadas o acu­minadas, flores blancas de aroma exquisito. De la segunda especie corroboran la interpretación de Standley (Philadelphus mexicanas Schlecht).

(72) LXXXVIII. Del atóchietl o poleo silvestre [I:75]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:252 ,
Señala que es Origanum vulgare.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Indica que es Origanum.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:227
Logran identificarla como Cedronella mexicana Benth., de la que indican: planta aromática de ta­llo herbáceo, erguido, tetrágono y pubescente, hojas opuestas oval-lanceoladas, acorazonadas en la base, acuminadas, dentadas, flores dispuestas en espigas, cáliz morado rojizo, corola lobulosa del mismo color; en la planta seca se observa la corola amarilla.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Comentan que varias plantas mencionadas por Hernández como atóchietl son en su mayoría es­pecies de las llamadas poleos, cercanas a la menta, del género Hedeoma.

(73) LXXXIX. Del segundo atóchietl [I:75]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:253
Consideran que es una especie de Origanum.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1942. I:227
Aseguran que se trata de Hedeoma piperita Benth.

(74) XC. Del tercer atóchietl [I:75]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:254
Indica que es Origanum sp.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1942. I:229
Comentan que Hedeoma quinquenervata ? Bar­den coincide con algunos de los caracteres seña­lados por Hernández por presentar raíz gruesa de la cual brotan numerosas fibras, hojas ovales, pequeñas, aserradas, flores tubulosas. También indican que las propiedades medicinales de las plantas conocidas vulgarmente con el nombre de “poleo” no corresponden a las señaladas en el capítulo respectivo.

(75) XCI. Del cuarto atóchietl [I:76]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:255
Expresa que se trata de Origanum.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1942. 1:229
Comentan que Hedeoma acinoides Scheele co­rresponde en los siguientes caracteres descritos por Hernández: raíz fibrosa, flores púrpura en verticilos en toda la longitud del tallo.

(76) XCV. Del coapatli origanoide [I:77]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:810
Indica que es Origanum.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C
Batalla, M.A. et al. 1942. I:233
La identifican como Lippia umbellata Cav., de la que indican que es un arbusto o árbol de 1.5 a 12 m de alto, hojas angostamente lanceoladas, o anchamente ovadas de 6 a 20 cm de longitud (por la forma y el tamaño son semejantes a las del al­mendro, Terminalia catappa), flores amarillentas y después rojizas, dispuestas en cabezuelas.

(77) CVI. Del alahoacapatli espinoso [I:80]
En Plantas mexicanas (sf). I:128
No se encuentra anotado ningún comentario.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Señala que es un Cactus.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:241
Indican que, por los caracteres que señala Her­nández: planta espinosa, con frutos globosos (bayas) llamados vulgarmente “tunas”, jugosos (por el parénquima almacenador de agua muy desarrollado), áfilos, pertenece al género Opuntia.

(78) CXV. Del amázquitl o madroño papiráceo [I:85 (fig. p. 85)]
En Plantas mexicanas (sf). I:152
No se determina.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que podría ser un Ficus.
Urbina, M. 1903d
Dice que por la descripción dada por Hernán­dez puede afirmarse que esta planta pertenece a un Ficus, y que esta identificación se comprueba con el relato y lámina del amazquílitl y la descripción y nombre vulgar, samatito y amezquite en la obra de Humboldt, donde está clasificada como Ficus complicata H.B.K. Agrega que aquí debía incluirse también al F. arbutifolia Link y al F. padifolia H.B.K., que siendo nuestros y admitidos en la Biología central americana podrían referirse a un amázquitl por tener las hojas se­mejantes a las del madroño (como su nombre latino lo indica).
Standley, P.C. 1922. II:212
Este autor indica que la especie con la que fue identificado el amázquitl por Urbina es sinónimo de Ficus padifolia H.B.K.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:252
Corroboran la determinación hecha por Urbina.
Reko, B.P., 1947b
Indica que es Ficus petiolaris.
NOTA: Reko da el nombre de amaízquite (amate de izquite o fruto que revienta como maíz reventador).
Únicamente se encontró semejanza con la planta descrita en este capítulo por el nombre náhuatl, por lo cual podría ser un error de ubicación en este capítulo.

(79) CXVII. Del tlacoámatl o vara papirácea [I:85]
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que esta planta corresponde al género Morus.
En Plantas medicinales (sf). C-l
Se indica que corresponde a las Urticáceas.
Urbina, M. 1903d
Sugiere que es la Ehretia tinifolia L. por con­venir todos los caracteres de dicha planta con los referidos por Hernández.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:253
Corroboran la identificación de Urbina.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Comentan que Hernández lo describe indican­do que es “una especie de nuestro moral” o sea el género Morus hoy día.

(80) CXVIII. Del amatzauhtli o gluten papiráceo [I:85 (fig. p. 86)]
En Plantas mexicanas (sf). I:150
No se determina.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es Epidendrum pastoris.
La Llave, P. de, y J. Lexarza. 1825. II:23-24
Señalan que se trata de Epidendrum pastoris. Más adelante (p. 43) sugieren que una especie de amatzauhtli podría ser Dendrobium ? aloideum.
Urbina, M. 1903d
Considera que la flor amarilla manchada de rojo y el tallo o ástil de seis palmos persuaden de que es una orquídea, señalada ya por La Llave con el nombre de Epidendrum pastoris y que la figura confirma que se trata de una orquídea.
Urbina, M. 1903e
Comenta que, cotejando la descripción del amatzauhtli con la del tzacutli, se nota muy poca diferencia, conviniendo en todos los demás ca­racteres y usos, por lo que afirma que los dos nombres corresponden a la misma especie de E. pastoris.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:254
Corroboran la determinación anterior.

(81) CXXV. Del itzámatl o papiro de navajas [I:87]
En Plantas mexicanas (sf). I:496
Se comenta que la “ceiba”, nombre con el que los indígenas de Haití designaban al itzámatl así como al hoeipochotli, es Bombax ellipticum (Si­nonimia vulgar), Ceiba acuminata (Waty), Ceiba pentandra (Sinonimia vulgar), Ceiba aesculifolia (Sinonimia vulgar), Ficus cotinifolia (Sinonimia vulgar), Bombax ceiba o Ficus maculata.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que es Bombax ceiba o Ficus maculata.
Urbina, M. 1903d
Indica que el primer itzámatl al que se refiere Hernández es Ficus lancifolia Hook; del tlilámatl dice que se conoce como amate prieto y que al estudiarla la pudo identificar como Ficus tecolutensis Miq.
Standley, P.C. 1922. II:210
Señala que el tlilámatl descrito por Hernández puede ser Ficus cotinifolia H.B.K. Más adelante, p. 212, dice que otra higuera silvestre descrita por Hernández bajo el nombre de itzámatl puede ser Ficus padifolia H.B.K.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:259
Corroboran la interpretación de Urbina.
Reko, B.P. 1947b
Dice que esta planta es Ficus cotinifolia.

(82) CXXXIV. Del atzápotl o fruto acuático [I:90]
En Plantas mexicanas (sf). I:278
Se indica que es Lucuma, Achras.
Ramírez, J. en Plantas mexicanas (sf). I:280
Afirma que se trata de Calocarpum mammasum.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Indica que es Lucuma, Achras.
Urbina, M. 1903b
Indica que esta planta se encuentra identificada con el nombre de Lucuma salicifolia Kunth. y Achras salicifolia Moc. et Sessé (Plant. Nov. Hisp., p. 49); más adelante indica que el nombre acepta­do para esta especie es Vitellaria salicifolia (H.B.K.) Radlk. (Zapot.).
Standley, P.C. 1924. IV:1122
Considera que este árbol pertenece a Lucuma salicifolia H.B.K.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:267
Indican que de acuerdo con Urbina es Lucuma salicifolia Kunth.

(83) CXLVIII. Del amolxóchitl o flor de amolli [I:93]
En Plantas mexicanas (sf). I:158
No se encuentra anotado ningún comentario.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es un Agave.
Altamirano, F. 1896
Señala que esta planta pertenece a la familia Liliaceae.
Urbina, M. 1903f
Dice que esta descripción, respecto a la del amo­lli, no difiere sino en las flores oblongas, rojizas y espigadas, las hojas más grandes y que la identi­ficó como la Bravoa geminiflora Lla. et Lex., que pertenece a las Amarilidáceas.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:277
Corroboran la identificación anterior.

