miércoles, 20 de diciembre de 2017

Poemas del Lic. Juan Nepomuceno Mier y Altamirano

El Lic. Juan Nepomuceno Mier y Altamirano (1780-1845), hermano del Dr. Manuel Altamirano, además de abogado y juez, fue un poeta que publicó varios poemas y los firmó tanto con su nombre completo, como con las iniciales J. N. M. A., o con el anagrama Maromani Altieri.

A continuación se muestran algunas de sus composiciones poéticas en orden cronológico.


Soneto dedicado al Caballero Barueq. *


Cuando al suelo Minerva descendía,
Tomando por disfraz un rostro humano,
El grave aspecto de un maduro anciano
A su deidad de velo la servía:

Así al hijo de Ulises conducía,
Formando su razón desde temprano,
Para que los cultivos de su mano
Diesen frutos de honor en algún día.

Mudó de parecer la sabia Diosa,
Ni arada frente, ni nevada cana
Ocultan ya su ciencia luminosa:

Para instrucción de la niñez indiana
En la forma de un Joven vigorosa
Convierte su belleza soberana.

J. N. M. A. 
Diario de México, lunes 7 de abril de 1806.
*Barueq era uno de los pseudónimos o anagramas del licenciado Juan María Wenceslao Sánchez de la Barquera (1779-1840), quien, como Juan Nepomuceno Mier y Altamirano, también era oriundo de Querétaro, había estudiado derecho a la Ciudad de México, y había logrado que varios de sus escritos fueran publicados en el Diario de México, incluida su Anecdota Moral, publicada el 6 y 7 de enero de ese 1806.



Soneto.


Yo adoré a Celia, y Celia con traiciones
ofendió mi lealtad; rompió perjura
los lazos con que un tiempo la ternura
ligó nuestros amantes corazones:

De mi pecho en las dulces efusiones
idolatré de Lisis la hermosura;
pero ella siempre inexorable, y dura
despreció de mi amor las oblaciones.

La amistad, y la fe tal vez violaron
mis mejores amigos, y más gratos,
y todos sus deberes olvidaron:

Si así fueron burlados mis conatos,
y tales son los premios que alcanzaron:
mi destino es amar a los ingratos.

Maromani Altieri. 
Diario de México, sábado 10 de enero de 1807. 



Verbum caro factum est, et habitavit in nobis.  

Joan. Cap. 1.


¡Infeliz primer hombre! Tu existencia
será el funesto don de un Dios airado,
la maldicón, la muerte, y el pecado,
dejarás a tus hijos en herencia:

¡Infeliz! Pero no, que la clemencia
de aquel que con sus manos te ha formado,
a más de haber tu culpa perdonado,
de tu ser ennoblece la excelencia.

La Majestad terrible, inexorable,
al castigo del ángel delincuente,
te dio de su piedad prueba palpable.

Es así, pues el mismo Omnipotente
se vistió nuestra carne miserable,
y habitó con nosotros juntamente.

J. N. Mier y Altamirano
Diario de México, miércoles 25 de marzo de 1807.
El 25 de marzo, la Iglesia Católica celebra el día de la Anunciación o de la Encarnación del Divino Verbo, por estar ubicado a nueve meses del 25 de diciembre, o día de la Navidad. En 1807, ese día fue también Miércoles Santo, o miércoles de la Semana Santa. 

Epitaphium.


Quaeritis? En Fratis, Sponsi, tenerique parentis
tristes exuvias, urna sed una tegit.
In miseros uno tales sub pectore junxit
affectus pietas: Hic BRUNO nempé faces.

Versión

¿Deseas saber, piadoso caminante,
qué contiene ese túmulo funesto?
De un tierno padre, de un esposo amante,
y de un hermano el miserable resto:
tal conjunto de afectos, es constante,
que en solo un corazón estaba puesto
en favor del más pobre y desvalido... 
Yace aquí BRUNO a polvo reducido.

Maromani Altieri. 
Diario de México, jueves 7 de mayo de 1807.
Epitafio en honor al canónigo, doctor y maestro, Juan Antonio Bruno, dignidad de maestreescuela de la Santa Iglesia Mtropolitana y carcelario de la Real Universidad, fallecido antes de cumplir 61 años, el 23 de abril de 1807.

