martes, 11 de septiembre de 2018

5 de marzo de 1845. Carta de Juan Bautista Morales para solicitar apoyo y protección para el Dr. Manuel Altamirano

El 5 de marzo de 1845, el abogado y periodista Juan Bautista Morales (1788-1856) escribió una carta dirigida a Mariano Riva Palacio, ministro de Hacienda durante el periodo presidencial de José Joaquín Herrera, en la cual solicitaba su recomendación y protección para el Dr. Manuel Altamirano, quien aspiraba a la cátedra de botánica y había sufrido injusticias para acceder a la misma desde 1829.

En la carta, Morales elogió al Dr. Manuel Altamirano, al mencionar que además de su saber botánico, era un hombre de probidad, antiguo insurgente, y que en la "última restauración de la República" había sufrido dura prisión, al ser acusado de sedición por el general Juvera.

Esto último muy posiblemente se relacionaba con el evento ocurrido en noviembre de 1844, cuando la Asamblea Departamental de Querétaro secundó un pronunciamiento de su similar de Jalisco para que se derogase un decreto del 21 de agosto de 1843, por el que se había impuesto una contribución extraordinaria para la campaña de Texas. Este pronunciamiento fue soportado también militarmente por el general Mariano Paredes y Arrillaga, quien adicionaba el que mientras durase la licencia o retiro del general Antonio López de Santa Anna, por la muerte de su primera esposa, éste no podría ejercer las funciones de la primera magistratura. El presidente interino de la república, Valentín Canalizo, quiso combatir el movimiento, al que se habían sumado ya varias regiones, y sin permiso del congreso confirió nuevamente la investidura de general en jefe del ejercito al mismo general Santa Anna, quien dejó su retiro y partió a Querétaro con el ejército. En Querétaro, Santa Anna disolvió la asamblea local, encarceló a sus miembros, suspendió al gobernador Sabás Antonio Dominguez, y nombró gobernador al general Julián Juvera.

El presidente interino Canalizo también disolvió el Congreso Nacional el 29 de noviembre de 1844, luego de lo cual hubo un motín popular, apoyado por la guarnición de la ciudad de México. El motín no fue solo a favor del congreso y en contra Canalizo, sino que fue en contra de todo lo que representaban los regímenes de Santa Anna, o apoyados por éste, por lo que se derribó una estatua de bronce dedicada al dictador, situada en la Plaza del Volador.  Es de notar que casi tres años antes, el mismo Dr. Manuel Altamirano había criticado una inscripción en dicho lugar, en una nota publicada el 7 de enero de 1842 en el periódico El Siglo Diez y Nueve.  En la nota, el Dr. Altamirano había señalado que Santa Anna no era el primero que había echado los cimientos de las obras de ornato en la capital, ni tampoco el primero que zanjó los cimientos de la libertad de la nación, como se afirmaba allí. Ver la nota en este enlace. El motín tuvo éxito y Canalizo fue depuesto la noche del 6 de diciembre de 1844. En su lugar, regresó como presidente el general José Joaquín Herrera, quien permanecería hasta el 30 de diciembre de 1845.

A continuación, se transcribe la carta de Juan Bautista Morales al ministro Riva Palacio, cuyo original se encuentra en la "Mariano Riva Palacio Collection", dentro de "The Nettie Lee Benson Latin American Collection", de la Universidad de Texas en Austin.

Excelentísimo Señor Ministro Don Mariano Riva Palacio
Querétaro. Marzo 5 de 1845.

Mi buen amigo y compañero: 
Mi amigo, el médico Don Manuel Altamirano, pasa a esa capital con el objeto de oponerse a la cátedra de botánica, y desea que usted, con todo su poderoso influjo y justificación, lo escude contra las intrigas que suelen jugarse por manos subalternas, y le imparta toda su protección con todos los señores influyentes para que en aquel objeto no reciba la menor injusticia.

Altamirano tuvo toda la calificación de su maestro, el difunto Cervantes, y, como le consta a Don Juan de Dios Cañedo, lo propuso para catedrático de botánica en Guadalajara el año de 1824; y en el año de 1829 no se le admitió a oposición porque se trató de darle la cátedra a Don Miguel Bustamante, por el influjo del señor Alamán, su primo.

A más de su saber botánico, es un hombre de probidad, y antiguo patriota, o llámesele insurgente; en la última restauración de la república sufrió dura prisión por el sostén del supremo gobierno, habiendo sido acusado por el general Juvera como seductor.

Suplico para que la recomendación de usted sea muy enérgica dentro de los términos de la justicia y mande a su amigo y servidor que su mano besa.

Juan Bautista Morales

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