(84) CXLIX. Del apintli o hierba erguida [I:93]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:195
Considera que es Agave.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Además se encuentra anotado que el amolle es una Liliácea.
Altamirano, F. 1896
Indica que podría ser Agave sp. de las Amarili­dáceas, pero no lo asegura.
Urbina, M. 1903f
Afirma que el primer apintli que describe Hernández es Prochnianthes viridescens Watson (Agáveas).
Del otro apintli dice que por el carácter de sus hojas más anchas y manchadas por ambos lados debe ser Agave guttata Jacobi et Bouché. Siendo también estas dos especies de la familia de las Amarilidáceas.
Finalmente señala que el Agave saponeira Lindl., cuya raíz sustituye al jabón entre los mexicanos, Agave hrachystachys Cav. según dice Baillon, pudiera ser también un apintli.

(85) CLXV. Del axixcozahuilizpatli tilancense [I:98]
En Plantas mexicanas (sf). I:291
Se encuentra anotado que esta planta no es Le­guminosa, según la descripción de Hernández, y que Altamirano considera que es Berberís.
Altamirano, M., citado por Altamirano, F. 1879.
Dice que es un Berberís.
Altamirano, F. 1879.
Comenta que esta planta, según lo que se puede inferir de la descripción que da Hernández, no es Leguminosa.
Batalla, M.A. et al. 1942. I:290
Consideran que corresponde la determinación botánica hecha por Altamirano, porque el género Berberis presenta los siguientes caracteres: arbus­tos o pequeños árboles con madera amarilla, hojas con los bordes espinosos, flores amarillas, frutos en bayas pequeñas con semillas.

(86) CLXVII. Del atonahuizpatli de Igualapa [I:98]
Altamirano, en Plantas mexicanas (sf). I:26
Considera que el acaxaxan es Potamogetón natans y aclara que, aunque es citada por Hernández comparándola con el atonahuizpatli, éste no es Potamogetón. Sin embargo no determina a qué especie corresponde.
En Plantas medicinales (sf). A
Se encuentra anotado que el acaxaxan es Pota­mogetón natans (Nayadáceas).
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Indica que es Ophyoglos [sic: Opbioglossum ?].
Batalla, M.A. et al. 1942. I:292
Consideran que los caracteres que cita Hernán­dez corresponden con los que presenta Tradescantia disgrega Kunth, raíz fibrosa, tallos nudosos, hojas linear-elípticas con nervaduras paralelas, flo­res pequeñas de color escarlata. También comen­tan que, según Hernández, parece pertenecer a una especie de acaxaxan y que se encuentran dos ilustraciones con este nombre en la p. 263 de la edición romana que por el aspecto de los dibu­jos parecen pertenecer las dos plantas a la fami­lia Comelinácea.

(87) CLXIX. Del árbol llamado por algunos sasafrás [I:99 (fig. p. 99)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:216
Asegura que es Laurus sp.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1942. I:292
Sugieren que esta planta podría ser Elaphrium pubescens Schlecht; comentan que los siguientes caracteres corresponden a los que menciona Her­nández: árbol de 15 m de alto, tallos rojizos, hojuelas generalmente de 3.5 a 7 cm de largo y que una especie cercana, E. trijuga, tiene propiedades sudoríficas, purgantes, diuréticas, expectorantes y se emplea contra la disentería, la hidropesía, enfermedades venéreas, fiebre amarilla y otras afecciones (Martínez).

(88) CLXIX. Del árbol llamado por algunos sasafrás [I:99 (fig. p. 99)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:216
Asegura que es Laurus sp.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1942. I:292
Sugieren que esta planta podría ser Elaphrium pubescens Schlecht; comentan que los siguientes caracteres corresponden a los que menciona Her­nández: árbol de 15 m de alto, tallos rojizos, hojuelas generalmente de 3.5 a 7 cm de largo y que una especie cercana, E. trijuga, tiene propiedades sudoríficas, purgantes, diuréticas, expectorantes y se emplea contra la disentería, la hidropesía, enfermedades venéreas, fiebre amarilla y otras afecciones (Martínez).


Libro tercero

(89) I. Del atlipozonzapitzáhoac o espuma de agua tenuifolia [I:100]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:252
Indica que es una especie del género Filix.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1943. II:325
Comentan que de acuerdo con el home filicum el género citado por Altamirano es sinónimo de Cystopteris ? que tiene las hojas parecidas a las del culantro, como lo indica la descripción de Hernández.

(90) II. Del atlipozonzapatláhoac o espuma de agua más ancha [I:100]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:251
Indica que es Polypodium.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Batalla, M.A. et al. 1943. II:326
Dicen que podría tratarse de una planta del gé­nero señalado por Altamirano porque algunas de sus especies presentan hojas grandes y anchas, carácter a que alude Hernández en el presente capítulo.


(91) III. Del ahoyacpatli o medicina suave [I:100]
Altamirano, M. Notas inéditas, citado en Plantas mexicanas (sf). I:109
Dice que es Polypodium.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es un Polypodium.
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Comenta que el nombre dado por Hernández a esta planta: ahoyacpatli, significa medicina suave, lo que ya es una indicación del uso y del sabor de la planta, y que se llama también ocopetlatl- tepiton o lo que es lo mismo “helécho peque­ño”, quedando con esta denominación perfecta­mente clasificada la planta. También dice que el nombre i-tzinpéch-tetl, que también se aplicaba puede significar también “hierba cuya parte pos­terior, cuya base, o cuya extremidad reviste o tapiza las piedras” y que en todos estos casos nos indica ese nuevo nombre la naturaleza del terre­no en que la planta crecía.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:326
Indican que esta planta podría ser Polypodium y que según M. Martínez los rizomas de algunas especies de este género, P. aureum por ejemplo, se usan en cocimiento por sus propiedades sudo­ríficas y pectorales.

(92) IV. Del coatlicéoal purgante o sombra de culebra [I:101]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:831
Considera que se trata de Adiantum.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C
Batalla, M.A. et al. 1943. II:327
Señalan que coincide con Adiantum capillas veneris L. en algunos de los caracteres botánicos (raíces fibrosas negruzcas, ramas cilindricas y ro­jizas, segmentos de las pínulas pequeños, redon­deados, de bordes hendidos) y en propiedades medicinales indicados por Hernández. También comentan que sin embargo no es posible afirmar que se trata de dicha especie, porque es origina­ria de Europa y no es dable señalar si fue impor­tada con anterioridad al viaje de Hernández.

(93) VI. Del capolxíhuitl [I:101]
En Plantas mexicanas (sf). I:457
No se indica de qué especie se trata.
En Plantas medicinales (sf). C-l
Se señala que es un Helécho.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que es un Polypodium.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:328
Omiten la determinación de esta planta.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Comentan que Hernández describe a esta plan­ta como una especie de Polipodio.

(94) LIX. Del achochoquílitl o verdura suave [I:113]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:56
Asegura que el acocotli de este capítulo es una Umbelífera.
Martínez, M. en Plantas mexicanas (sf). I:56
Indica que es Bidens leucantha Willd.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Señala que podría tratarse de una Compuesta, Antbemis.
Urbina, M. 1903a
Explica que los caracteres que señala Hernández para el achochoquílitl corresponden al Bidens tetragona DC., planta que, como otras del mismo género, sirve de alimento también a los indígenas.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:361
No están de acuerdo con la identificación de Urbina; comentan que se trata más bien de Bidens chrysanthemoides Michx., porque sus flo­res son parecidas a las del crisantemo y están dis­tribuidas en las axilas de las hojas en casi toda la longitud del tallo; presenta además tallos rojos.

(95) LXVIII. Del aalacton o medicina mucilaginosa [I:116]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:3
Apunta que se trata de Malva sp.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A
Batalla, M.A. et al. 1943. II:369
Considera que es posible que se trate de una planta del género Hibiscus porque algunas espe­cies tienen hojas amplias y aserradas y flores es­carlata, además semillas como de Malva.

(96) LXIX. Del segundo aalacton [I:116]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:2
Indica que es una Malva sp.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A
Batalla, M.A. et al. 1943. II:370
Comentan que se trata de una especie del gé­nero Sphaeralcea porque S. angustifolia, por ejem­plo, tiene hojas alargadas, aserradas, angostas y ásperas, flores en grupos semejantes a verticilios, de color rosa o ligeramente rojizo. También se­ñalan que es posible que la otra planta citada en este capítulo corresponda a otra Malvácea, posi­blemente del género Malva.

(97) LXXII. Del segundo amamalácotl [I:116]
En Plantas mexicanas (sf). I:138
No se encuentra anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es Sisymbrium.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:372
Consideran que se trata de Bryophyllum sp. y comentan que B. calycinum Salisb. tiene hojas crasas, oblongas, de bordes lobulados, en cuyas axilas existen tejidos meristemáticos a expensas de los cuales se pueden formar nuevos individuos, siendo fácil observar raicillas en las partes ya citadas.