Oraclum, Patriae Splendor, Temploque Sacerdos.

Deficit: Ossa Jacent: Haec Raymundus Erat.


Versión libre

El oráculo sabio
con eterno silencio selló el labio:
robó el fatal momento
a la patria su gloria y ornamento.
En el santuario augusto
falta el ministro edificante y justo.
¡Todo esto era Ramón! hórrida parca
solo dejó sus huesos en esta arca.

Maromani Altieri. 
Diario de México, jueves 8 de octubre de 1807.
Epitafio elogio en honor al Lic. P.D. Ramón Rincón, fallecido el 19 de septiembre de 1807.


In laudem Foeliciani Pauli Mendivil & Sanchez


In Latio quondam fulsit Ciceronis in ore
eloquii numen: depellit Barbarus inde
exilio è longo ipsum Foeliciane reducis;
sed moriens infers tecum, condisque sepulcro.

Versión libre.

El numen que en un tiempo
del orador romano
brillaba majestuoso
en los facundos labios:
muy luego con afrenta
del Lacio fue arrojado,
apenas sus confines
los bárbaros pisaron.

Después de tantos siglos
de un destierro tan largo,
a su esplendor primero
lo vuelves Feliciano.
Mas ¡ay! que en tu sepulcro
¡desventurado sabio!
junto con tus cenizas
queda ya sepultado.

Maromani Altieri. 
Diario de México, sábado 10 de junio de 1809.
Epitafio elogio en honor a don Feliciano Pablo Mendívil, doctor en teología por la Real Universidad de México y catedrático de filosofía en el Real y Tridentino Colegio Seminario de México.


Respuesta de Maromani Altieri al Señor Mopso.


¿Por qué tan riguroso
cuando al sabio Mendívil elogiaba
y su eterno reposo
con lágrimas regaba,
por qué, Mopso, tu numen inflamado
siempre gracioso, y siempre delicado,
lleva a mal que mi pena,
cual suele se explicara,
cuando el alma enajena?
La pasión se declara
con frase exagerada y atrevida,
también es concedida
esta misma licencia
al poeta que llora su dolencia.
¿Pues cómo no querías
que así se interpretaran
las expresiones mías?
Ejemplos mil probaran
tales ponderaciones
proferidas en tales ocasiones.
¿Pero qué es lo que digo
si hablando estoy contigo.
que sabe bien la fuerza y energía,
y el idioma valiente
que habla la poesía?
Y así muy justamente
tribútense alabanzas y respetos
a los Maneiros, Bravos y Muretos,
pero también permite
que mi musa llorosa
a otros muchos imite,
y no sea cual la tuya escrupulosa.

Maromani Altieri. 
Diario de México, lunes 10 de julio de 1809.
«Mopso» era el pseudónimo o anagrama del Dr. Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, quien escribió una crítica a Mier y Altamirano (Maromani Altieri), también en verso, que fue publicada el miércoles 5 de julio de 1809 en el Diario de México. En su escrito, Fernández de San Salvador (Mopso) criticaba a Mier y Altamirano (Maromani Altieri) por considerar que faltaba a la verdad, al sugerir que solo hasta Mendívil había vuelto a resurgir la elocuencia latina, pues antes habían existido también un Maneyro, un Bravo, un Uribe, y otros que hablaron como Tulios y Muretos. Así que con estos versos Mier y Altamirano le contestaba esa crítica.


Octava


Eternizó de Aquiles la memoria
del vate griego el numen soberano. 
Para cantar de Eneas la ínclita gloria, 
rapto divino transportó al mantuano.
De César vencedor será la historia 
famosa por el genio de Lucano. 
¡Oh Llata! Tus hazañas inmortales 
cuán dignas son del plectro de Cabrales.

D. Juan Nepomuceno Altamirano. 
Acuerdos Curiosos. 8 de septiembre de 1810.  
La tarde del 7 de septiembre de 1810, se bendijo la iglesia de San Sebastián, en Querétaro, luego haber sido reedificada por iniciativa del bachiller don Mariano de Ocampo y de que el ilustrísimo señor Lizana encargara la obra al señor coronel don Juan Antonio del Castillo y Llata, quien la llevó hasta su conclusión. La compostura consistió en reforzamiento de los cimientos con talud por la parte exterior, alza de las paredes de toda la iglesia cosa de tres varas, hechura nueva de todas las bóvedas y la cúpula y puesta, tras de la capilla mayor, de dos grandes estribos, por estar la pared desplomada. También se erigió el retablo principal de piedra por el maestro Astudillo, y el mismo pintó toda la iglesia por dentro y fuera. A la mañana siguiente, 8 de septiembre de 1810, se cantó la primera misa en dicha iglesia con toda la solemnidad posible, y predicó su cura, el doctor don José María Cabrales, natural de México, quien también hizo escribir unos versos en los cuales elogiaba al coronel Llata por la culminación de la obra. Es por esto que la octava de Altamirano compara los versos de Cabrales sobre la obra de Llata con los versos de Homero, Virgilio y Lucano que relataban las hazañas de Aquiles, Eneas y Julio César, respectivamente. Sin embargo, el autor anónimo del libro Acuerdos Curiosos (algunos creen que un religioso franciscano) indica o sugiere que, dado que el mal gusto del señor Llata para edificar era comparable al mal gusto del doctor Cabrales para versificar, los versos de Altamirano fueron en realidad una forma de ironía.


EPIGRAMA.

Laudibus augustam caram dum tollis Elisam.
    Quae Patriae Mater, dulce decusque fuit :
Et Latine linguae surgit rediviva venustas
    Et nostro gaudens advena grata solo :
Sic nitet antiquae, Doctor, facundia Romae
    Invidus utque foret Fullius ipse tui.

SONETO.


Cuando a vista del regio monumento
de ISABEL las virtudes eternizas,
rindiendo de tal Madre a las cenizas
un tributo del público lamento,
renacen de tu labio en el acento
frases latinas, puras, y castizas;
en nuestro clima así naturalizas 
las que eran de extranjero nacimiento. 

La dignidad, las gracias, la elocuencia,
y los primores del Ausonio idioma,
brillan en tu oración a competencia.

Tal vuelo, mi Doctor, tu genio toma
que si hoy se hallara vivo en tu presencia,
te habría envidiado el orador de Roma.

Lic. D. Juan Nepomuceno Mier y Altamirano.
Noticioso General, miércoles 22 de diciembre de 1819.
Versos en elogio del Dr. y Mtro. D. Joaquin de Oteiza y Vertiz, cura de la parroquia de Santiago de la ciudad de Querétaro y vicario foráneo de su partido, después que de que éste pronunció la oración fúnebre de la reina, nuestra señora, doña María Isabel de Braganza, el día 20 de agosto de 1819.


Pieza aprobada por los jueces del certamen en la celebración de la juramentación de la Constitución de 1812 y la colocación de la Estatua de la Libertad en la Plaza de la Constitución de Querétaro el 14 de octubre de 1820.


...Coeant in foedera dextrae
Qua datur; ast armis concurrant arma cavete.
Vig. Aneid. 9. 292.

¡Borra, célebre Clío, de tus anales,
Los infandos sucesos, los horrores,
Y la devastación...; y tantos males
Que atizó la discordia en sus furores!

Unidas ya las manos fraternales
Depongan los aceros destructores:
De América y España tal alianza
El Código más justo nos afianza.

Lic. D. Juan Nepomuceno Mier y Altamirano. 
Pieza dentro de: «Al Soberano Congreso Nacional de Ambas Españas» por el Ayuntamiento Constitucional de Querétaro. 1812-1820.



EPIGRAMA.


Augusti reddit saeclum Augustinus, et omen,
Nam belli portas claudit uterque pins.
Ubere praeclaros aluit Victoria gnatos:
Ipsos Concilium duxit ubique manu.
Sed quamvis virtute pares, discrimine magno
Liberat hic patriam, subdidit ille suam.

Versión libre por el mismo autor. 

SONETO. 


La edad feliz, el siglo de Octaviano
en AGUSTÍN I, reflorece.
La paz en el Imperio se establece,
y el templó cierran del biforme Jano.

La Victoria a estos hijos, y no en vano
nutre a sus pechos y en sus brazos mece. 
A uno y otro también, si joven crece 
el Consejo conduce por la mano.