(98) LXXIV. Del atzauhtli o tzauhtli acuático [I:117]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:9
Dice que el acaltzauhtli es Craniches [sic: Cranichis] tubularis o Craniches [sic: Cranichis] speciosa.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que el acaltzauhtli es una Orquídea Cranychis [sic: Cranichis] tubularis.
Colmeiro, V. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que el acaltzauhtli es Cranylus tubularis L. Llav. y Lex. [sic: Cranichis tubularis La Llave et Lex.].
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Anota que el atzauhtli es Cranichis speciosa.
La Llave, P. de, y J. Lexarza. 1825. II:5-7
Señala que el atzauhtli descrito por Hernández en este capítulo es Cranichis speciosa y que el acatlzauhtli es Cranichis tubularis.
Cervantes, V. 1889
Señala que es Epidendrum sp.
Altamirano, F. 1896
Dice que se refiere a plantas de la familia Orchidaceae.
Urbina, M. 1903e
Indica que estas dos plantas de las que habla Hernández han sido identificadas por Juan Lexarza (en Llave y Lexarza, Orch. opuse. II, pp. 5-6) designando al atzauhtli con el nombre de Cranichis speciosa y al acaltzauhtli como Cranichis tubularis. También comenta que Lindley sugie­re que estas dos especies del mismo autor pue­den pertenecer al género Stenoptera, del cual no se conoce ninguna especie dentro de nuestros límites.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:373
Corroboran las determinaciones indicadas por Urbina.

(99) LXXXII. Del coatzontecoxóchitl [I:119 (fig. p. 119)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:837
Indica que podría ser Dorstenia, Asclepias o Anguloa superba.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C Urbina, M. 1903e
Indica que la clasificación de esta especie fue hecha por Bateman, quien la llamó Stanhopea tigrina.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:379
Corroboran la identificación anterior.
Balme, J. 1952
Considera que estas plantas, de coloridos diver­sos, corresponden al género Stanhopea, en sus especies tigrina y oculata.

(100) XCVII. Del acecentli o hierba acuática semejante al maíz [I:123]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:31
Indica que es una Gramínea. También se en­cuentra indicado que podría ser Ciperácea.
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf).I:31
Considera que es Millium [sic: Milium].
Ídem en Plantas medicinales (sf). A
Batalla, M.A. et al. 1943. II:393
Comentan que de acuerdo con Altamirano se trata de una especie de Milium.

(101) CII. Del zacacamototontin o pasto que tiene raíces pequeñas parecidas a camotes [I:124]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:439
Afirma que es Cyperaceae.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Urbina, M. 1906
No logra identificarla.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:396
Dicen que es Juncus mexicanas Willd., e in­dican que esta especie presenta rizomas, hojas alargadas, planas o cilindricas, flores pequeñas cimoso-paniculadas y que J. lourenantus Schult. se usa como diurético y contra la hidropesía, disuria y diarrea.

(102) CLIII. Del chilli [I:136-139 (figs. pp. 136, 137 y 138)]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:78
Manifiesta que corresponde a las Soláneas (Cap­sicum). En II:705 no indica la determinación del chiltecpin.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C
Dice que el chilli es Capsicum. Más adelante, en esta obra indica que el chiltecpin también es del género Capsicum.
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Indican que el chilli es Capsicum annuum y el quauhchilli Capsicum frutescens.
NOTA: Estos autores citan al quauhchilli de la edición ro­mana, 105, donde éste no aparece. Únicamente se localizó el quauhchili de este capítulo.
Ramírez, J. 1893
Indica que la especie señalada por Mociño y Ses­sé para el chilli de Hernández, Capsicum annum L., está admitida.
Bravo Hollis, H. 1934a
Indica que el chile chilcoztli señalado por Her­nández corresponde posiblemente a alguna de las formas que pertenecen al grupo del Capsicum annum L. var. longum Sendt. De la planta des­crita por Hernández con el nombre de tzincuayo dice que según se lee en la Nueva farmacopea mexicana, 1884, corresponde al Capsicum violaceum DC., especie que el autor Irish considera como dentro de una de las formas de C. annum lon­gum. Del sexto género llamado texochilli sugie­re que posiblemente también pertenezca a C. an­num L. var. grossum Sendt. Luego expone que la especie a la que se refiere Hernández al decir que “produce un fruto muy semejante al del alquequenje [yerba mora] y a nuestras cerezas dul­ces en forma, color y tamaño” corresponde a la forma de chile bolita del C. annum L. var. ceraciforme Miller. El quauhchilli, primera especie descrita en este capítulo, la identifica como Capsicum fructescens L. y finalmente como la var. boc­catum L. de esta última especie al chiltecpin.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:428
Corroboran las identificaciones señaladas por Helia Bravo.

(103) CLVIII. Ayacachtecómatl o tecómatl de sonaja [I:140]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). 1:334
Asegura que es Crescentia alata.
Cervantes, V. 1889
Indica que el ayacachtecómatl es Crescentia temata.
En Anónimo. 1889
Se encuentra anotado que el quauhtecómatl de Hernández es Crescentia alata K., Crescentia ternata F.M.I.
Urbina, M. 1903c
Asegura que el ayacachtecómatl y el quauhte­cómatl, por la descripción que da Hernández, convienen perfectamente sus caracteres con los que corresponden a las plantas designadas con los nombres de Parmentiera alata Miers., Crescentia alata H.B.K. y Crescentia trifolio Blanco, que constituyen la misma especie. Más adelante al ha­blar del ichcatecómatl y del tecómatl indica que pertenecen al género Crescentia, lo que es muy posible por el uso indicado de que los frutos por su solidez son explotados por los indios para fa­bricar diversos utensilios. Finalmente concluye que basándose en otros antecedentes históricos hay casi la seguridad de que el tecomate de sona­ja es la Parmentiera alata Miers., y el cuautecomate o árbol de las calabazas es Crescentia cujete Linn.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:437
Indican que el ayacachtecómatl es Crescentia alata H.B.K., porque los pecíolos ensanchados y las hojas recuerdan el aspecto de una cruz y por­que la dimensión de sus frutos está de acuerdo con los datos citados por Hernández. Más ade­lante dicen que la otra planta citada en este capí­tulo con el nombre de quauhtecómatl fue iden­tificada como Crescentia cujete L.

(104) CLIX. Del yetecomapatli o medicina de tecómatl de tabaco [I:141]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:17
Indica que es Nicotiana sp. Allí mismo se en­cuentra señalado que es Pentacrypta atropurpú­rea DC.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Sugiere que podría corresponder a las Soláneas, posiblemente una especie de Nicotiana.
Batalla, M.A. et al. 1943. 11:440
Corroboran la determinación anterior.

(105) CLXXIX. Del aalacton o hierba mucilaginosa [I:148 (fig. p. 148)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:1
Determina esta planta como una especie de Malva.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A
Batalla, M.A. et al. 1943. II:459
Corroboran la determinación de Altamirano.

(106) CLXXXI. Del áloe yacapichtlense [I:149]
En Plantas mexicanas (sf). I:132
No se encuentra anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que se trata de un Aloe.
Terrés, J. en Dat. mat. méd. mex. 1894. I:107
Comenta que Hernández menciona en este ca­pítulo un áloe que fue importado poco después de la conquista o muy probablemente conocido de los aztecas y llamado por ellos tlailochtíam. Más adelante, aunque no precisa la determinación para la planta referida por Hernández, dice que generalmente se ha creído que en México crece únicamente Aloe variegata, pero que según José Ramírez la planta conocida vulgarmente como zábila o pitazábila es Aloe vulgaris Lam., de la familia Liliáceas.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:461
Corroboran la determinación de Manuel Al­tamirano. Comentan que el jugo concentrado de Aloe vulgaris llamado acíbar es estomáquico a pequeñas dosis.

(107) CLXXXVIII. Del axixcozahuilizpatli [I:150]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). 1:299
Dice que es un Berberis sp. Allí mismo se indi­ca que podría ser Galega.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B
Altamirano, F. 1879 No la determina.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:464
Corroboran la determinación de M. Altamirano.

(108) CXCVIII. Del árbol anananca [I:152]
En Plantas mexicanas (sf). I:161
No se encuentra anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Anota que es una Anona.
Batalla, M.A. et al. 1943. 11:469
Corroboran la determinación de Altamirano.

(109) CC. Del ancoas o jengibre macho [I:153]
En Plantas mexicanas (sf). I:438
Se indica que corresponde a las Zingiberáceas.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es Amomum zingiber.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:470
Comentan que con los nombres vulgares de an­coas y gengibre se designa a Zingiber officinale Rose, agregando que piensan en la posibilidad de que la planta estudiada por Hernández correspon­da a esta especie y las diferencias citadas en este capítulo sean resultado de la acción de las diver­sas condiciones del medio, pues esta planta es ori­ginaria de la India.

(110) CCI. Del abaca [I:153]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:4
Señala que es una especie de Musa.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es una especie de Musa. Más adelante dice que el bolongón es Convolvulus batatas.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). A
Considera que es Musa textilis.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:472
Aseguran que esta planta corresponde a Musa textilis Neé.

(111) CCX. Del aztalxóchitl [I:156 (fig. p. 156)]
En Plantas mexicanas (sf). I:374
Se encuentra anotado que es Amarillis formosisima [sic: Amaryllis formosissima Linn.].
Altamirano, M. Notas inéditas, citado por Bata­lla, M.A. et al. 1943. II:479
Identifica esta planta como Sprekelia formosis­sima Herb.

(112) CCXI. Del aítzmitl o verdolaga acuática [I:156]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:368
Dice que la planta estudiada en este capítulo corresponde a una especie del género Portulaca.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A
Batalla, M.A. et al. 1943. II:480
Consideran que podría tratarse de Ludwigia palustris Eli. También indican que con el nombre vulgar de verdolaga acuática denominan Reiche y M. Martínez a otra Onagrácea, Jussieua repens L., muy frecuente en las zanjas y pantanos del Valle Central, cuyas flores son axilares con la co­rola grande de color amarillo.

Libro cuarto

(113) I. Del charápeti o planta roja [I:162]
En Plantas mexicanas (sf). II:560
No se encuentra anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que se trata de Beta vulgaris o Rumex sanguineus.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:495
Indican que se trata de Exandra rhodoclada Standl., y comentan que la descripción de Her­nández, comparada con los datos botánicos que cita Standley, concuerda porque presenta hojas oblongas, vellosas, y porque su madera es roja.

(114) XVI. Del árbol de la nuez índica o coco [I:167 (fig. p. 167)]
En Plantas mexicanas (sf). III:1540
No se encuentra ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). N-O
Indica que es una Palmera, Palma cocos.
Cervantes, V. 1889
Considera que es Cocos nucífera.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:507
Comentan que, según caracteres botánicos y propiedades medicinales dados por Hernández, se trata de Cocos nucífera L., porque concuerda con los siguientes caracteres: árbol grande de ma­dera esponjosa, liviana, y frutos grandes. Comen­tan también que el agua de los frutos de la espe­cie citada goza de fama como diurético y contra los gusanos intestinales.

(115) XVII. De la palma bahey [I:169 (fig. p. 169)]
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Indica que podría tratarse de una Areca.
En Plantas mexicanas (sf). I:376
No se encuentra anotado ningún comentario botánico.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:511
Indican que es Erythea edulis (Wendl.) S. Wats., comentando que los datos botánicos que consig­na Hernández concuerdan con algunos de los caracteres de la planta antes citada: tronco de 9 metros de alto y de 37 cm de diámetro, fruto piriforme de 2.5 cm de diámetro con gruesa pulpa, comestible.

(116) XXIX. De la xicama [I:173 (fig. p. 173)]
En Plantas mexicanas (sf). I:474
Se encuentra anotado que cátzotl es citado por Hernández como sinónimo de xicama (raíz que mana jugo): Doliches [sic: Dolicbos] tuberosus (ji­cama de tierra), Dolicbos bulbifer [sic: Dolicbos bulbosas].
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que es Doliches bulbifer [sic: Dolicbos bulbosas Linn.].
Altamirano, F. 1879
Dice que es Dolicbos tuberosus D.C., pues a esto conducen los datos que menciona Hernán­dez al describirla.
Urbina, M. 1906
Indica que es Cacara erosa L.
En Datos para la materia médica mexicana. 1907. IV: 17
Señalan que es Pachyrhizus angulatus Rich. (Leguminosas).
Batalla, M.A. et al. 1943. II:522
Comentan que esta planta fue estudiada por Ur­bina y que es Pachyrhizus angulatus Rich.

(117)  XXXV. Del cacamótic tlanoquiloni o batata purgante [I:175 (fig. p. 175)]
Martínez, en Plantas mexicanas (sf). I:410
Sugiere que podría ser Ipomoea stans, I. jalapa o I. purga.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Señala que es Convolvulus jalapa. En esta obra también se encuentra anotado que esta planta co­rresponde a Exogonium purga de Benthan, Ipo­moea purga de Choisy y Convolvulus affinis de Pelletran.
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Dice que pertenece a la familia de las Convolvuláceas.
Urbina, M. 1906
La identifica como Ipomoea jalapa Pursh.
NOTA: Urbina comenta que el cacamótic-tlanoquiloni o caxtlatlapan figurado por Hernández, capítulo LIV, parece ser Convolvulus jalapa. En ese capítulo del mismo libro se habla del cocopaltzin o pequeño copalli, que como se ve no corresponde.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:527
Indican que de acuerdo con Urbina es I. jalapa Pursh.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Comentan que la figura que aparece en el ma­nuscrito Badiano con el nombre de velicpahtli parece que se trata de Ipomoea. Que I. purga es muy conocida por las propiedades purgantes de su raíz y que ya Hernández habla de ella, aun­que no con el nombre del Badiano, pues la men­ciona como cacamótic tlanoquiloni y otros.

(118) LX. Del tlahoelilocaquáhuitl o árbol de la locura [I:185 (fig. p. 185)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:464
Considera que podría ser una Bursera.
Urbina, M. 1910
Comenta que la falta de figura y los pocos ca­racteres botánicos que le asigna Hernández a esta planta hacen que la identificación no sea posible y que además la localidad que le ha sido señalada no se encuentra en la especie descrita por Engler. Pero que, a pesar de esto, creen que la opinión de Guibourt, apoyada por Planchón, debe ser aceptada, mientras no pueda rectificarse por otros medios, y se atiene por el momento a lo que dice el autor citado: “La caraña primitiva, la que era llevada a la Nueva España, y que Monardes ha descrito, no es otra cosa que el elemi en panes de Guibourt, que es producida por la Icica caraña H.B.K., y que lleva en Nueva Granada el nom­bre de caraña...” y que corresponde hoy a la si­guiente: Protium caranna March., Amyris caranna Humb., Icica caranna H.B.K.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:555
No aportan ninguna información botánica para la identificación de esta planta.

(119) LXV. Del chichioalpatli o medicina de los pechos [I:188]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:669
Indica que podría ser una Cassia. En la misma página, F. Altamirano dice que esta planta es Eseropitormis anthirrinus ?
Ídem en Plantas medicinales (sf). C
Batalla, M.A. et al. 1943. II:562
No señalan la identidad de la planta mencionada.

(120) LXVI. Del chichioalxóchitl o flor de los pechos [I:188 (fig. p. 188)]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). II:670
Asegura que es Carica papaya.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C
Dice que es Carica.
Standley, P.C. 1927. IV:852
Indica que en este capítulo Hernández describe a Carica papaya L.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:563
Comenta que, por los datos botánicos que pro­porciona el capítulo presente, es posible que se trate de Carica papaya L.

(121) LXXXV. Del chichicpatli octavo o mactlactlanense [I:193]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:635
Indica que es Piper.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Batalla, M.A. et al. 1943. II:577
Omiten la determinación de esta planta.

(122) CXLV. Del cococaquílitl o verdura acuática acre [I:210]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:863
Indica que se trata de una planta del género Tagetes.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C
Urbina, M. 1903a
Explica que Hernández afirma con razón que debe ser una especie de cempoalxóchitl porque el olor parece indicarlo y es característico de los cempazúchiles en general, pero que en esta espe­cie es tan penetrante como en el papaloquelite debido a la presencia de glándulas que encierran un aceite volátil o esencia de olor fuerte y desa­gradable por ser muy abundante.
Más adelante, al analizar las características de los tallos, que son acostillados de seis ángulos o líneas blancas salientes que corren a lo largo del tallo hasta su extremidad, las hojas pinatisectas de siete lobos, los tres terminales más grandes, aovados y los cuatro inferiores gradualmente más chicos con el borde profundamente dentadosinuoso; la corola color grana en las lígulas, etc., asegura que son caracteres que corresponden con Adenophyllum coccineum Pers.
Batalla, M.A. et al. 1943. 11:620
Corroboran la identificación de Urbina.

(123) CLXXXIX. De la caucálide mechoacanense [I:222]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:475
Indica que es Caucalis pimpinella ?
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Batalla, M.A. et al. 1943. II:656
Comentan que según M. Altamirano corres­ponde al género Caucalis.