En heroico valor ambos iguales,
hay sin embargo diferencia suma
respecto de sus hechos principales:

A Roma libre aquel con yugo abruma;
fija Agustín con bases liberales
el trono que ocupaba Moctezuma.

Lic. D. Juan Nepomuceno y Altamirano.
Noticioso General, lunes 26 de agosto de 1822.
«El Lic. D. Juan Nepomuceno y Altamirano, diputado suplente del Soberano Congreso Constituyente Mexicano y regidor decano del M. I. Ayuntamiento Constitucional de Querétaro, con motivo de haber sido exaltado al trono nuestro augusto Emperador Agustín I, dijo el siguiente epigrama»:



Hunc ego, Getulis agerem si Sirtibus exsul,
Argolicove mari deprensus, et urbe Mycene, 
Annua nota tamen, sollemnesque ordine pompas
Exsequerer.. . . Virg. Aeneid. Lib. V. vers. 51. &c.
«Si yo estuviera desterrado en los bajíos africanos; 
ó cautivo en el mar de Grecia, ó en la ciudad de Micenas; 
y allí me cojiera este dia, 
no por eso faltara á lo que debo de celebrar 
este cabo de año con toda solemnidad...»
Traducción de Fr. Luis de León.

SONETO.


Bate, o Tiempo, las alas no tardías
y desparece en el momento mismo, 
hundiendo de la nada en el abismo
los siglos, y los años, y los dias.

Hay dias eternos, do jamas podrias
ejercer tu poder y despotismo,
pues los ha consagrado el patriotismo
a las nobles y heroicas osadías...

Hidalgo, Allende, ¡nombres inmortales!
¡Diez y seis de setiembre! ya la historia
te consignó del mundo en los anales.

Participe fui yo de tanta gloria
y grato ofreceré votos anuales, 
sea cual fuere mi suerte, a tu memoria. 


L.  J: N. M. A.
Águila Mexicana, viernes 21 de setiembre de 1827
Publicado con esta nota de Mier y Altamirano: «S. Luis Potosí, setiembre 12 de 1827. Sres. editores de la Águila. Remito a VV. el adjunto soneto, dictado no por el entusiasmo de la poesía, cuyo fuego si acaso me inflamó alguna vez, siento que se apagó del todo; sino por el del amor de la patria que siempre me anima, y que se exalta con el recuerdo del glorioso día en que fui conducido a la prisión con otros patriotas, entre ellos el respetable Sr. D. Miguel Domínguez, a la hora misma en que resonaba en Dolores el grito de nuestra libertad e independencia. Si VV. lo consideran digno de ocupar lugar en su periódico, quedará agradecido su afectísimo servidor.— L.  J. N. M. A».



Salve, laeta dies, meliorque revertere semper.
Ovid. Fastor. Lib. 1.


SONETO.


Lánguida, envilecida, sin aliento
y trabajada con servil cadena
yacía la patria de laceria Urna
sobre el suela mas fértil, y opulento.

Apurado por fin el sufrimiento
se levanta del polvo, su voz truena
y en el exceso de su infanda pena
de sus hijos provoca el ardimiento.

Entonces fué cuando con pecho fuerte
y heroico arrojo, impávidos caudillos
la libertad jurasteis o la muerte...

¡Vuelve pues, con perennes, almos brillos,
oh día de gloria, a mejorar la suerte
del en que rotos fueron nuestros grillos!


J. N. M. A.
La Águila Mexicana, martes 23 de setiembre de 1828.
Publicado con esta nota de Mier y Altamirano: «COMUNICADO. S. Luis Potosí setiembre 10 de 1828. Sres editores del Aguila. Sírvanse VV. insertar en su apreciable periódico, si es digno de su aprobación, el siguíente soneto que debe considerarse no como una composición poética, sino como un tributo de mi amor ptriotico á la celebridad del felicísimo dia 16 de setiembre de 810: dia cuya memoria excita en mí las más dulces sensaciones por haber tenido no pequeña parte en los grandes acontecimientos de esa misma época, y en los planes de independencia que trazaron los primeros heroes. Es de VV. afectisimo.—  J. N. M. A». 