(124) CXCI. Del cacómitl [I:223]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:424
Indica que es Tigridia pavonica [sic: pavónta].
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Duges, A. 1896
Explica que Tigndia dugesi Watson es el verda­dero cacómitl de Hernández, ya que en la descrip­ción menciona que tiene flores con hojas largas y amarillas (perianto) y que tiene raíz bulbosa, caracteres que corresponden perfectamente con la especie mencionada.
Batalla, M.A. et al. 1943. II:657
Indican que es Tigndia pavonia Ker.

Libro quinto

(125) XXV. Del chalcuítlatl o estiércol crepitante [I:235]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:543
Indica que es Himinca (?).
Miranda, F. et al. 1946. III:720
La identifican como Altemanthera repens (L.) Kuntze.

(126) LIII. Del chaoacocopin [I:244]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:106
Asegura que es una Compuesta, posiblemente Porophyllurn.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que es Kleinia.
Urbina, M. 1903a
Indica que basándose en la descripción que da Hernández cree que es una Compuesta, por el color blanco que presenta el involucro de los ca­pítulos o cabezuelas (vasos oblongos de Hernán­dez) corresponde al aspecto de escarcha que re­visten generalmente estas cubiertas; las flores abriéndose en vilanos o penachos, los tallos pur­púreos y sobre todo el pestilente olor que despi­de toda la planta, vienen a confirmar que se tra­ta del género Porophyllurn. Asimismo comenta que de las diez especies del género conocidas hasta ese momento sólo una tiene las hojas orbicu­lares, algo serradas, o más bien, almenadas, co­mo dice Hernández, siendo el Porophyllurn viridiflorum DC. conocido también con el nombre mexicano de pipitza y la especie más usada co­mo alimento.
Miranda, F. et al. 1946. III:746
La identifican como Porophyllurn macrocephalum DC. y comentan que la descripción de Hernández corresponde con la anterior determina­ción por presentar los siguientes caracteres: hojas ovales crenadas, tallos cilindricos rojizos, flores en cabezuelas contenidas en involucros, frutos en aquenios con vilanos, y que la planta presenta un olor característico por lo que los tallos y las hojas se comen crudos a manera de condimentos.

(127) CXLI. Del chichicallótic o planta parecida al cardo [I:267]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sí). II:611
Considera que es una especie de Argemone.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Miranda, F. et al. 1946. III:802
Indican que pertenece a Argemone sp. porque los datos botánicos mencionados son semejantes a los del género citado. Hierbas robustas, glau­cas, muy espinosas, con las hojas sésiles, pinatí- fidas y el jugo lechoso amarillo.

(128) CXLII. Del chicállotl o cardo [I:267 (fig. p. 267)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:594
Menciona que es Argemone mexicana.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
En esta obra también se encuentra indicado que es Bryonia variegata Mill., de las Cucurbitáceas.
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Indican que esta planta es Argemone mexicana.
Ramírez, J. 1893
Dice que la especie señalada por Mociño y Sessé para el chacalotl de Hernández, Argemone mexi­cana L., está admitida.
Ramírez, J. en Datos para la materia médica me­xicana. 1894. I:153
Señala que es A. mexicana Linn. (Papaveráceas).
Miranda, F. et al. 1946. III:803
Están de acuerdo con la determinación de Ses­sé y Mociño.

(129) CXLV. Del cacaloxóchitl o flor de cuervo [I:268]
En Plantas mexicanas (sf). I:405
Se encuentra indicado que es una Apocinácea.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que es Plumería alba y P. rubra.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que es una Apocinácea, una especie de Plumería. En esta obra se encuentra anotado que, según la Farmacopea mexicana, el cacaloxóchitl es Plumería rubra L. También se menciona que el cacaloxúchitl es P. rubra y que el cacaloxóchitl es Macrosiphonia brachysiphon A. Gray.
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Señalan que es Plumería alba.
Ramírez, J. 1893
Considera que la especie señalada por Mociño y Sessé para el cacaloxóchitl de Hernández (P. alba L.) es sinónimo de Plumería rubra L.
Miranda, F. et al. 1946. III:806
Indican que se trata de Plumería acutifolia Poir. También dicen que el cacaloxóchitl de flor escarlata corresponde a P. rubra, conocida como flor de mayo.
Finalmente comentan que Woodson (Ann. Miss. Bot. Garden. XXV, 1938, p. 207) considera a Plumería rubra L. como la especie básica con las siguientes formas: f. typica Woodson (con flo­res rojas), f. lutea (con flores predominantemente amarillas), f. acutifolia (Poir) Woods. (con flores blancas), f. tricolor (Ruiz et Pav.) Woods. (con flores de color rojo, blanco y amarillo).

(130) CLIV. Del segundo zacachíchic [I:270]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:548
Indica que es una Poinciana. En esta página se encuentra anotado que es Caesalpinia pulchemma (Standley).
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Señala que es Poinciana.
Miranda, F. et al. 1946. III:811
No lograron identificar la planta descrita en el presente capítulo.

(131) CLXXVIII. Del chichiltácotl o vara escarlata [I:275]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:653
Dice que podría ser Lobelia.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C
Indica que esta planta es de las Lobeliáceas, Lobelia.
Miranda, F. et al. 1946. III:827
No ubicaron la planta descrita por Hernández en este capítulo.

Libro sexto

(132) XXXVI. Del caxtlatlapan o plato quebrado [I:287]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:476
Asegura que se trata de Convolvulus jalapa.
Miranda, F. et al. 1946. III:863
Comentan que probablemente se trata de algu­na especie de Ipomoea, pero que no parece ser igual al cacamotic tlanoquiloni (Ipomoea jalapa), también llamado caxtlatlapan, pues los caracteres dados por Hernández son algo distintos, y que ésta pudiera ser la Ipomoea purga (Wender) Hayne (I. japala de Nutt, et Coxe, no I. japala (L.) Pursh). que posee también propiedades purgantes.
Reko, B.P. 1947a
Comenta que la planta de Hernández llamada caxtlatlapan es Ipomoea tuberosa, ya que así se llama todavía.

(133) XXXVII. Del segundo caxtlatlapan [I:287]
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que es Convolvulus jalapa.
Miranda, F. et al. 1946. III:864
Comentan que seguramente no se refiere Her­nández aquí al verdadero ololiuhqui (Rivea corymbosa (L.) Hall.), del cual se trata más adelante.

(134) XLIII. Del cencocopi o planta parecida al tlaolli [I:288]
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que es Lolium perenne.
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:518
Asegura que se trata de Solanum perenne ?
Miranda, F. et al. 1946. III:868
Indican que según Kemton y Popenoe (Teosinte in Guatemala, Carnegie Inst. Wash. Publ. Núm. 483,1937) el cencocope de Hernández correspon­dería a la planta conocida actualmente con el nombre de teoxintle (teosinte), o sea Euchlaena mexicana Schrad.

(135) LII. Del cihuapatli hemionítico [I:294 (fig. p. 294)]
En Plantas mexicanas (sf). 11:752
No está anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C
Indica que es Montañoa tomentosa.
Villada, M.M. 1865
Señala que esta planta corresponde a Montagnea tomentosa Mairet.
Alfaro, R. 1866
Dice que es Montaña tomentosa Cervantes.
Cervantes, V. 1889
Aunque afirma que esta planta, como dice Her­nández, produce buenos efectos en las parturien­tas y que toda la planta es diurética, estomática y pectoral, no indica de qué especie se trata.
En Anónimo. 1889
Indica que es Eriocoma floribunda K. Montañoa tomentosa Cerv.
Ramírez, J . en Datos para la materia médica mexi­cana. 1894. I:137
Considera que esta planta es Montagnoa tomen­tosa DC. (Compuestas).
Cota, F. 1896
Dice que esta planta descrita por Hernández es de la familia de las Compuestas, del género Montanoa.
Miranda, F. et al. 1946. III:881
Comentan que en la edición romana (Thesau­rus, p. 186) la descripción de esta planta lleva al pie una nota de los recopiladores de la obra de Hernández en que se la compara con Conyza. Hernández compara sus hojas con las de hemionites, nombre que por el siglo XVI empleaban los médicos para designar el helécho llamado en Es­paña “lengua de ciervo” (Scolopendrium officinarum). También dicen que, a pesar de que a juz­gar por las observaciones de Hernández debía ser una planta muy común en México, no fue posible identificar el cihuapatli hemionítico. Indican que en el capítulo de la edición romana (Thesaurus, p. 186) al lado del dibujo del cihuapatli hemioníti­co se inserta otro del cual se dice en las anotacio­nes a Hernández: “Otro cihuapatli, que reprodu­cimos aquí, posee hojas de malva, es velloso y sus flores son semejantes a las de la manzanilla común, con los radios blancos y los flósculos ama­rillos”, y que parece evidente, según se deduce del dibujo de Hernández y de las anotaciones de los que lo vieron con sus colores originales, que la planta representada corresponde a la conoci­da actualmente con el nombre de cihuapatli o zoapatle (Montanoa tomentosa Cervantes).

(136) LXXVIII. Del capolin o cerezo dulce de Indias [I:301 (fig. p. 301)]
En Plantas mexicanas (sf). I:451
Se encuentra anotado que es Prunas capuli o que podría ser Cerasus sp.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que es Cerasus o Prunus. También se encuentra anotado que es Prunus capuli Cav. (Rosáceas).
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Señala que se trata de una Rosácea.
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Identifican esta planta como Prunus virginiana.
Ramírez, J. 1893
Señala que la especie indicada por Mociño y Sessé, Prunus virginiana Moc. et Sessé, para el capolin de Hernández es sinónimo de Prunus capuli Cav.
Amador, E. 1897
Indica que el capulli de Hernández es Prunus capuli.
En Datos para la materia médica mexicana. 1898. II:50
Se indica que es P. capuli Cav. (Rosáceas).
Standley, P.C. 1922. II:341
Señala que es P. capuli.
Rivera Morales, I. 1943
Dice que Hernández describe bajo este nom­bre a P. capuli Cav.
Miranda, F. et al. 1946. III:901
Indican que es Prunus capuli Cav.

(137) LXXXII. Del cacapolton [I:302]
En Plantas mexicanas (sf). I:419
Se encuentra anotado que podría corresponder a una especie de Cerasus.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Señala que podría ser una Rosácea, Cerasus.
Miranda, F. et al. 1946. III:905
Indican que posiblemente esta planta corres­ponda a Prunus.

(138) LXXXVII. Del cacahoaquáhuitl o árbol del cacao [I:303 (figs. pp. 303-304)]
En Plantas mexicanas (sf). I:383
Se encuentra anotado que el cacahoapatlachtli es una Solánea Cestrum sp. y que, aunque en este capítulo se dice que se tratará del cacahoa­patlachtli en su lugar, no hay capítulo especial que trate de esta planta y que, dada esta situación, es casi seguro que el autor o sus copiantes altera­ron el nombre que en el mismo capítulo se escribe quauhpatlachtli, a no ser que la equivocación se refiera al nombre cacahoapatli de la planta que sirve, según refiere el mismo Hernández, para aumentar la espuma del chocolate. Por último está aclarado que la clasificación (?) está puesta aquí por equivocación.
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:385
Indica que corresponde a Theobroma cacao.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
También se encuentra anotado que el cacahoa­patlachtli mencionado por Hernández en este capítulo es una Solánea: Cestrum.
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Señalan que el cacahoaquáhuitl corresponde a Theobroma cacao.
Cervantes, V. 1889
Indica que es Theobroma cacao.
Standley, P.C. 1923. III:808
Considera que la planta descrita por Hernández en este capítulo es Theobroma cacao L.
Miranda, F. et al. 1946. III:908
Comentan que esta especie es la más común y se encuentra silvestre en las selvas de Coli­ma a Chiapas, Tabasco y América Central, y que sin embargo, en México se encuentran otras dos especies de cacao, Theobroma angustifolium DC., que es la especie que suministra el famoso cacao de Soconusco, Chis, y T. bicolor H. et B. (pataxte) que produce un cacao de calidad inferior. Seña­lan que a estas diversas especies y quizá también a variedades se refiera Hernández al distinguir las cuatro clases de cacao.
Finalmente indican que otras plantas o ma­terias vegetales de que se habla en este capítulo son: holli: hule; mecaxóchitl: Piper; xochinacaztli: Cymbopetalum penduliflorum (Dunal) Baill.; tlilxóchitl: vainilla; póchotl: Ceiba aesculifolia (H.B.K.) Britt. et Bak. y Ceiba pentandra (L.) Gaertn.; atlinan: posiblemente Licania arbórea Seem.

(139) XCVI. Del segundo cacahoaxóchitl o flor de cacáhoatl [I:307]
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que es Lexarza funebris.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que es Myrodia.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que es Lexarza funebris o Myrodia.
Miranda, F. et al. 1946. III:921
Afirman que corresponde a Quararibea funebris (Llave) Standl. Comentan que es curioso notar que Hernández no señala uno de los usos más frecuentes de esta planta, o sea, para aromatizar ciertas formas de chocolate, y a lo que segura­mente alude el nombre del árbol.

(140) XCVIII. Del chichimecapatli o medicina de la gente chichimeca [I:308 (fig. p. 308)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:665
Indica que es Euphorbia latyris [sic: lathyris].
Ídem en Plantas medicinales (sf). C
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C
Señala que es una Euforbiácea.
Urbina, M. 1903c
Comenta que la fisonomía de esta planta es ca­racterística de las Euforbiáceas por la situación de las hojas y la manera como está colocado el fruto estipitado, y puesto que el chichimecapatli crece en Texcoco y lugares templados, debe atri­buirse a una Euphorbia y tal vez a la especie campestris Cham. et Schl.
Emmart, E.W. 1940
Indica que la ilustración de Hernández para esta planta ha sido identificada como una especie de Manihot (Euphorbiaceae).
Miranda, F. et al. 1946. III:923
Comentan que parece poco convincente la afir­mación de E.W. Emmart, entre otras razones por­que ni las hojas ni las flores de la ilustración se asemejan a las de Manihot, y además porque en el valle de México, lugar donde Hernández estu­dió la planta, no son conocidas especies silves­tres de ese género. Y que, a pesar de que las flo­res en la ilustración no han sido representadas como umbeladas, sugieren que se pudiera tratar de alguna especie de Asclepias con hojas lineares y verticiladas, como por ejemplo A. verticillata L. El jugo de diversas especies de Asclepias, en efecto, es todavía usado localmente como un pur­gante drástico, aunque peligroso.
Reko, B.P. 1947a
Dice que según la ilustración podría ser el Manihot angustiloba.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964. III:923
Indican que parece ser Asclepias verticillata.

(141) XCIX. Del segundo chichimecapatli [I:309]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:664
Indica que es Asclepias.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). II:666
Apunta que es una Convolvulácea.
Miranda, F. et al. 1946. III:925
No identifican la especie de la planta descrita por Hernández en el presente capítulo.

(142) CXVIII. De la caniamoxacua [I:316]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:444
Afirma que se trata de Athamanta cervaria.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que es una Umbelífera Athamanta cervaria.
Miranda, F. et al. 1946. III:947
Indican que se podría tratar de una Umbelífera. Comentan que la angélica silvestre es la Umbe­lífera Angelica sylvestris L. común en Europa. El hinojo es otra Umbelífera muy común en España, el Foeniculum vulgare Gaertn. El elaphoboscum de Dioscórides es una planta indeterminada que algunos autores antiguos, como Tabernaemontanus, han referido a especies hoy incluidas en el género Pastinaca (chirivía).

(143) CXXXIV. Del tercer quachtlacalhoaztli [I:319]
Miranda, F. et al. 1946. III:956
Sugieren que probablemente se trata de un gé­nero de la familia Leguminosa por ser una planta voluble, con hojuelas en grupos de tres. También comentan que algunas especies de Phaseolus se usan para combatir las inflamaciones de los ojos.
CXXXV. Del ceoalchichíltic o sea vid silvestre o labrusca indígena
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:524
Indica que es Vitis silvestris.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que es Vitis silvestris.
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Comenta que el término “xoco-mécatl”, que cita Hernández, literalmente quiere decir “cordel agrio” y traduciendo botánicamente “planta vo­luble de fruto ácido” se aplica a nuestra parra silvestre o Vitis labrusca.
Standley, P.C. 1923. III:728
Comenta que las uvas silvestres (Vitis L.) son mencionadas por Hernández en el presente capítulo.
Miranda, F. et al. 1946. III:956
Indican que según M. Martínez (Catálogo... p. 515) se denomina actualmente xocomécatl a la Vitis tiliaefolia Humb. et Bonpl., enredadera frecuente en la tierra cálida de toda la República, donde también se le conoce con el nombre de vid silvestre o parra silvestre. También comentan que, además de ésta, son conocidas en México otras especies de vides silvestres que dan frutos comes­tibles, como Ampelocissus (Vitis) acapulcensis (H.B.K.) Planch.

(144) CXLV. De la chianmemeya [I:321]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:579
Dice que podría ser Euphorbia.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Miranda, F. et al. 1946. III:962
Señalan que podría corresponder a una Euphorbia.