LA LIBERTAD DE MÉXICO PROCLAMADA EN DOLORES

Romance endecasílabo en el aniversario que de aquel glorioso acontecimiento se hace hoy en esta capital por el Lic. J. N. Mier y Altamirano (16 de setiembre de 1836).


…Quisquis patriam, cerosque penates,
Qui sobolem, ac thalamos, desertaque, pignora quærit,
Ense petat: medio posnit Deus omnia campo.
LUC. PHARS. LIB. 7.

…Quæque ipsi misérrima vidi
Et quorum pars magna fui…
VIRGIL. ÆNEID. LIB. 2.

Canto a varones de inmortal memoria,
Y los esfuerzos noblemente osados
Que hicieron por volver su antiguo lustre
Al poderoso pueblo mexicano.

Canto la cruel ira, los furores,
Con que los hijos ávidos ingratos
De la indomable y orgullosa Iberia
Resisten y acrecientan los agravios.

¡Libertad celestial y encantadora,
Que en los siglos felices, y lejanos,
De Trasíbulos, Brutos, y Catones,
Tocaste el corazón, armaste el brazo!

Sola tú ensalzar puedes los prodigios
Del valor impertérrito, inflamado,
Que cuanto más difícil es la empresa
Tanto más se sublima el entusiasmo.

Tú sola puedes conocer el precio
Del honorable sacrificio amargo
Que hicieron nuestros ínclitos caudillos
Por el sostén de tus derechos santos:

Siglos, generaciones, y sucesos,
La faz de todo el globo habían cambiado,
Mientras el despotismo las cadenas
Sin alivio arrastraba el mexicano:

Lánguido, y abatido, y sin aliento;
(Lo diré; o callaré) mísero esclavo,
En el exceso de su infanda pena
Ni levantar los ojos le era dado:

Tal fue su condición, lo sabe el mundo,
Desde aquel azaroso día infausto
En que Holguín, al augusto prisionero
Rindió el cuerpo; no el ánimo esforzado.

Cerca de tres edades transcurrieron
(Huehuetilistli en el idioma patrio)
Las que a otros tantos siglos casi iguales
El dolor y la afrenta prolongaron:

Apurose por fin tanta paciencia…
Pesaba más y más el yugo hispano.
¿Para qué renovar lo que la historia
Con lágrimas y sangre ha consignado?

Era la noche, y la hija de Latona
Rigiendo por el éter sus caballos,
Con plácidos reflejos adormía
Los humanales miembros fatigados:

Un dulce melancólico silencio
Reinó de Anáhuac en el vasto espacio,
Y solo se escuchaban ecos tristes
Del agorero búho de cuando en cuando:

Parecía que dijera en sus acentos
¡Ay! del conquistador, ¡ay! del tirano,
Pasó el último sol en que tranquilos
Los hijos de Witiza dominaron:

Sigue luego el rugido pavoroso
De los opuestos vientos desatados
Que sacuden las cimas y los troncos
De antiguos robles, y de cedros altos:

También se estremecieron (me horrorizo
Al referir el portentoso caso)
De una piramidal grotesca tumba
Los hondos y firmísimos peñascos:

Fabricolos natura en la colina
(Chapultepec su indígena vocablo)
Y eran de los guerreros más famosos,
Sencillo, pero eterno cenotafio.

Entre el musgo y las quiebras, un espectro
Asoma de improviso, sube a lo alto,
Y aunque confusamente se perciben
La forma y ademán de cuerpo humano,

La majestuosa, firme, erguida testa,
Del valor conservaba nobles rasgos
Y cortante maquahuilt empuñaba
La diestra con despejo denodado.

Era la triste generosa sombra
De Quauhtemotzin digno soberano
Que con firmeza heroica sostuviera
De su pueblo los fueros sacrosantos.

De Quauhtemotzin digo, a quien el trono,
 De vida y libertad privó el malvado,
Que el nombre de conquista dio al pillaje,
Al bárbaro exterminio y al engaño:

En torno del funesto árido sitio,
Cual si observar quisiese, gira un rato,
Rápida luego hacia el noroeste vuela,
Los roncos Euro, y Aquilón calmaron.

En un villaje apenas conocido
(Dolores, le dijeron los pasados)
Pero ya de la historia mexicana
Célebre se hizo en los eternos fastos.