(145) CXLVI. De la chichioalmemeya o planta que mana leche [I:321 (fig. p. 321)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:668
Indica que es una Euphorbia.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C
Dice que es una Campanulácea y sugiere que podría ser Lobelia laxiflora.
Miranda, F. et al. 1946. III:963
No determinan la especie a la que pertenece esta planta.

(146) CLXX. Del cacalotlíhuax o vainas de cuervo [I:328]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:399
Indica que es una Cassia sp.
Ídem en Plantas mediánales (sf). C-l
Miranda, F. et al. 1946. III:979
Corroboran la determinación de Altamirano.

(147) CLXXXIV. Del coapatli acatlanense o medicina de las serpientes [I:331]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:448
Considera que podría tratarse de una Asclepiadácea o de una Convolvulácea.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l
Miranda, F. et al. 1946. III:986
Omiten la identidad de esta planta.

(148) CLXXXIX. Del camopatli o medicina de batata [I:332]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:435
Indica que es Convolvulus batatas.
Urbina, M. 1906
Dice que esta planta queda identificada por los caracteres que señala Hernández como Anthericum leptophyllum Baker.
Miranda, F. et al. 1946. III:990
Comentan que, de acuerdo con Urbina, sería A. leptophyllum Baker, pero que, sin embargo, esta especie parece que tiene flores blancas.

(149) CC. Del chichilticpatli yangüitlanense [I:334 (fig. p. 334)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:659
Indica que es una Euphorbia o Croton.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C
Dice que es una Euphorbia o Croton.
Miranda, F. et al. 1946. III:994
No lograron identificar esta planta.

Libro séptimo

(150) XX. De la challa o hierba que suena [I:340]
En Plantas mexicanas (sf). II:546
No está anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que es Himenea [sic: Hymenaea].
Altamirano, F. 1879
Comenta que este árbol grande y copado es considerado por M. Altamirano como Hymenaea.
Miranda, F. et al. 1946. III:1014
Comentan que, por los caracteres señalados por Hernández, parece tratarse de alguna de las espe­cies del género Inga, cuyas semillas están rodea­das de una pelusa de sabor dulce. También dicen que existen nombres en los cuales se encuentra la raíz chal, que se usan actualmente para designar especies de Inga. Así chaláhuitl para Inga sp. en San Luis Potosí (Standley, Trees and Shrubs, p. 398) y chalún para Inga radians ? en Chiapas (Miranda, An. Inst. Biol. Méx. XIII, 1942, p. 59).

(151) LXII. De la cacalaca [I:347]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:392
Indica que podría ser Mimosa o Caesalpinia cacalaco. Comenta que una planta que crece cerca de Jojutla, cuyas flores son amarillas, parecidas a la retama, y que llaman allí cacalaca, se puede con­fundir por la clasificación con la Caesalpinia cacalaco de Humboldt. Finalmente apunta que también se llama cacalaca al chamolxóchitl que usaban los aztecas para las fiebres y que en la ac­tualidad se usa como astringente de la boca.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que es una Mimosa. También se encuen­tra anotado que es Casaipinia cacalacco [sic: Cae­salpinia cacalaco Humb. & Bonpl.].
Miranda, F. et al. 1946. III:1031
Comentan que este árbol es conocido todavía en algunos lugares con el nombre de cacalaco, correspondiendo a la Caesalpinia cacalaco H. et B. y es confundida a veces con el nombre de cascalote con la C. cortaría (Jacq.) Willd.

(152) LXXXII. Del nequámetl o bebedor de miel [I:353 (fig. p. 353)]
Altamirano, en Plantas mexicanas (sf). I:10-12
Señala que el acámetl es una especie de Agave. Al referirse al maguey negro, dice que también es del género Agave. No determina a qué especie corresponde el xilómetl.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que el acámetl, ei maguey negro y el xiló­metl son del género Agave.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que las plantas anteriores son Ama­rilidáceas.
Martín del Campo, R. 1938
Considera que por el dibujo con el que Her­nández representa al nequámetl se ve que corresponde a una Fiechtia sp. (Bromeliácea). Refirién­dose al mexoxoctli, dice que es Agave americana var. marginata aurea Trel. De las demás plantas citadas por Hernández en este capítulo (néxmetl, quámetl, hoitzitzímetl, tapayámetl, acámetl y xilómetl), comenta que son nombres individuales con que los aztecas distinguían a los magueyes.
Miranda, F. et al. 1946. III:1050
Indican que los dibujos que representan al quámetl y al acámetl son especies del género Agave.
Reko, B.P. 1947a
Identifica al nequámetl como Nolina sp.

(153) XCIV. Del cochizquílitl o verdura soporífera [I:356]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:856
Indica que es Erythrina.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C
Altamirano, F. 1879
Indica que es una Erythrina sp.
Urbina, M. 1903a
Dice que siendo una especie de tzompantli y ligeramente espinosa corresponde a la Erythrina leptocalyx Rose.
Miranda, F. et al. 1946. III:1058
No admiten la determinación de Urbina, ya que como indican esta especie es herbácea, en tan­to que la planta de que se trata en este capítulo sería un árbol. Comentan que es sabido que el tzompantli es el árbol conocido con el nombre de colorín y que con esos nombres se abarcan diversas especies del género Erythrina, princi­palmente E. americana Mili, y E. flabelliformis Kearney.
NOTA: Miranda, F. et al., señalan que Urbina identificó esta planta como E. leptorrhiza D.C., nótese que no es ésta la especie señalada por Urbina. El nombre E. leptocalyx Rose fue aplicado a especímenes de esta especie y nunca fue publicado (Standley).

(154) CVIII. Del segundo zayulpatli huaxacense [I:358]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:443
Indica que es una Umbelífera.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que es una Umbelífera.
Miranda, F. et al. 1946. III:1066
Aseguran que se trata de una Umbelífera.

Libro octavo

Libro noveno Libro noveno

(155) I. Del hoitzquáhuitl, árbol espinoso o Brasil [I:375]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). III:1328
Indica que es Haematoxylum campechianum L. También se encuentra anotado que es Caesalpinea [sic: Caesalpinia] crista L. (Standley, p. 422).
Altamirano, F. 1879
Señala que es Haematoxylum campechianum L.
Altamirano, F. 1896
Indica que se trata de una planta de la familia de las Leguminosas, posiblemente Caesalpinia sp.
Reko, B.P. 1947a
Dice que ésta es la misma planta que la conocida vulgarmente como “brasil”, Condalia obovata.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Comentan que es el actual brasil o sea Haematoxylon brasileño Karst.

(156) XLIII. Del hoitzitziltenxóchitl o flor de pico de hoitzitzillin [I:384 (fig. p. 384)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:878
Indica que es Bocconia frutescens.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-2

(157) LXXXVII. Del hoayacan o palo santo [I:394 (fig. p. 394)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). III:1254
Indica que es Dyosperos [sic: Diospyros].
Ídem en Plantas medicinales (sf). H-I-L
También en este libro se encuentra anotado que hoayacan o guayaco o guayacan, como también escribe el autor en el capítulo de la olcacatzan, es el nombre probablemente antillano de la planta conocida vulgarmente con la designación de palo santo, y en la clasificación botánica, con la de Guaiacum sanctum, familia de las Zigophilleas. También está anotado que se da el nombre de “guaiacan” o “guayacana” a algunas plantas del género Diospyros, de cuyo tipo había formado L. Jussieu la familia de las guayacanas o zapotes.
Standley, P.C. 1923. III:522
Considera que Hernández trata en este capí­tulo una especie de Guaiacum L.

(158) XCVI. Del ótlatl o género de cañas [I:397]
Altamirano, en Plantas mexicanas (sf). I:22
Indica que el ácatl es: Arundo sp., Phragmites sp. También se encuentra anotado que es Phragmi­tes communis. Más adelante, en la p. 176, aunque está mencionado el aótlatl, no se anota ninguna determinación. En la p. 472 se encuentra anota­do que el castillanácatl podría ser una Gramínea.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que se trata de Arundo phragmites Lin.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que se trata de Gramíneas (Phragmites communis).
En Plantas medicinales (sf). C-l
Se encuentra anotado que es una Gramínea.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Comentan que Hernández dice que el ácatl es el “carrizo de nuestra tierra” y que en España llaman carrizo a Phragmites communis Trin.

Libro décimo

Libro undécimo

Libro duodécimo

(159) II. Del mazacaxócotl o ciruelo cervino [II:29]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:275
Señala que el atoyaxócotl es una especie de Spondias e indica que es la especie Spondias pur­purea (Sinonimia vulgar).
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). II:271
Asegura que el chichioalxóchotl es Spondias.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Dice que el atoyaxócotl es Spondias y que la “ciruela amarilla” es Prunus domestica L.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C-2
Dice que el chichioalxócotl es una Anacardiácea, posiblemente del género Spondias, y que el mazacaxócotl es una especie de Spondias.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). M
Indica que es Prunus.
Paso y Troncoso, F. del. 1886
Considera que la especie denominada atoyaxócotl (fruta acida de río) es Spondias (Terebintáceas).
Altamirano, F. 1896
Indica que es una Anacardiaceae, posiblemente Spondias sp.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Señalan que el atoyaxócotl, o sea la menciona­da por Hernández como la segunda especie de mazacaxócotl, es una variedad de Spondias purpurea L.

(160) CIII. Del mocuepanixóchitl o flor que se voltea [II:54]
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que el cempoalxóchitl es Tagetes erecta.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Comentan que Hernández describe esta plan­ta indicando que tiene hojas angostas, largas y que parece pertenecer a las especies de cempoalxóchitl, de lo que deducen que probablemente es planta diferente a la figurada en el Badiano, misma que Reko interpreta como Pentstemon sp. De lo que opinan que la figura no recuerda gran cosa a las especies de ese género.

Libro decimotercero

(161) LIV. Del nanahuaxóchitl [II:70]
En Plantas mexicanas (sf). III:1465
No está anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que el cacallotlyhuac, citado en este ca­pítulo como ingrediente, es Cassia.

Libro decimocuarto

(162) LIII. Del omitzápotl o tzápotl óseo tototepecense [II:84]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:858
Indica que el cochiztzápotl es Casimiroa edulis.
En Plantas mexicanas (sf). III:1637
No está anotado ningún comentario botánico.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C2
Comenta que el cochiztzápotl es C. edulis.

Libro decimoquinto

(163) XLV. De la páhoa o árbol pahuatlanense [II:96]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:83
Considera que pertenece a las Lauríneas.
Altamirano, M. Notas inéditas, citado en Plan­tas mexicanas (sf). I:83
Indica que es una especie de Laurus.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que el ahoácatl hoei es un Laurus.

Libro decimosexto

(164) LXX. Del quauhverámbeni o medicina glutinosa [II:122]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:191
Indica que el aphatzipuntzúmeti citado por Hernández en este capítulo es un Asarum.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B

(165) LXXII. Del quauhamoxtli o musgo de los árboles [II:123]
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que es Polypodium. También señala que podría ser Calahuala o Tillandsia.

Libro decimoséptimo

Libro decimooctavo

(166) CXLIII. Del tetechmomatiani o medicina del amor [II:187]
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Indica que el atoyaxócotl citado por Hernán­dez en este capítulo corresponde a Spondias.
En Plantas medicinales (sf). A-B
Se encuentra una nota que indica que se trata de una Lorantácea parásita.

Libro decimonoveno

Libro vigésimo

(167) XLII. Del xaxahuactli [II:217 (fig. p. 217)]
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que el acaxaxan es una Piperácea.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Indica que el acaxaxan es Piper L. o Peperomia translucens de Humboldt.
Altamirano, en Plantas mexicanas (sf). I:24
Señala que el acaxaxan mencionado por Her­nández en este capítulo es Piper translúcida o Peperomia humboldtiana.

Libro vigesimoprimero

(168) II. Del axochíatl, que algunos llaman cuaztalxóchitl o sea flor de cabeza blanca, otros texoxolin y los panucenses cuecalpatli [II:223]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:318
Asegura que es una especie de Narcissus.
Ídem en Plantas medicinales (sf). A-B

(169) III. Del ahuyacpatli panucense [II:223]
Altamirano, F. Notas inéditas, citado en Plantas mexicanas (sf). I:121
Indica que es una Malva sp.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Sugiere que podría ser una Malva.

(170) IV. Del acaxílotl [II:224]
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). I:28
Señala que esta planta pertenece a las Zingiberá­ceas. Que posiblemente sea una especie de Canna o Maranta. Más adelante también se indica que es Plantago mexicana Link.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Considera que se trata de Plantago.

(171) VII. Del acánguri [II:224]
En Plantas mexicanas (sf). I:14
Se encuentra anotado que se trata de una Aris­tolochia.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A
Dice que esta planta corresponde a las Aristolóqueas.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). A
Sugiere que podría tratarse de una Compuesta. También se encuentra anotado que los caracte­res de la descripción de Hernández no convie­nen a una Aristoloquia [sic: Aristolochia] y que no hay que confundir esta planta con el phehuame del capítulo XXIII del libro XV, el cual sí es una Aristoloquia [sic: Aristolochia].

(172) XII. De la cuarta apárequa o planta picante y urente a manera de ortiga [II:225]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:182
Indica que es Urtica.

(173) XVII. Del bálsamo de la provincia de Tolú [II:226]
En Plantas mexicanas (sf). 1:377
Se indica que es la especie Toluifera pereirae (Sinonimia vulgar).
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). A-B
Anota que es una especie de Toluifera.

(174) XVIII. Del chatálhuich [II:226 (fig. p. 227)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:570
Indica que es Cassia fistula. En esta misma página se encuentra anotado Cassia silvestris (Standley).
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Indica que se trata de Cassia fistula.
Altamirano, F. 1879
Comenta que M. Altamirano, en sus notas, se­ñala con duda esta planta como Cassia fistula, pero que parece, según lo dicho, que Cassia sí es, y que la especie que probablemente le conviene mejor es la brasiliana Lam.
Standley, P.C. 1922. 11:407
Señala que la planta descrita por Hernández en el presente capítulo es Cassia laevigata Willd. Ade­más comenta que la figura es aplicada a esta plan­ta, pero que la descripción no concuerda en todos sus detalles.

(175) XXI. Del chiauhxíhuitl [II:227 (fig. p. 227)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:588
Indica que podría ser Chapur? [término ile­gible].
Altamirano, F. en Plantas mexicanas (sf). II:588
Indica que podría tratarse de un Helenium.
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que podría ser un Chapur [sic].
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C-l
Señala que se trata de una Compuesta, posible­mente Helenium.

(176) XXVII. Del chichari o huacalquáhuitl [II:229]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:596
Indica que se trata de un Lathyrus.

(177) XXX. Del coatli xochitlanense o coanenepilli [II:229 (fig. p. 229)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:800
Indica que se trata de Hypocrepis [sic: Hippocrepis].
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:830
Apunta que es Dorstenia.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-2
Sessé, M. y J.M. Mociño. 1887b
Indica que esta planta es Passiflora normalis.
Cervantes, V. 1889
Señala que es Passiflora normalis.
Ramírez, J. 1893
Dice que la especie señalada por Mociño y Ses­sé, Passiflora normalis L., para el coanenepilli de Hernández podría ser cultivada.
Miranda, F. y J. Valdés. 1964
Consideran que por la figura indudablemente es una Passiflora sp.

(178) XXXVII. Del charápeti o planta escarlata apacincanense [II:231 (fig. p. 231)]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:561
Indica que es Rumex sanguineus y Beta vulga­ris. También se encuentra anotado que es un helécho.
En Plantas medicinales (sf). C-l
Se encuentra anotado que es un helécho, aun­que también se encuentra la nota de M. Altamirano, quien dice que es Rumex sanguineus y Beta vulgaris; esta determinación parece ser para el cha­rápeti del capítulo I del libro cuarto, ya que se remite a la edición matritense, tomo I, p. 329.

(179) XLIV. Del chapiztli [II:232]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:551
Indica que corresponde a Arum pentaphyllum.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C-l

(180) XLV. Del cacaoaxóchitl o flor de cacáoatl [II:232]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). I:417
Indica que podría ser una especie de Salvia. Allí mismo se encuentra anotado que posiblemente sea Loeselia coccinea, y que el cacáoatl es Cassia laevigata.
Altamirano, F. en Plantas medicinales (sf). C-l
Señala que podría ser Salvia o la Polemoniácea Loeselia coccinea, por la propiedad de producir espuma. Por otra parte, se encuentra anotado que el cacahuaxóchitl es Myrodia funebris Benth. de las Esterculiáceas.

(181) LIII. Del chacatli [II:235]
En Plantas mexicanas (sf). II:534
Se encuentra anotado que es P. cabanus [sic].
Altamirano, M. en Plantas medicinales (sf). C-l
Dice que es P. cabanus [sic].

(182) LXXII. De la planta que llaman coca peruana [II:238]
Altamirano, M. en Plantas mexicanas (sf). II:848
Indica que es Erythroxylum coca.
Ídem en Plantas medicinales (sf). C

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