La honorable fantasma se detiene,
Luego que toca en el recinto sacro
Y los dichosos muros do primero
De libertad las voces resonaron.

En las nocturnas horas bajo un techo
¡Horas afortunadas! Un acaso,
Hizo que en conferencia allí estuviesen,
Los dos primeros jefes asociados:

El padre de su pueblo, el venerable,
Profundo, bienhechor, sagaz Hidalgo,
Y el intrépido Allende a quien distinguen
Cerviz hercúlea y el nervioso brazo:

Apareció a sus ojos de repente,
El fantástico bulto: sigue el pasmo,
Callan los héroes, y con rostro atento
Estas mismas palabras escucharon.

¿Hasta cuándo, les dice, de la patria
Hijos esclarecidos, hasta cuándo
Sufriréis con paciencia el yugo férreo
Que impuso a vuestro cuello el fiero hispano?

¿Habrá de ser eterna la ignominia?
¿Serán vuestros derechos siempre hollados?
Ni el Padre Omnipotente, ni los hombres
Consentir pueden vilipendio tanto:

La muerte o libertad es el destino
Para las grandes almas reservado;
Yo hubiera preferido lo primero
Desde que vi rendido el suelo patrio:

Sostuve hasta el extremo con firmeza
La majestad del nombre mexicano:
Víctima fui, por fin, de aquel intruso,
Feroz caudillo, y de su infame bando.

Si el imbécil cobarde Moctezuma
Entrada al invasor no hubiese dado,
México, tal cual era, existiría,
Durarían sus magníficos palacios:

Pero todo acabó: los sucesores
De aquel ladrón, y déspotas extraños,
Remachan las cadenas que se extienden
A los hijos y nietos de los amos.

De esta triste verdad sois una prueba,
Y en ese punto (lo sabéis) en que hablo,
Se os preparan horribles calabozos:
En ellos gimen ya vuestros hermanos.

Instan, y son preciosos los momentos.
¡A las armas! Salvad el suelo caro;
Sepan los siglos y los pueblos todos
Que aquí naces también Curcios y Cassios.

Dijo, y súbitamente de sus ojos,
Desapareció el prodigio, reanimado,
Siente en el corazón de nuevo aliento,
Y a la empresa resueltos se arrojaron:

Convocan a los bravos campeones
Que a lid tan noble estaban aprestados,
El confuso murmullo se extendía
Por las montañas y anchurosos campos:

Cual empreñada tempestuoso nube,
Estalla el trueno: sigue rimbombando,
Y se pierde la hueca resonancia
De la bóveda inmensa en los espacios:

Así de libertad el santo grito
De la noche, en el último letargo,
Se difunde saliendo de los pechos
Como de unos volcanes sofocados:

Sacude el labrador el torpe sueño,
El lanzón empuñó callosa mano,
Besa a su hijuelo, y al tomar la brida
Impaciente relincha el fiel caballo:

Tú también, Abasolo, amable joven,
Del casto lecho fuiste separado
A la voz de la patria, y con presteza
De un naciente escuadrón tomas el mando:

Vuelan de la comarca los valientes,
A unirse a los pendones bienhadados;
Crece el fervor, y suspirando envidian
Ir al combate trémulos ancianos.

Apenas el crepúsculo primero
Las dulces avecillas saludaron,
Cuando ya numerosas bravas huestes
Inundaban los valles y ribazos:

Nunca más bella se asomó la aurora
Del fértil Michoacán por los collados,
Como en el fausto día decimosexto
De aquel setiembre memorable y grato.

Entonces fue cuando la turba alegre
Unísonos los pechos y los labios
Mil veces repitira en sus clamores
¡Viva la patria! ¡Mueran los tiranos!

Entre tanto los fieros opresores
Que presagiaron su fatal fracaso,
Despavoridos tiemblan y persiguen,
Y previenen mazmorras y cadalsos:

La venenosa víbora que siente
El duro golpe en ella descargado,
Silva rabiosa con vibrante lengua,
Y centellean sus ojos sanguinarios:

De aquel despecho y furibundo encono,
Es un símbolo débil e inexacto.
¡Tanto para ellos era doloroso
Perder su antiguo prepotente rango!

Era en verdad contraste lamentable
Que en dos bellos distritos comarcanos
La libertad del uno fuese el númen,
Del otro el despotismo desbocado.

Que al tiempo mismo en que los grandes héroes
Los derechos del hombre proclamaron,
Sátrapas altaneros confundían
El nombre de traidor y ciudadano.

Vosotros lo sabéis, oh compañeros,
Que en Crétaro afligidos apuramos,
Por causa tan gloriosa hasta las heces
El cáliz del dolor el más amargo:

¿Pero por qué turbar el placer puro
En que hoy revisan pechos mexicanos,
Con esos melancólicos recuerdos?
Porque sirven más bien para aumentarlo.

Salve mil veces padre de la patria.
Ínclito, pio, feliz y sabio Hidalgo,
Que firme descargaste el primer golpe
Al monstruo del poder más arbitrario:

Salve impávido Allende, dulce amigo,
Que al ídolo de tu alma, al suelo patrio
Hiciste el sacrificio de tu vida
Aun antes de que se hubiese consumado.

Aldama y Abasolo, ¡dulces nombres!
Por los déspotas solo detestados:
Nunca os olvidaremos, y primero
Que yertas se desequen nuestras manos.

¡Héroes! Ya es libre vuestra amada patria
Por quien hicisteis sacrificios tantos:
¿Y será que se pierdan, y que abyectos
A la infamante esclavitud volvamos?

¿Y será que la gloria y nuestro suelo
Nos roben alienígenas ingratos?
Es imposible, porque tal oprobio
No sufren vuestros manes venerados.

Estad siempre presentes a los ojos
De vuestros valentísimos soldados,
Y juntos recibid en este día
De amor y gratitud los holocaustos.

Juan Nepomuceno Mier y Altamirano.  
Diario del Gobierno de la República Mexicana. Viernes 16 de setiembre de 1836.


Epigrama

Unguibus et rostro laceratur ab alite jovis
Vipera: sic pictum Mexice stemma tuum
Spinigeris sistit foliis Regina volucrum
Altamen incæptum, non sinit illud opus
Nempe; duint seperi! Perjuram evertere gentem
Marte vel adverso praescia fatá docent.

Versión libre -Soneto


Con nerviosa veloz garra pungente
Y con acicalado pico, hiere, oprime,
A una víbora ingrata que allí gime
El ave que ama Jove prepotente:

Así de Anáhuac la primera gente
Un concepto excitando; muy sublime,
En sus historias el emblema imprime
Que a México conviene cabalmente.

Sobre un nopal de espinas erizado
Se afirma, sigue la obra sin recelo,
Y no desiste el majestuoso alado:

Este pronóstico es, ¡quiéralo el cielo!
De que aun Marte contrario, destrozado,
Será el colono vil, en nuestro suelo.

Lic. J. N. Mier y Altamirano
Diario del Gobierno de la República Mexicana. Viernes 16 de setiembre de 1836.



AD NOSTRATES HEROAS

Epigrama
Pro dulci patria fato cecidistis acerbo;
Non hoe supsalicium, quippe triumphus  erat.

Soneto

Al rayo que lanzó cobarde mano
Exhalan firmes el postrer aliento,
Los que fijaron en eterno asiento
La libertad del pueblo mexicano:

La esclava turba que aduló al tirano
Ostenta el espectáculo sangriento,
Y en la embriaguez del bárbaro contento,
Los baldona, y calumnia… todo en vano.

No se abaten sus fuertes corazones,
Porque la infamia pertenece al vicio,
Y por la gloria brillaba en sus acciones:

Si por la patria hacéis el sacrificio
De vuestras vidas, ínclitos varones,
De un magnífico triunfo es el suplicio.

Lic. Juan Nepomuceno Mier Altamirano

Diario del Gobierno de la República Mexicana. Domingo 17 de setiembre de 1837.



Salve laeta dies meliorque
Revertere Semper:
OBID. FASTOR. LIB. 1.

SONETO

Exangüe, descaecida, sin aliento.
Y bajo el peso de servil cadena
Yacía de dolor la patria llena
Sobre el suelo más fértil y opulento:

Apurado por fin el sufrimiento,
Se levanta del polvo, su voz truena,
Y en el extremo de su infanda pena
De sus hijos provoca el ardimiento:

Entonces fue cuando con pecho fuerte
Y heroico arrojo, impávidos caudillos,
La libertad juráisteis, o la muerte…

Vuelve, pues, con serenos almos brillos,
Día de gloria, a mejorar la suerte
Del en que rotos fueron nuestros grillos.


Lic. Juan Nepomuceno Mier Altamirano
Diario del Gobierno de la República Mexicana. Domingo 17 de setiembre de 1837.


XIV 

Cum sociis Michael patriae dum vincula rumpit
Regina incedit, quae fámula ipsa foret.

Circundalada y en asedio estrecho 
Viose Tenochtitlan en aquella era 
En que la espada y el mosquete fuera 
De las gentes el único derecho: 

Del bravo azteca el denodado pecho 
Impávido resiste y persevera, 
Pero venció la táctica extranjera, 
Escombros y cenizas todo es hecho: 

iManes de Cuauhtémoc, ya estáis vengados!
Brilló por fin la venturosa aurora 
Que estaba decretada por los hados: 

El fuego de la patria que decora 
A HIDALGO y a sus socios adorados, 
De esclava vuelve a México en señora. 

Lic. Juan Nepomuceno Mier Altamirano
La libertad de México proclamada en Dolores. Folleto sin portada , 26 p . -p . 20-.
Tomado del Boletín Bibliográfico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, México, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, n. 358-381, 1967, p. 16.


In publica solemni parentatione incliti Mexicani excercitus imperatoris Agustini Iturbide, cum ejus cineres ad Metropolitanam Basilicam transferrentur.


PARCERE SUBIECTIS: PATRIAE DIRUMPERE VlNCLA
        HAEC SUMMI APPARENT CRIMINA MAGNA VIRO
SAEPIUS IPSE SUOS HOSTES DEVINXIT AMORE
        INVISUS MULTIS, QUOS MANUMISIT ERAT
QUEM BELLIS TOTIES CLYPEO VICTORIA SERVAT
        FRATERNA, INFANDUM! CONCID1T INVIDIA
EXSUVIIS DITATA TUIS PATER OPTIME CARIS
        MEXICUS INFERIAS, JAM TIBI SOLVIT AMANS.


Version libre por el mismo autor.

En las públicas solemnes exequias del general mexicano D. Agustín Iturbide, con ocasión de trasladarse sus cenizas a la Santa Iglesia Metropolitana.


Perdonar generoso a los vencidos,
y romper de la patria las cadenas:
tales fueron los crímenes atroces
del hombre digno de memoria eterna.

El amor conquistó de aquellos mismos
que en bélicas funciones combatiera;
pero fue aborrecido de no pocos
que libres fueron por su heroica diestra.

Cubrióle la victoria con su escudo
en medio de las lides más sangrientas,
pero cayó abrasado por los rayos
de envidia fraternal ¡maldad horrenda!

México enriquecida, poseyendo
tus mortales despojos dulces prendas,
oh padre de la patria te consagra
un tributo de honor amante y tierna.

Lic. J. N. Mier y Altamirano.
El Iris. Periódico literario, político y mercantil. Sábado 27 de octubre de 1838. 
Por el traslado de los restos mortales de Agustín de Iturbide a la Capilla de San Felipe de Jesús, en la Catedral de la Ciudad de México.
Ver también: Catálogo deLucina Moreno Valle. 1821 - 1853. Enlace: https://lafragua.iib.unam.mx/catalogo/1821-1853/3696

AL DR. JECKER

(quien operó al Lic. Mier y Altamirano de una catarata en el ojo derecho)

Lux si oculis aberat fusco velamine tectis,
vix dígitos moveas fulgida Jecker, adest
Mirificâ natura tuâ bene vincitur arte:
Cœci olim testes, sum quoque testis ego.

Versión libre

Si la pura alma luz no penetraba
del ojo triste la turbiosa lente,
a un leve movimiento de tus dedos
el velo se descorre, insigne Jecker.

Naturaleza aunque fecunda y sabia
a tu arte y tu pericia el triunfo cede.
Muchos que fueron ciegos son testigos,
Y entre estos es razón que me numere.

Juan Nepomuceno Mier y Altamirano
El Siglo Diez y Nueve. 12 de noviembre de 1841.